Nono, la histórica y coqueta villa de Traslasierra

El nombre con el que los comechingones denominaban a esta zona era Lacza, que pasó al quechua como Ñuñu y luego al español como Nono, que significa pechos de mujer, y hace referencia a dos cerros

El nombre con el que los comechingones denominaban a esta zona era Lacza, que pasó al quechua como Ñuñu y luego al español como Nono, que significa pechos de mujer, y hace referencia a dos cerros ubicados en la margen derecha del río de los Sauces que son un emblema de la localidad.

Con el nuevo tramo del Camino de las Altas Cumbres la vinculación con Traslasierra se ha facilitado un poco más. Al finalizar el descenso por la ruta provincial 34 el visitante se encuentra con Mina Clavero, al norte, o puede girar hacia el sur por la ruta provincial 14.

Por esta ruta se transita por la tranquila comuna de Arroyo de los Patos, con su balneario sobre el río de los Sauces y algunos arroyos, como el que le da nombre a la comuna, que invitan a realizar caminatas a la vera de los mismos.

Luego de recorrer escasos 8 kilómetros se arriba a la bella localidad de Nono. Esta encantadora población se ha posicionado como un destino ideal para las vacaciones en familia con ríos para todos los gustos, un cuidado casco histórico con una plaza con intensa vida nocturna, un museo imperdible, la posibilidad del contacto con la naturaleza y una oferta gastronómica y de alojamientos de calidad.

Además de las huellas dejadas por los pueblos originarios, esta villa registra una temprana presencia estable del español siendo el registro más antiguo uno redactado el 26 de octubre de 1598, fecha que se adoptó en 2018 como Día del Pueblo de Nono por ordenanza municipal.

Por su lugar estratégico, también fue escenario de las trágicas luchas entre unitarios y federales: luego de la victoria sobre el federal Juan Bautista Bustos en San Roque, el 22 de abril de 1829 en los campos que hoy cubre el lago homónimo, el unitario general José María Paz tomó el poder en Córdoba y encabezó una acción “pacificadora” en los rebeldes territorios de Traslasierra. Uno de los balnearios más elegidos, Paso de las Tropas, rememora la presencia militar que llevó persecuciones y fusilamientos en una estéril pelea fratricida.

Qué visitar

En la actualidad Nono recibe a los turistas con una marco natural y cultural de excepción, junto con una cuidada infraestructura capaz de satisfacer plenamente las necesidades de los visitantes.

Balnearios. En cuanto a ríos Nono ofrece alternativas para todos los gustos: aquellos que disfrutan de un río con una mayor corriente, grandes piedras y ollas solo deben transitar unos pocos kilómetros hacia el oeste y se encontrarán con los balnearios Los Remansos y el conocido Paso de las Tropas sobre el río Chico de Nono; por el contrario, si el visitante desea disfrutar de aguas tranquilas y amplias playas de arena, ideal para las familias con niños, solo tiene que dirigirse hacia el oeste hasta el río de los Sauces, en el último tramo antes de que sus aguas se incorporen al dique La Viña.

En esta zona, donde se encuentran numerosos campings y la posibilidad de hacer un paseo a caballo, se encuentra la nueva Reserva Natural y Cultural las Junturas, en la unión del río Chico de Nono con el de los Sauces. Es un lugar magnífico, en especial al atardecer, con el sol cayendo entre los dos cerros íconos de Nono y que fueron declarados patrimonio natural y cultural por ordenanza municipal en 2017.

Museo Rocsen. A solo 5 kilómetros del centro se encuentra este sueño hecho realidad del ya desaparecido francés Juan Santiago Bouchon, un museo polifacético que abrió sus puertas el 6 de enero de 1969. La impronta de Juan está en cada detalle de Rocsen, desde su nombre que hace referencia a una propiedad familiar del siglo 12 que perdió durante la Segunda Guerra Mundial, y que significa “roca santa”. También en la imponente fachada que le demandó 8 años realizar y que cuenta con 49 esculturas que moldeó con las manos de distintas personalidades del mundo que a su criterio marcaron una evolución del pensamiento pacifista y humanista, con la imagen de Cristo en el centro, y con el color rojo de la fuerza creativa.

Es un museo ecléctico, con más de 60 mil piezas expuestas y organizadas en más de cien temáticas y de diferentes partes del mundo. Las horas se pasan volando y el asombro perdura aún cuando uno se retira de este santuario de encuentro armonioso del ser humano con la naturaleza. (Horario: abierto todos los días de 10 a 19, desde $ 250 a $ 500 por persona).

Circuito casas con historia. A lo largo de cuatro siglos Nono se ha ido transformando, pero afortunadamente permanecen de pie numerosas construcciones que marcaron la historia del pueblo. A lo largo de 8 paradas el visitante podrá conocer la Escuela Domingo Faustino Sarmiento que data de 1925 y que pertenece al patrimonio histórico provincial; el Hospedaje El Milagro, el primero que tuvo el pueblo en la década de 1920; la Despensa Blanco y Negro, un almacén de ramos generales de mediados del siglo pasado; la Vieja Esquina, casona de 1880 y que hoy funciona como local gastronómico; la Sub Comisaría, de 1927; el Hotel La Viña, centenario almacén de ramos generales; la Pulpería, construida en 1887 y que es una de las pocas casas de adobe que aún se conservan en Nono; y la residencia de artista boliviano Víctor Bustillos Aguilar, autor del escudo oficial de la Municipalidad de Nono, entre otros trabajos.

Senderismo. Es recomendable consultar en la oficina de informes (nonoturismo.gob.ar, tel.: 3544 498168) pero los más recomendables son el qu va a la Juntura de los ríos, de baja intensidad; el Sendero del arroyo, que parte a mitad de camino al museo Rocsen y que va bordeando el arroyo de los Sanjuaninos; y El empedrado, que parte pasando el museo y que es el de mayor exigencia pero que tiene unas excelentes vistas panorámicas.

Iglesia San Juan Bautista. La alta silueta y el rojo de su techo permiten verla desde lejos. Este templo comenzó a ser construido en 1908 a instancias de José Gabriel Brochero, el santo “cura gaucho”, y quedó terminada hacia 1915 y bendecida una década después.

Con la puesta del sol. Cuando la noche cae todo el movimiento se traslada al centro. A la plaza San Martín se ingresa por sectores demarcados donde se toma la temperatura y se debe circular en sentido horario, la feria de los artesanos es el principal atractivo, al igual que algunos espectáculos callejeros. Las alternativas gastronómicas que brinda Nono son variadas y de calidad, desde las viejas casonas cercanas a la plaza a los restaurantes más próximos a la ruta.

Fuente: Voy