Palpalá: El recuerdo de una ciudad pujante y su deterioro
La fábrica llevó progreso y trabajo pero dejó huellas muy dolorosas como familias destrozadas
12/04/2019 MUNICIPIOSLa fábrica llevó progreso y trabajo pero dejó huellas muy dolorosas como familias destrozadas
El descubrimiento de los minerales en los bosques del Zapla ocurrió de la forma menos pensada e insólita por medio de dos cazadores que se dirigieron a esa zona y se sorprendieron al observar el color rojizo del suelo.
Uno de ellos, conocedor de minerales, envió una muestra a Buenos Aires para que lo analicen y ese asombro de los jóvenes cazadores se trataba de algo muy interesante para la industria nacional. Fue así que Wenceslao Gallardo y Ángel Canderle descubrieron lo que después se convertiría en el producto con que se levantaría Altos Hornos Zapla.
Este importante descubrimiento cayó en las manos del General Manuel Savio que desde la Dirección General de Fabricaciones Militares puso en marcha un sueño que se concretó a principios de los ’40.
Una publicación local de 1960 recordaba esto expresándolo de la siguiente forma: «este hecho de tanta trascendencia para la economía y grandeza del país, repercutió en todos los ámbitos de la Nación, llevando hasta sus últimos rincones el nombre de Jujuy, rico suelo que engendró la materia necesaria para una nueva etapa industrial en la vida del país».
Fue así que miles de personas llegaron a Palpalá desde distintas partes de la provincia y del país para trabajar en Altos Hornos Zapla. La ciudad se fue poblando y urbanizando. Se crearon numerosas instituciones de diversa índole, entre ellas el club homónimo.
«Se mandaba muy buen acero al exterior y trabajaban grandes personas que daban lugar a que el país esté entre los primeros de venta de acero. Todos conocían a Jujuy por Altos Hornos Zapla, los que la conocieron vieron el auge que fue», indicó Pedro Alarcón que trabajó desde 1968 hasta el 1992 en Zapla.
Pero esos años de luces y de crecimiento económico e industrial en Jujuy se fueron apagando con el paso del tiempo y a fines de los ’80 se dio un giro rotundo.
El proceso de privatización
El declive comenzó en el «Gobierno de (Raúl) Alfonsín y se concretó con (Carlos) Menem con la intención de desmantelar fábricas. Ellos justificaban que la empresa era deficitaria por eso no debía estar en manos del Estado, eso decían ellos», mencionó Sergio Velázquez extrabajador entre los años 1979 y 1992.
En ese sentido afirmó que «muchos apoyaron ese proceso porque estaban ciegos con el signo peso por la indemnización pero eso no fue como lo esperaban. El monto que se les pagó equivalía al sueldo de un año y medio. Tras esa situación abundaron los comercios informales».
La mayoría de esos negocios no prosperaron, salvo muy pocos, y la ciudad empezó a sentir cimbronazos del impacto económico. Fue ahí cuando ocurrió lo peor.
«Trabajadores que se suicidaron y familias destrozadas»
En lo social y económico hubo una ruptura total porque había mucha gente que de repente se quedó sin trabajo y con una indemnización que no les duró mucho.
El personal se redujo de 8.000 obreros a 2.560.
«Había de todo, gente que jubilaron muy joven pero eran viejos para buscar un trabajo, trabajadores que se suicidaron por no poder llevar un plato de comida a sus hijos, familias que se destrozaron y pobreza», dijo Pedro Alarcón.
Por su parte, Sergio Velázquez, añadió que «hubo gente que emigró de Palpalá buscando subsistir y los que no pudieron soportar el golpe tan duro de quedar sin trabajo optaron por la decisión más drástica. El golpe fue durísimo en el aspecto social y económico».
Con el tiempo la ciudad fue remontando esa situación pero nunca volvió a ser la de antes. «El impacto fue tremendo, Palpalá nunca se recuperó de esa situación porque fueron miles que de la noche a la mañana quedaron en la calle», aseguró Velázquez.
Agregó que «hasta el día de hoy hay extrabajadores que siguen peleando en juicios que se iniciaron en ese época».
Pasaron años para que la ciudad se estabilice, «la sociedad se tuvo que rearmar con una nueva concepción y pensar que ya no dependía más de la fábrica», sostuvo