No hay mejor ceremonia que compartir una ronda de mates en el norte neuquino
Agenda personal. Ricardo A. Kleine Samson es uno de esos neuquinos que logran conmover profundamente cuando habla de la gente y lugares del norte de su provincia.
15/07/2018 TURISMOAgenda personal. Ricardo A. Kleine Samson es uno de esos neuquinos que logran conmover profundamente cuando habla de la gente y lugares del norte de su provincia. Es un gusto que siempre nos damos en “Yo Como”.
Ricardo A. Kleine Samson, dedicado también a la fotografía de paisaje, es el nuevo protagonista de nuestra minisección “Agenda personal”. Viajero como pocos, conoce el norte neuquino con una sensibilidad particular. Y sabe compartirlo con total grandeza, sea en textos, fotos o conversaciones.
¿Por qué el norte neuquino es una gran pasión para vos?
No es una pasión. Sencillamente me gusta. Si he de tener una es la de leer y escribir. Leer me motiva. Desde muy joven me levanto y me acuesto y, hasta sueño, con escribir historias, cuentos, relatos, lo que sea por escribir. El norte neuquino es un buen invento de mi cabeza para poder escribir y hacerlo sobre él. Hay que tener mucho cuidado con lo que se desea, porque a la larga se cumple, dicen los árabes.
¿Se termina de conocer alguna vez el norte neuquino?
Jamás. Las personas cambian todo el tiempo y cambia su mirada. No voy al norte a hacer un relevamiento geográfico. Voy a admirarlo y a sorprenderme de sus novedosas maravillas cada vez que cambia mi mirada. Soy un ser sintiente.
¿Cuál ha sido la comida que más te ha gustado de recorrer esa zona?
No es tanto la comida que puede ser cualquier cosa…lo gustoso es compartir con sus trashumantes, sus modales y sus historias son la sal y la pimienta que le da ese sabor tan especial. Pero de preferir, prefiero el cordero.
Un producto que te entuasiasme de la zona para tu cocina.
Sus latitas para calentar el agua o tomar vino, sus pavas tiznadas, sus bolsitas con sal o azúcar…La sencillez.
¿Cómo es tomar unos mates en uno de los refugios de las veranadas?
El fuego y la comida son convocantes en todos los lugares del planeta. Pero el fuego y el mate son criollos, son nuestros. Sin fuego no hay mate. Apenas lleg[as te prenden el fuego en el medio de la sala para calentar la pava. Es increíble.
Una ronda de vecinos alrededor del fuego… ¿hay otra ceremonia tan profunda como esa?
La gente junto al fuego y la comida, en una ronda es donde se toman las mejores decisiones de la vida. Las miradas, las palabras, los gestos atraviesan las llamas, se entibian, y llegan al otro…
No hay tortas fritas como las que hace….
Doña Marcelina, por supuesto. Pero no son: sencillamente ricas. Lo admirable es su predisposición. Sus manos que, artríticas y arrugadas, amasan la harina hasta dejarla tan homogénea como homogénea ha quedado ella con su cultura y paisaje. La vida la ha amasado a ella hasta dejarla tan homogénea como ella a su harina. El secreto de su sabor y el de su vida está en esta labor. Marcelina es la síntesis de todas las guapas mujeres de este norte neuquino.
Hay que probarlas…antes que acabe la harina.
Un vino preferido de alguna bodega de la zona.
El Marcus, gran reserva malbec de Canale.
El último chivito que comiste por ahí fue….
Jamás comeré el último… Lo juro.
Tu lugar en el mundo es exactamente en …
¿Qué otro lugar en el mundo hay más lindo que el norte neuquino…? Y, entonces, ¿por qué iría a elegir otro…?
Amar, amo a mis hijos y nietas, a Liliana (mi mujer) a mis amigos y a la vida. Al norte neuquino lo admiro por su inmensidad y belleza, pero la cultura trashumante que la atraviesa le da sentido y dimensión humana que me maravilla cada vez mas. La belleza sola es solo belleza. Que un piñero se te cruce en camino es una de las maravillas que más sorprende. Su entusiasmo, su vigor, su constancia, su responsabilidad, sus ganas de hablar y compartir. Son tipos libres que han hecho que su cultura también lo sea. Pero no en el sentido inocente de la palabra. Nadie puede ser libre, es una mentira. Lo son porque han prescindido de todo lo que nosotros deseamos y buscamos tan bruscamente y que cada vez, como los fundamentalistas, nos esclaviza más. Ser libre es ser responsable y lo son en el maravilloso sentido que le da el gran Pepe Mujica.