El Papa Francisco pide perdón a indígenas mexicanos
16/02/2016 EL MUNDO
El papa Francisco criticó ayer la exclusión social que históricamente han padecido los indígenas y dijo que el mundo debería aprender de su cultura y del cuidado que hacen de la naturaleza.
Fue durante durante una misa en San Cristóbal de las Casas, un baluarte de la guerrilla zapatista, en el estado sureño de Chiapas, el más pobre y con más indígenas de México.
En el empobrecido estado de Chiapas el pontífice ofició una misa frente a miles de personas de distintos pueblos originarios a quienes dijo que la gente debería hacer un examen de conciencia y pedir «perdón» por el trato a sus pueblos.
«Muchas veces, de modo sistemático y estructural, vuestros pueblos han sido incomprendidos y excluidos de la sociedad», dijo en su homilía Francisco, quien en 2015 pidió perdón a los indígenas por las masacres cometidas en la época colonial.
En la localidad de San Cristóbal de las Casas también pidió la protección del ambiente, que junto con las culturas indígenas es parte de las preocupaciones que ha manifestado en su papado.
«Ya no podemos hacernos los sordos frente a una de las mayores crisis ambientales de la historia», dijo y recordó que los indígenas «en esto tienen mucho que enseñarnos».
Parte de la misa fue oficiada en tres lenguas indígenas (tzeltal, tzotzil y chol) en un escenario que tenía la réplica de la fachada de la catedral de San Cristóbal de las Casas, con un brillante amarillo y rojo. La ceremonia se realizó en medio de música de marimba y algunos rituales que los pueblos originarios introducen a las celebraciones eucarísticas en el sureste mexicano.
En un momento, un indígena tzotzil le dijo que acostumbraban rezar cada quien de rodillas y en sus propias lenguas. Más adelante, se realizó una danza ritual que un sacerdote aclaró que no era «un momento folclórico, sino una oración», durante la cual la gente movió ligeramente el cuerpo al ritmo de música de violines que niños tocaban.
Al papa le entregaron ejemplares de una Biblia traducida al tzeltal y tzotzil y le agradecieron la atención que ha dado a los grupos indígenas.
«Aunque muchas personas nos desprecien, tú has querido visitarnos y nos has tomado en cuenta, como la Virgen de Guadalupe a San Juan Dieguito», le dijeron indígenas tzeltales y tzotziles en un mensaje ofrecido en sus lenguas y traducido al español durante la misa, para la cual se esperaba la asistencia de unas 100.000 personas.
Los indígenas también le agradecieron haber autorizado el uso de sus lenguas en las celebraciones eucarísticas, algo que las autoridades eclesiásticas habían evitado y que aquí desafió el fallecido obispo Samuel Ruiz.
«Así podemos comprender, escuchar lo que Dios nos quiere comunicar y hablarle cada cual en su propia lengua», dijeron.
A Francisco le llamaron «Tatik» en varias ocasiones, una palabra que en tzotzil significa «padre» y que era como se referían a Samuel Ruiz.
«Algunos han considerado inferiores sus valores, su cultura y sus tradiciones», les dijo el pontífice.
«Otros, mareados por el poder, el dinero y las leyes del mercado, los han despojado de sus tierras o han realizado acciones que las contaminaban», añadió en el centro deportivo donde se realizó la ceremonia.
El lugar era un mar de colores por los trajes indígenas tradicionales de los asistentes. Mujeres tzotziles vestían faldas largas azules y rebozos multicolores.
Los hombres también portaban trajes regionales con chalecos bordados en los que resaltaban el azul, el verde y el morado. También llevaban sombreros de paja con bordados y listones colgantes.
«El papa vino a rescatar nuestro corazón como pueblo indígena», dijo Jeremías Pérez, un campesino tzotzil de 46 años, quien llegó con su traje ceremonial para que el papa viera «que los indígenas estaban presentes».
Con la ayuda de su esposo que tradujo lo que decía, María Pérez, una indígena tzotzil de 39 años, comentó que estaba muy contenta por la visita del papa. «El mensaje del papa nos trae buenas noticias para la vida».
Francisco, quien el fin de semana dijo que los indígenas mexicanos aún esperan el reconocimiento a las contribuciones que han hecho al país, llegó a la mitad de su viaje después de haber llamado la atención a los líderes políticos y a los jerarcas de la Iglesia para que enfrenten los males del país como la desigualdad, la corrupción, la violencia y el narcotráfico.
«El papa busca la unidad, no hace diferencias entre las personas», dijo José Tránsito Aguilar, un indígena tojolabal. Agregó que viajó seis horas desde su comunidad de Lagos de Montebello.
«Él trae mucha paz, pero depende de los gobiernos que cambie esto», consideró.
Tras presidir la misa, el papa acudió a un almuerzo privado con algunos representantes de grupos indígenas y poco después visitará la catedral.
El papa culminará la jornada con un encuentro con familias en un estadio de fútbol en Tuxtla Gutiérrez, la capital de Chiapas.