¡Mujeres, a las urnas y a las bancas!

Hoy se cumplen 70 años de uno de los logros más significativos de la lucha de las mujeres por la igualdad de derechos en nuestro país: el 11 de noviembre de 1951, más de 3.500.000 mujeres concurrieron a las urnas para participar de las elecciones presidenciales que consagraron a Juan Domingo Perón.

Hoy se cumplen 70 años de uno de los logros más significativos de la lucha de las mujeres por la igualdad de derechos en nuestro país: el 11 de noviembre de 1951, más de 3.500.000 mujeres concurrieron a las urnas para participar de las elecciones presidenciales que consagraron a Juan Domingo Perón. Sobre este trascendental hecho igualitario opinó para Télam Cristina Álvarez Rodríguez, ministra de Gobierno de la provincia de Buenos Aires y vicepresidenta 1era. del PJ nacional.

Este 11 de noviembre se cumplen 70 años de la primera vez que las mujeres argentinas pudimos votar y ser votadas, elegir y ser electas. Las mujeres, que hasta entonces éramos invisibles, comenzamos a existir: desde ese día tenemos documento de identidad. Hace 70 años somos parte de las decisiones políticas y ampliamos la agenda pública del país, para construir más y mejor igualdad.

La conquista del derecho al sufragio femenino había ocurrido cuatro años antes, en 1947, producto de una larga lucha de mujeres del mundo, de la región y de nuestro país, representadas por las sufragistas, las radicales, las comunistas, las socialistas y las librepensadoras. Evita levantó esa bandera. Aquel 9 de septiembre una multitud de mujeres había rodeado el Congreso mientras a los despachos de los legisladores no paraban de llegar telegramas firmados por personas, organizaciones y partidos que exigían la aprobación de la Ley. Esa escena de mujeres movilizadas se repitió en 1991 cuando se sancionó la Ley de Cupo y me recuerda a lo que ocurrió en 2017 cuando sancionamos la Ley de Paridad: las casillas se llenaron de emails a favor de la Ley de Una y Uno, de que las listas fueran paritarias.

Evita y la propia historia nos lo enseñaron, la principal rebeldía de las mujeres ha sido la de unirnos, confiar unas en otras, trabajar en red, movilizarnos. Eso es exactamente lo que ocurrió entre la promulgación de la Ley 13.010 en 1947 y el efectivo ejercicio del derecho en 1951: nos organizamos para encontrarnos. Desde el Partido Peronista Femenino se encomendó a 23 censistas distribuidas por todo el país el trabajo de buscar barrio por barrio hasta encontrar y censar a millones de mujeres que hasta ese momento tenían como única certificación de filiación la fe de bautismo.

La dimensión de la hazaña de construir identidad fue tal, que en 1948 hubo que crear el Registro Nacional de las Personas (ReNaPer) para elaborar las partidas de nacimiento y un nuevo sistema de registro. Gracias a la militancia sin descanso para construir ciudadanía, en 1951 ya se habían creado 3600 Unidades Básicas femeninas en todo el país y la participación en las elecciones de ese año fue masiva: 3.816.654 mujeres votaron por primera vez, el 90 por ciento del padrón femenino. Producto de esa elección, se eligieron a 23 diputadas y 6 senadoras.

En 1947 Evita convocaba a las mujeres a ser protagonistas de su tiempo: “En nosotras, en ti y en mí, hermana, está el instrumento del poder de mañana”. Y así, organizadas, llegamos a las urnas y a las bancas, bancas para ser plenamente ciudadanas, bancas para transformar, bancas para incluir nuevas agendas.

Y eso hicimos las mujeres y LGBTIQ+ al sumarnos a la arena pública, logramos avanzar con políticas y leyes inclusivas como lo fueron la Patria Potestad Compartida, -hoy responsabilidad parental- (1985), el Divorcio vincular (1987), la Ley de Procreación Responsable, el nuevo Código Civil (2003), la Educación Sexual Integral (2006), entre otras. Recuerdo que al día siguiente de lograr el Matrimonio Igualitario (2010), nuestra entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner destacó que ella se había despertado “con los mismos derechos” que el día anterior pero que había quienes tenían derechos que hasta ese momento les faltaban. Siguieron otras leyes como Micaela (2015), Brisa, (2018) la de Interrupción Voluntaria del Embarazo y Mil Días (2020), la de Cupo Laboral Travesti Trans (2021), entre tantas otras conquistas.

No utilizo la palabra conquista desde la acepción más habitual, que suele referir a la dominación sobre otro para triunfar. Me gusta vincular el término conquista a la lucha, a la organización. Elijo darle una perspectiva feminista, como lo interpretó Cristina Fernández de Kirchner. Y como también lo hizo Evita, al decir que a diferencia de quienes buscan triunfar “sobre” los demás, una mujer de acción es aquella que triunfa “para” los demás. Por eso cuando las mujeres y LGBTIQ+ organizadas ampliamos derechos, no hay juego de suma cero, nadie pierde, ganamos todas, todos y todes, y hacemos una mejor democracia.

Fuente: Telam