Mendoza: Hay un millar de bienes culturales que no están protegidos
Se trata de inmuebles y sitios de valor cultural del Área Metropolitana que no cuentan con algún tipo de declaración patrimonial.
16/03/2018 MUNICIPIOSSe trata de inmuebles y sitios de valor cultural del Área Metropolitana que no cuentan con algún tipo de declaración patrimonial.
La venta y posterior demolición de dos inmuebles de alto valor patrimonial en Capital dejó el descubierto el problema. De un plumazo, las casas de Benito Marianetti (abogado e histórico dirigente del Partido Comunista en Mendoza), y de Tito Francia (guitarrista y destacado compositor) dejaron de existir y de formar parte del acervo cultural de los mendocinos.
Se trata de una situación que inquieta a los patrimonialistas, ya que la mayoría de los inmuebles con historia se encuentran desprotegidos por las leyes de patrimonio.
Así lo descubrió un grupo de investigadores del Incihusa-Conicet, que relevó 1.215 bienes de valor cultural en el Área Metropolitana y detectó que 93% no tiene declaratoria de ningún tipo (nacional, provincial o municipal).
Sin embargo, aclararon que la existencia de la misma tampoco garantiza su protección ya que las instancias municipales no obligan a la conservación. Esto conlleva un riesgo, ya que su destino se encuentra librado a la oferta y demanda del mercado.
“Lo que hoy es considerado patrimonio, en su momento eran edificaciones que respondían a usos funcionales de la sociedad”, explica Lorena Manzini, investigadora del Incihusa-Conicet. Si bien muchas fueron desapareciendo, las que sobrevivieron se consideran hitos culturales. “Son la representación material de nuestra identidad cultural, lo que nos vincula, nos aglutina, nos define como sociedad y nos da el significado del ser mendocino”, continuó.
Manzini precisó que los bienes que no tienen declaración patrimonial se encuentran en riesgo porque están sujetos a las normas del mercado: “La tierra tiene un valor más alto a nivel de la especulación inmobiliaria, por lo que a veces no conviene mantener ciertos inmuebles”, explicó.
Por eso reconoció que muchas veces el patrimonio es considerado un escollo. “Pero cuando pasa a tener un valor identitario que tiene peso en la sociedad y es valorado como tal, el patrimonio fluye como recurso y se pone en valor el potencial económico que tiene para la provincia”, aseguró.
Como ejemplo, mencionó las ciudades europeas que conservan sus edificios del pasado, lo que se convierte en un gran atractivo turístico. “La imagen de la ciudad se respeta como tal pero por dentro son edificaciones llenas de confort. Hay una voluntad política que pone en valor su identidad y su historia lo que de ninguna manera detiene el progreso”, remarcó.
Más allá de la gran cantidad de bienes de valor que no tienen declaratoria en el Área Metropolitana, la especialista vislumbra una falta de integración en la protección del patrimonio ya que en el mismo intervienen diversos actores.
En el caso de los inmuebles privados, que son considerados los más vulnerables, en primer término aparece el propietario y en segundo el municipio. “Dentro de los bienes privados la municipalidad es el primer nivel en la gestión de la preservación porque allí se autorizan o rechazan las demoliciones”, señaló. Pero “si bien el cuidado del patrimonio está en la agenda, hay un abismo entre la agenda teórica y la realidad”, añadió.
Manzini propone armar un plan integrado por los distintos niveles de gobierno para otorgar algún tipo de ayuda al propietario, como eximición de impuestos.
Camino iniciado
Desde la Dirección de Patrimonio provincial reconocen que el problema de la preservación de muchas de las obras arquitectónicas que tienen valor es que no tienen una norma legal de protección. “Pero a su vez, el Estado no puede declarar todo porque es un universo muy grande”, dijo su titular, Marcelo Nardecchia.
