Neuquén: Una ocupación que expone al MPN
Bajo las estadísticas de la “mejor provincia” corrió un río de desigualdades que, como ocurrió en Chile, salió a la luz de forma intempestiva y violenta.
11/02/2020 POLÍTICABajo las estadísticas de la “mejor provincia” corrió un río de desigualdades que, como ocurrió en Chile, salió a la luz de forma intempestiva y violenta. El gobernador Gutiérrez enfrenta un triple frente de tormenta: administrar finanzas en emergencia, encontrar su lugar en el nuevo mapa petrolero y contener la interna.
La ocupación de terrenos en la meseta neuquina dejó al descubierto la interna del MPN. No solo visibilizó la reformulación que se viene cocinando dentro del partido provincial en la última década, sino que además expuso sus responsabilidades como gobierno. El grave déficit habitacional en la región Confluencia, que involucra hasta una ciudad de otra provincia, debe asumirlo como un cargo de conciencia propio antes que como una situación compartida.
El intendente Mariano Gaido apuntó contra su antecesor Horacio Quiroga. Uno de sus ejes de campaña fue la creación de un organismo más asociado a lo habitacional que a las viviendas. Sus colaboradores se encargaron de aclarar: “Hablamos de loteos sociales y no de viviendas, que es facultad del gobierno provincial”.
Como se dijo en este medio en el transcurso de la semana, el jefe comunal fue víctima de su profecía autocumplida. Tiene que dar respuestas por la mayor ocupación ilegal de tierras que se recuerde en los últimos 10 años tras haber diagnosticado el cuadro. Si bien hay diferencias de números, quienes ocupan aseguran que son más de 1.200 familias y para el Ministerio Público Fiscal el número no llegaría a las 700, existe un hecho objetivo inocultable: la necesidad insatisfecha de acceder a tierras.
Las frases de campaña del gobernador Omar Gutiérrez, diseñadas por un ahora exministro, quedaron empañadas. Bajo las estadísticas de la “mejor provincia” corrió un río de desigualdades y necesidades que, como ocurrió en Chile, salió a la luz de forma intempestiva y violenta.
Las promesas que se fueron horneando al calor de los discursos oficiales que buscaron la legitimidad social para Vaca Muerta fueron un imán, real, para miles de familias que llegaron en búsqueda de una oportunidad. También se agigantó la brecha interna entre los sectores vinculados a la industria petrolera y el resto de la sociedad, que debió acelerar su tranco para no quedar tan atrás. Parte del bálsamo que untó el gobierno provincial fue la actualización salarial por inflación a estatales que presionó los gastos corrientes de manera que hoy hacen crujir la salud financiera de Neuquén.
Sin embargo, hubo un sector que quedó excluido del pelotón. Para ser justos, ni siquiera fue invitado a la maratón. La isla económica que pareció el emirato neuquino durante el macrismo comienza a inundarse. No es que no existieran señales, la pobreza en la provincia rondó el 27%, sino que la geografía de la desigualdad social logró consolidarse: zonas ricas visibles y las pobres invisibles.
El gobernador Gutiérrez enfrenta un triple frente de tormenta: el peso de la deuda que amenaza con regalarle el primer año donde deberá mostrar su muñeca política, ya que la billetera parece estar en problemas; reacomodarse dentro del mapa petrolero, ya que el gobierno nacional se instaló como primer interlocutor; y llevar a buen puerto la interna de su partido, que tomó estado público.
Muchos se preguntan por qué la Justicia y la Policía no actuaron de inmediato para desactivar y evitar la consolidación de las tomas que, con el paso de las horas, adquirieron el carácter de masivas. Parte de esas respuestas las tiene la ministra de Gobierno y Seguridad, Vanina Merlo, quien no tuvo una sola línea pública, en dos semanas de conflicto, sobre el tema.
Sobre la solución a la ocupación de tierras en la meseta no deberá esperarse un acto salomónico. Para el Municipio sería una pésima señal que los integrantes de la toma consigan tierras con su actitud. Internamente creen que el mensaje debe ser, algo así como reconocer la necesidad, pero hacerlo institucionalmente. En resumen, sin un renunciamiento de los ocupantes, habrá desalojo.
En paralelo habrá una revisión de los desarrollos de lotes sociales que motorizó la gestión de Quiroga porque creen que allí, donde hay un gremio y una empresa constructora, no se controlaron los plazos ni el cumplimiento de las inversiones prometidas. El norte de la administración de Gaido es ofrecer anualmente un piso de 500 lotes con servicios a familias que necesiten acceder a tierras para vivienda. ¿Será la medida para evaluar su gestión?