Obama pretende evitar la deportación de cinco millones de indocumentados en EE.UU.

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El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunciará un decreto para modificar la política migratoria y así evitar la deportación de más de cinco millones de personas, según publicó ayer el diario The New York Times (NYT). La Casa Blanca no confirmó la información, pero reconoció que el mandatario demócrata tomará una decisión sobre el tema antes de fin de año. En base a fuentes anónimas del gobierno, el periódico neoyorquino sostuvo que Obama decretaría varias medidas, como la posibilidad de que “muchos padres con hijos que son ciudadanos estadounidenses puedan obtener documentos de trabajo legales sin temor a ser descubiertos, separados de sus familias y deportados”. La decisión podría ser anunciada, afirmó NYT, la próxima semana o como mucho en los primeros días de diciembre.

EN LA CASA BLANCA. Pocas horas después, la Casa Blanca informó que, hasta el momento, Obama no tomó ninguna decisión sobre cómo afrontará la crisis migratoria que vive su país. “El presidente no ha tomado todavía una decisión final”, dijo ayer el vocero presidencial, Josh Earnest, en una conferencia de prensa en la ciudad de Naypyidaw, Myanmar, donde Obama se encuentra de visita oficial. Earnest reconoció que el presidente tomará la decisión “antes de fin de año”. Pero no aclaró si será en forma de decreto o si intentará negociar en el Capitolio, donde los demócratas serán minoría a partir de enero producto de la victoria republicana en las elecciones del pasado 4 de noviembre. “El presidente recibirá relativamente pronto algunas recomendaciones finales por parte del secretario (de Seguridad Nacional, Jeh Johnson), pero desde luego no antes del final de su viaje por Asia”, precisó el vocero.

11 MILLONES SIN DNI. Según las cifras de NYT, un eventual decreto de Obama frenaría la deportación de cinco millones de personas sobre un total de 11 millones de indocumentados. Sin embargo, la cantidad de inmigrantes que se beneficiarían con una reforma de la actual ley migratoria dependerá del criterio que utilice la Casa Blanca. Si Obama amplía el Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés) a más jóvenes, podría beneficiar a 1,9 millones de indocumentados. Pero si se inclinara por dar alivio migratorio a inmigrantes indocumentados que son padres o esposos de ciudadanos estadounidenses, beneficiaría a unas 3,8 millones de personas. Cualquiera sea la salida que adopte, el presidente deberá dar respuesta al reclamo de la comunidad latina y cumplir con sus promesas de realizar una reforma migratoria. Promesa que se vio entorpecida por la lentitud de la Casa Blanca, pero también por la oposición republicana, que se negó a poner una fecha para la votación en la Cámara de Representantes, tras la aprobación de la medida en el Senado. Ahora rechazan que Obama tome una decisión por decreto. Lo que el líder demócrata anuncie servirá para frenar temporalmente las deportaciones a la espera de que el Congreso apruebe una reforma migratoria definitiva, la demanda más esperada por los activistas. Ocurre que si en 2016 un republicano fuese elegido presidente, podría anular el decreto de Obama y volver a la situación anterior.

REPUBLICANOS. La bancada republicana ya había advertido al presidente estadounidense Barack Obama que no aceptaría la utilización de decretos para gobernar. Ayer, con la noticia de que esa sería la forma de dar alivio a millones de inmigrantes indocumentados, la oposición volvió a manifestar su rechazo a lo que consideró la “actuación unilateral” por parte del mandatario.

El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, reiteró que si Obama actúa solo, estará “jugando con fuego y, cuando uno juega con fuego, puede quemarse”. En una reunión a puertas cerradas, Boehner dijo que si lo hace, el presidente “pondrá en peligro otros asuntos”. Sin mencionarlo, el legislador estaba haciendo referencia a dos temas sumamente importantes para la Casa Blanca: el nombramiento de Loretta E. Lynch como nueva fiscal general y la aprobación del presupuesto.

En la misma jornada, el Partido Republicano eligió por unanimidad como nuevo líder en el Senado a Mitch McConnell, quien a partir de enero reemplazará como presidente de la Cámara Alta al demócrata Harry Reid.

Fuente: El Diario, Entre Ríos