Nazis y fascistas avanzan en Italia
Casa Pound, Veneto Fronte Skinhead, Militia, Forza Nuova, Ordine Nuovo, Avanguardia Nazionale: la ultraderecha antiinmigrante gana protagonismo. El ex alcalde de Roma Veltroni señaló: “Una ola negra está destruyendo Occidente”.
04/12/2017 EL MUNDOCasa Pound, Veneto Fronte Skinhead, Militia, Forza Nuova, Ordine Nuovo, Avanguardia Nazionale: la ultraderecha antiinmigrante gana protagonismo. El ex alcalde de Roma Veltroni señaló: “Una ola negra está destruyendo Occidente”.
Desde principio de este año las noticias alarmantes venían de Europa, con una avanzada general de la derecha en Dinamarca, Francia, Alemania, entre otros países. Ahora mucha gente está preocupada también en Italia donde no sólo está avanzando la derecha de Silvio Berlusconi y Forza Italia, la Liga Norte y Fratelli d’Italia sino la ultraderecha encarnada en neonazis, neofascistas, skinhead o como quieran llamarse los que levantan a Hitler y Mussolini como la única esperanza para el país.
Varias manifestaciones públicas de estos grupos, hasta hace poco considerados “insignificantes”, han mostrado que están presentes. Es más, que están decididos a emprender una nueva vida y tener un protagonismo mayor. Hace algunos meses en Roma se vio reaparecer a Casa Pound, una organización fascista que había estado bastante silenciosa últimamente, y que en ese momento pretendió desalojar a un grupo de inmigrantes que ocupaban viviendas entregadas oficialmente a ellos por el estado italiano. Casa Pound consiguió poco más del 9% de votos en las últimas elecciones municipales de Ostia, un municipio de la provincia de Roma.
El verano (europeo) pasado salió a relucir un establecimiento en una playa cerca de Venecia, decorada con banderas fascistas y carteles alusivos con frases de Mussolini, repartidos entre las hamacas, los vestuarios y las sombrillas. No se había visto nada por el estilo en Italia en muchas décadas. El establecimiento fue cerrado en un primer momento por la policía y su propietario acusado de “apología del fascismo”, cosa prohibida por ley. Pero luego fue reabierto.
Hace una semana en la ciudad de Como (norte de Italia), un grupo de neonazis (que se llaman a sí mismos “Veneto Fronte Skinhead”) ocuparon el centro de asistencia a los migrantes “Como sin Fronteras”, mientras había una reunión. Y leyeron un manifiesto con aire intimidatorio que acusaba a los voluntarios de “arruinar a la patria” ayudando a los inmigrantes. Y advirtieron: “Pronto nos verán en acción”. Ocho de los trece protagonistas de esta acción fueron identificados por la policía y provienen de distintas ciudades italianas, lo que podría ser un indicador de la difusión de sus ideas.
El último fue un hecho realmente increíble: una bandera neonazi ondeaba en una de las oficinas de un cuartel de carabineros de Florencia. Al parecer era un dormitorio donde dormían seis carabineros y uno de ellos sería el responsable contra el cual ya se tomaron medidas disciplinarias. Todo salió a relucir porque un ciudadano pasó cerca de la ventana y vio la bandera, haciendo un video que puso en internet. “Quien jura ser militar, lo hace declarando fidelidad a la República, a sus leyes, a su Constitución. Quien expone una bandera nazi no puede ser digno de formar parte de las fuerzas armadas porque no respeta su juramento”, comentó la ministra de defensa de Italia, Roberta Pinotti.
Ya sea que se llame Casa Pound, Veneto Fronte Skinhead, Militia, Forza Nuova, Ordine Nuovo, Avanguardia Nazionale, entre otros, el principal punto al que todos estos grupos neonazis o neofascistas apuntan es a los migrantes, argumentando falsamente, que los extranjeros les quitan a los italianos el trabajo y las casas donde vivir y que destruyen la cultura italiana y su religión, dado que buena parte de los migrantes provienen de África o países de Asia como India, Pakistán y Bangladesh y son musulmanes. Pero también argumentan temas relativos a la seguridad –dado los tiempos que corren en Europa después de los distintos atentados– como si todos los migrantes fueran terroristas. Partidos de derecha representados en el Parlamento, como la Liga Norte, coinciden con estos argumentos. “El problema no son los muchachos que hicieron la ocupación de Como sino la inmigración sin control”, comentó el líder de la Liga Norte, Matteo Salvini.
El presidente del Senado italiano, Pietro Grasso, salió al encuentro de los prejuicios contra los migrantes que cada vez se difunden más entre la gente. En buena parte de los atentados ocurridos en Europa, dijo, los terroristas “eran franceses o belgas, no habían llegado con los inmigrantes. Es una elucubración sin fundamento decir que con los inmigrantes llegan los terroristas”.
Los progresistas, en general, y en particular el Partido Democrático, criticaron el accionar de los grupos neonazis y han organizado una manifestación de protesta para el 9 de diciembre en Como. “Una ola negra está destruyendo Occidente –declaró el ex secretario del Partido Democrático (PD) y ex alcalde de Roma, Walter Veltroni, al diario La Repubblica de Roma–. Hay momentos de la historia en la que los ciudadanos no pueden ser espectadores sino que deben movilizarse con voluntad y consciencia. La bandera nazi en el cuartel de carabineros quiere decir que debemos vigilar también a quienes deberían defender la democracia. Espero de corazón que las fuerzas democráticas y de izquierda den una señal de unidad sobre estos valores fundamentales”. Veltroni aludía a la división reinante en la izquierda italiana, dividida en minúsculos partidos fundados por quienes han abandonado al PD (ver recuadro). Y agregó: “Como siempre en momentos como éste, la derecha se aprovecha del miedo de la gente. ¿Y la izquierda que hace? Se divide. En cambio debe reencontrarse con el malestar social y la precariedad de las personas”.
Según datos de una encuesta realizada por la empresa Demos&Pi en noviembre sobre los miedos de los italianos, el 51% de los entrevistados piensa que los inmigrantes no son un peligro. El 33 por ciento en cambio cree que lo son. Y esta última cifra es significativa porque en 2016 la misma encuesta había dado como resultado que sólo el 23% de los encuestados tenía miedo de los inmigrantes.