Frente a este panorama lo que proponen es una gestión compartida con los municipios y otros actores, como instituciones públicas, privadas y hasta particulares. “Es un tema que nos preocupa y queremos darle solución. La pregunta es ¿qué hacemos con ese universo?”, se sinceró Nardecchia. Y adelantó que ya se reunieron en este sentido: “Es un camino que hemos iniciado, porque si no tomamos una acción conjunta seria vamos a seguir hablando de pérdidas”.
En tanto, desde la Municipalidad de Capital señalaron que tienen declarados como bienes patrimoniales una cantidad de inmuebles a los cuales siempre se los intenta preservar. En cuanto a los privados, reconocieron que es complicada su conservación porque muchos propietarios no están interesados en avanzar con una declaratoria.
De todas formas, remarcaron que son el único municipio que cuenta con dos áreas vinculadas al patrimonio: el de Arqueología y Centro de Investigación Arqueológica; y el de RestauroB. “Gracias a ellas logramos recuperar lo que fue el Solar de San Martín, de gran importancia patrimonial para la provincia”, subrayó Mariana Juri, secretaria de Turismo, Cultura y Desarrollo Económico.
Venden el antiguo monasterio Buen Pastor
De ladrillo visto e imponentes puertas de madera, sobre calle Martín Zapata 374 de Ciudad, se erige el conjunto edilicio del Buen Pastor. Se trata de un complejo de 117 años que hace tiempo está cerrado, por lo que el Equipo de Historia y Preservación Patrimonial del Incihusa-Conicet teme una demolición.
Desde la Municipalidad de Capital confirmaron que una parte del predio fue comprada por un importante desarrollador inmobiliario de la provincia, pero que el proyecto urbanístico que se hará conservará su histórica fachada.
“El propietario le ha vendido a un privado parte del edificio, pero no la capilla por lo que queda fuera de la discusión”, explicó el intendente Rodolfo Suárez.
Asimismo, remarcó que desde la comuna revisarán el proyecto antes de dar el visto bueno para su construcción: “Vamos a ver qué presentan pero no vamos a permitir que toquen la fachada”, aseguró. De hecho precisó que ha pedido a la empresa que realice mejoras en la capilla y en el entorno.
Si bien desconoce qué emprendimiento se desarrollará allí, puso como ejemplo lo sucedido con el hotel Hyatt, que conservó la fachada original del ex hotel Plaza.
Tal como detallaron los investigadores del Incihusa en una nota de opinión en este diario, el predio perteneció a la orden religiosa Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor, que llegó a Mendoza a fines del siglo XIX desde Chile e instaló la primera casa de este tipo en el país. En 1901 se comenzó a construir, pero recién en 1933 el obispo José María Orzali consagró la iglesia. Además del monasterio y la capilla, había un sector de internado y talleres, y una extensa quinta de frutales.
¿Cómo se decide qué inmuebles preservar?
Se toman en cuenta los siguientes criterios de “valor” de los bienes culturales:
– Valor intrínseco del bien, determinado desde una disciplina científica o desde el arte: son los valores que se desprenden de las cualidades o características del bien como objeto artístico o arquitectónico, o como testimonio arqueológico.
– Valor como conjunto de un entorno significativo: hay bienes cuyo valor proviene del hecho de conformar conjuntos o áreas en relación con otros bienes de importancia paisajística o ambiental, donde la valoración no está depositada en tal o cual elemento sino en la relación interdependiente de distintos componentes.
– Valor histórico-cultural: son los valores que provienen de la consideración de los bienes como productos representativos del proceso socio-cultural habido en el desarrollo de una comunidad.
– Valor económico: los bienes culturales son recursos no renovables, objetos únicos e irrepetibles cuyo desperdicio o pérdida no sólo es un acto de irresponsabilidad social sino que, además, ocasiona, a mediano y largo plazos, pérdidas económicas significativas.
Fuente: PICT “Bienes Culturales y desarrollo local”. Grupo de investigación Historia y Conservación Patrimonial del Incihusa-Conicet.