Municipales bonaerenses al límite: apuran a Kicillof y a intendentes
Sindicatos municipales piden la aplicación plena de la ley 14.686, sancionada hace 5 años. La mitad de los municipios no celebró convenios colectivos.
30/11/2020 SINDICATOSSindicatos municipales piden la aplicación plena de la ley 14.686, sancionada hace 5 años. La mitad de los municipios no celebró convenios colectivos.
A cinco años de la sanción de la Ley 14.656, que garantizó mejores condiciones laborales para los trabajadores municipales de toda la provincia, los gremios que los amparan reclaman a los intendentes y al gobierno de Axel Kicillof la aplicación plena de la norma, porque hoy se cumple a medias.
En noviembre de 2014, en medio de fuertes manifestaciones que incluyeron destrozos en la puerta de la Legislatura, la Provincia derogó la tristemente célebre ley 11.757 para crear una norma superadora que sacaba de un estado de casi esclavitud a los cerca de 200 mil trabajadores municipales bonaerenses.
La ley imponía la obligatoriedad de celebrar convenios colectivos y establecía anuales, donde antes había discrecionalidad absoluta para los intendentes. También impulsaba la creación de un Consejo Provincial del Empleo Municipal y de un registro provincial donde debían quedar asentadas todas las contrataciones de personal, de cada uno de los 135 municipios.
Además, obligaba a reducir la planta de contratados a un 20 por ciento, llevando a 80 la proporción de la planta permanente, para lo cual daba un plazo de 5 años a los municipios, durante el cual debían ir adecuándose a la nueva norma.
Media década más tarde, la situación de los municipales mejoró sustancialmente, pero la ley no se cumple en su totalidad. “Hasta ahora sólo 68 municipios sobre un total de 135 firmaron convenios colectivos”, le dijo a INFOCIELO Rubén García, titular de FESIMUBO y uno de los grandes promotores de la nueva ley.
En esa lista hay unos 40 de Cambiemos y el resto del PJ. Varios de los convenios presentados no están en plena vigencia, por estar observados (Olavarría, La Madrid, Daireaux, Bahía Blanca, Villa Gesell, Balcarce, Carlos Tejedor, Alberti, Florentino Ameghino, Pehuajó, Arrecifes, San Andres de Giles) o directamente suspendidos, como los de General Arenales, General Villegas y La Plata, según datos de FESIMUBO.
No sólo los intendentes no cumplen. Durante cuatro años, García insistió ante el gobierno de María Eugenia Vidal para que convocara al Consejo y abriera de una vez el registro de contratados. No lo logró. Con Axel Kicillof entabló conversaciones durante la campaña, pero la pandemia hizo imposible que se llevaran a cabo acciones concretas.
Desde la Provincia le dijeron a este portal que han puesto “las herramientas a disposición para hacer válida la Ley, para impulsar la negociación colectiva” y que comparten con los sindicatos “la preocupación por los contratos que no sólo implican una falta al trabajador sino también a nuestra caja de previsión”.
Con los intendentes la cosa parece más difícil. “Hay una cuestión ideológica de muchos intendentes, de todos los colores políticos, de no trabajar ni aplicar la ley”, sostuvo García, que asegura que “muchos intendentes y sindicatos de la ‘vieja estructura’ desconocen la 14.656 y se manejan con la vieja ley”, como si fuera de cumplimiento optativo.
No es el único equívoco. “Algunos intendentes dicen ‘yo no adherí a esa ley’, pero es obligatoria. Se les dio 5 años de plazo para que se adecuaran y creen que una vez que lo hagan tienen cinco años más. No es así”, se lamentó García. Esa precariedad tiene efectos concretos: los municipales son los únicos trabajadores que no se benefician con el aumento del Salario Mínimo, sus contratos se pueden anular unilateralmente sin mayores consecuencias y se retiran sin beneficios previsionales.
La precarización de los trabajadores municipales fue posible en gran medida por la complicidad de lo que García llama “viejas estructuras” que hoy han perdido terreno. FESIMUBO logró en la última década articular con casi todos los sindicatos locales, y hoy acapara el 93 por ciento de la representación.
Por eso negocia desde una posición más fuerte y hace oír sus reclamos en el más alto nivel. Ese poder puede empezar a tener un correlato en las urnas si prospera la intención de reclamar lugares en las listas del Frente de Todos, que fue adelantada por este portal hace un mes.