Notorio incremento de ollas populares en Caleta Olivia

La flexibilización de parte de las actividades laborales aún no es suficiente para aliviar las preocupantes situaciones de vulnerabilidad social que ello trajo aparejado en Caleta Olivia, sobre todo en barrios periféricos.

A pesar que el gobierno provincial emite partes de prensa con atractivas frases institucionales que aluden a reuniones de funcionarios con el fin de «articular un trabajo de abordaje territorial en los barrios», el auge de las grandes ollas populares demuestra que la ayuda oficial no llega a centenares de familias.

La flexibilización de parte de las actividades laborales que estuvieron estrictamente restringidas en prevención al COVID 19, aún no es suficiente para aliviar las preocupantes situaciones de vulnerabilidad social que ello trajo aparejado en Caleta Olivia, sobre todo en barrios periféricos.

Es evidente que solo se han recuperado una ínfima parte de los centenares de puestos laborales perdidos, sobre todo los informales y nadie puede afirmar cuando se revertirá este sombrío panorama.

A pesar que el gobierno provincial emite partes de prensa con atractivas frases institucionales que aluden a reuniones de funcionarios con el fin de “articular un trabajo de abordaje territorial en los barrios”, el auge de las grandes ollas populares demuestra que la ayuda oficial no llega a centenares de familias.

En el curso de los dos últimos meses, El Patagónico pudo constatar que ya hubo por una veintena organizadas por gremios, agrupaciones de caridad o vecinos no alineados con algún partido político.

A modo de ejemplo, un grupo de amigos liderados por Ricardo Rivero y Pedro Mistritúa, ya había concretado ese objetivo humanitario en los barrios 17 de Octubre, Zona de Chacras, Esperanza y Bicentenario y este mediodía hizo lo propio en el Rotary 23.

Para tal fin contaron con la colaboración de la vecina Verónica Cortés quien facilitó su casa ubicada en la calle Ayacucho para preparar mil porciones de guiso de lentejas que retiraron no solo familias de ese barrio sino también otras que residen en las cercanías.

Debe también señalarse que era evidente que a algunos vecinos que no padecen necesidades les resultaba chocante ver este tipo de gesto humanitario en su barrio, por lo cual quienes lo llevaron adelante expresaron que “una olla popular solo molesta a quien nuca tuvo hambre”.

Fuente: Patagónico