Naranjas españolas y frutillas polacas
La liberalización de la importación de alimentos causa problemas en economías regionales y en establecimientos medianos y chicos. Se dispararon las compras de frutas, hortalizas, carne porcina y pollo.
12/08/2016 El PaísLa liberalización de la importación de alimentos causa problemas en economías regionales y en establecimientos medianos y chicos. Se dispararon las compras de frutas, hortalizas, carne porcina y pollo.
La calurosa bienvenida que recibió hace dos semanas el presidente Mauricio Macri en el predio de La Rural refleja el sesgo del Gobierno en favor de los grandes jugadores del sector agropecuario vinculados a las producciones tradicionales: cereales, oleaginosas y ganadería. Sin embargo, otro amplio grupo de producciones no recibe un tratamiento tan beneficioso. La liberalización de la importación de alimentos causa problemas en economías regionales y en establecimientos medianos y chicos. Según el Indec, crecieron importaciones de frutas y hortalizas, carne porcina y pollo, en mercados cuyas ventas están en baja.
En el primer semestre, la importación de naranjas provenientes de España y México llegó a las 3542 toneladas, cuando en el mismo período del año pasado no se registraban compras al exterior. En el caso de la mandarina, fueron 45 toneladas desde Uruguay, una operación que tampoco se había registrado durante el mismo período de 2015. No se trata de volúmenes que pongan en riesgo a esos sectores, pero llaman la atención en un contexto de depresión del mercado interno. Una de las regiones afectadas es el norte de la provincia de Buenos Aires y Entre Ríos. Al respecto, el legislador provincial de Entre Ríos Raúl Martínez (FpV) dijo que “a los productores de naranjas se les paga 2,50 pesos el kilo y están fundidos como los pequeños o medianos productores de manzanas de Río Negro, por lo que importar naranjas significa la desaparición de esos sectores. Una naranja que no se produce en el país es un productor, un recolector y un camionero menos en las rutas llevando nuestra producción”. También desde el Frente Renovador entrerriano presentaron un proyecto para regular la importación de pollos, cerdos, lácteos y cítricos. Los importadores justifican que los problemas meteorológicos restringieron la oferta nacional de cítricos, lo que impactó al alza en los precios al consumidor.
La importación de frutillas congeladas provenientes de China y de Polonia fue en el primer semestre de 70 toneladas, mientras que a esta altura del año pasado no se registraban compras al exterior. En el segundo semestre de 2015 se importaron 69 toneladas. En el caso de las ciruelas, las compras a Chile sumaron 863 toneladas entre enero y junio, diez veces más que en el mismo período de 2015.
El factor clave para explicar la suba de importaciones es que los alimentos dejaron de contar con la protección paraarancelaria que brindaban las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI) y ahora están bajo el sistema de licencias automáticas de importación, cuyo trámite tiene luz verde en 48 horas.
“A los productores de las economías regionales este gobierno les dijo que iban a estar mucho mejor. Lo que se observa con el achicamiento del consumo interno es que la situación no les mejoró e incluso tendió a empeorar. El aumento de las importaciones en este contexto tiene un efecto negativo para los pequeños y medianos productores”, explicó a este diario Javier Rodríguez, ex secretario de Coordinación Política y Emergencia Agropecuaria del Ministerio de Agricultura.
Uno de los sectores más afectados es la ganadería porcina, sobre todo los pequeños productores de la región pampeana. En los primeros seis meses se importaron desde Brasil y Dinamarca 9735 toneladas, un crecimiento interanual del 88 por ciento. El presidente de la Copal, Daniel Funes de Rioja, dijo a Página/12 que “sobre todo en conservas y cerdos se notó un incremento de importaciones más allá de los flujos normales. Eso estuvo vinculado al tema Brasil, que ha generado excedentes exportables que perturban al mercado local. Hay una preocupación general en el sector por este tema”.
En el caso del pollo, las importaciones de Brasil sumaron 3100 toneladas, más de un 1000 por ciento por encima de los 279 toneladas del primer semestre del año pasado. “El combo es negativo: caída del consumo nacional, menos exportaciones por falta de competitividad del dólar e incremento de importaciones”, dijo Alejandro Coianiz, de la Cámara Avícola Santafesina a un medio de esa provincia. Por otro lado, la importación de hortalizas aumentó en el primer semestre un 475 por ciento, de 1126 a 6475 toneladas, según datos del Senasa que presentó un reciente informe del Instituto de Economía Popular.