Municipales de Caleta Olivia acusaron de «desidia» al Intendente

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En medio del período de transición de mando de autoridades, donde se evidencia una virtual acefalia de autoridades comunales, los empleados municipales de planta permanente llevan adelante un paro de actividades que se inició hace casi dos meses de manera parcial y que ahora es total debido a la sistemática percepción de sus salarios en forma fraccionada.

Ayer al mediodía, junto a delegados de sectores y miembros de comisión directiva encabezados por Julián Carrizo, alrededor de 400 de ellos -de un total de casi 3.000-, protagonizaron otra marcha de protesta desde el monumento al Obrero Petrolero hasta el edificio central de la comuna, previa lectura de un documento conteniendo severas críticas al intendente José Córdoba.

Pero el jefe comunal no los atendió porque dio parte de enfermo y delegó funciones al presidente del Concejo Deliberante, Manuel Aybar, quien irónicamente se enteró que estaba a cargo del Departamento Ejecutivo por los comunicados que difundieran medios periodísticos.

En cierta manera, ayer también hubo un tercer intendente en medio del conflicto, aunque de manera pasiva, tratándose del electo radical Facundo Prades, quien –según el SOEMCO– iba a recibir por la tarde a una comisión del gremio, pero no para resolver el problema del momento, sino a futuro. De todos modos, en la asamblea que se realizó junto al Gorosito el propio Carrizo ya le había lanzado una seria advertencia: algo así como que más le valía que cuando asumiera tenga disponibles 125 millones de pesos para pagar sueldos y aguinaldos, o «la cosa» se iba «a poner más brava».

En tanto el intendente interino, Manuel Aybar, tuvo que poner la cara y su firma en el documento que le entregó el SOEMCO cuando la columna de manifestantes llegó hasta el edificio municipal. El concejal fue uno de los principales promotores de la destitución de Córdoba al pergeñar un juicio político que nunca prosperó. Ahora le delegaron la «responsabilidad institucional», pero sin caja y solo salió del paso diciendo que pondría todo de su parte, al menos hasta cuando finalice mandato el 10 de diciembre, aunque en la práctica sus palabras sonaron como una mera retórica. Eso sí: no dejó escapar la ocasión para proferir serias críticas a Córdoba, acusándolo de dejar a una ciudad desprotegida de servicios básicos.

EN VISPERAS DE OTRA REACCION CONFLICTIVA

Antes, en la plazoleta del Gorosito se habían repartido «broncas» no solo para funcionarios y políticos, sino también para muchos obreros y empleados que no acudieron a la asamblea. Y esto lo hizo en voz alta el propio secretario general del SOEMCO debido a que la convocatoria no fue tan masiva como se había previsto. Además, los que estaban presentes se disgustaron cuando se les informó que la última oferta que había hecho el Departamento Ejecutivo era otra suma fija de 3.500 pesos de manera individual, la que se sumaba a los 10.000 pagados la semana pasada. Eso sin tener en cuenta varios ítems adicionales que falta cancelar.

Por ello, a través del documento que más tarde se entregaría a Aybar (el cual englobaba tanto a autoridades de la corporación municipal como de rango provincial y nacional), el gremio los hizo responsables de haberse hecho los distraídos y «de encontrarnos en vísperas de una reacción conflictiva mucho más grave de la que hoy tenemos en la ciudad».

A la hora de referirse a Córdoba no escatimaron criticas, señalando que su gestión representó «al peor gobierno municipal de Caleta Olivia» y que junto a sus colaboradores han dejado la ciudad «en un estado de desidia total», por la mala administración que afectó no solo a los trabajadores municipales sino también al resto de la comunidad.

Fuente: El Patagónico