Pichanal, el pueblo que se quedó sin Concejo Deliberante

Murúa, solo en el Concejo

Murúa, solo en el Concejo

Salvo excepciones, el cuerpo deliberativo no sesiona con normalidad desde 2010. Ayer había sesiones, pero el recinto permaneció cerrado. Lo preside la esposa del intendente.

Una puerta cerrada. Esa es la postal con la que ayer se encontraron nuevamente los ediles Gustavo Mendieta y Mario Murúa cuando concurrieron, como cada miércoles desde que comenzó el período de sesiones en Pichanal, a sesionar en el cuerpo legislativo.

Desde el pasado 1 de marzo, el Concejo Deliberante local no sesionó ninguna vez, según informaron los mismos ediles. La situación se tornó tan habitual que ya ni siquiera asiste al lugar el secretario del Concejo, por lo que las puertas del recinto permanecen cerradas. Por eso, los ediles que sí concurren, no tienen la posibilidad de dejar constancia de la inasistencia constante de sus pares oficialistas al plenario legislativo los miércoles, que son mayoría.

Según las denuncias, el presupuesto 2015 se aprobó en una sesión extraordinaria irregular, a la que no fueron convocados los concejales de la oposición. A los mismos solo se les informó oralmente que se había aprobado un presupuesto de 90 millones de pesos, aunque nunca recibieron el proyecto o constancia alguna.

El Concejo Deliberante de Pichanal está integrado por nueve concejales, seis oficialistas y tres opositores. Un dato que tal vez explique la rebelión legislativa es que, actualmente, el Concejo es presidido por Margarita Ramírez de Jalit, la esposa del intendente, Julio Jalit. El Tribuno intentó comunicarse con la pareja que administra el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo del pueblo, pero no respondieron el llamado.

El Tribuno consultó al abogado constitucionalista Ricardo Gómez Diez, para conocer el correcto proceder del cuerpo. «Se necesita de un decreto del intendente convocando a sesiones extraordinarias con el temario a tratar. Se tienen que convocar a todos los miembros. El presidente del cuerpo tiene que notificar a los integrantes del Concejo de manera fehaciente. Si esto no se hace estamos ante un vicio de origen del Concejo por falta de la citación formal. Porque más allá de que existe la mayoría, el Legislativo tiene que funcionar también con la debida citación a la minoría. El órgano está integrado por la mayoría y por la minoría, no solo por los oficialistas. Ignorar la minoría no es democrático, ya que también son representantes del pueblo. Es la base de la democracia: la tolerancia y el respeto. Es un funcionamiento totalmente anónimo que puede dar lugar a planteos judiciales», opinó el especialista.

«Los concejales faltan y por ello no podemos sesionar. Incluso hasta falta el mismo secretario del Concejo. Solamente van de manera salteada algunos ediles, como Bernardo Flores, Mario Murúa y José Miranda. Pero cuando yo voy está todo desierto», aseguró a El Tribuno el edil Gustavo Mendieta, de Salta Somos Todos.
«Sesionan cuando les conviene. Es palpable el total desinterés que tienen por la problemática social.

Lamentablemente, la comunidad de Pichanal no tiene la cultura del reclamo. No saben si se sesiona y hay un enorme desconocimiento sobre la importancia del rol del Concejo como control del Ejecutivo municipal. El clientelismo político está a la orden del día», manifestó por su parte, Mario Murúa, edil del Frente Salteño.

Exposición policial

La situación es tal que ni las varias exposiciones realizadas en la Policía local a lo largo de los años han logrado modificar el escenario, que se ha vuelto una costumbre endémica desde 2010, aunque muchos señalan que esta práctica viene de antes.

Ya en ese año, el entonces concejal Carlos Castañeda había radicado una exposición para dejar constancia de la irregularidad jurídico-administrativa.

El concejal Mario Murúa señaló que el Gobierno de la Provincia mira para otro lado: «No les interesa. No hay ningún tipo de control de la Provincia. Los concejales anteriores a mi período hicieron planteos sobre el tema y no les dieron bolilla».

Por su parte, Mendieta aseguró que desde que asumió como edil en 2013 realizó tres exposiciones en la Policía. «Esto es una enorme irresponsabilidad y una falta de compromiso con la sociedad», aseveró.
Ayer, día de sesiones, el Concejo tenía puesto un candado.

Un polémico presupuesto

Mario Murúa señaló que el presupuesto 2015 fue aprobado el año pasado en una sesión extraordinaria a la que nunca se llamó a la oposición.

«El 30 de noviembre cierran las sesiones ordinarias de acuerdo a la carta orgánica. Pero recién el 3 de diciembre el oficialismo se reunió sin haber llamado a sesión extraordinaria. Así aprobaron el presupuesto, a libro cerrado. Solo dijeron de manera verbal que el presupuesto era de 90 millones. Eso es inconstitucional», aseveró Murúa. «El presupuesto se tiene que pasar a todos los miembros para que puedan estudiar el tema», dijo por su parte el constitucionalista Gómez Diez.

El mismo 3 de diciembre pasado el concejal señaló que también aprobaron la ejecución presupuestaria del período 2014. «No presentaron ningún comprobante ni documentación», aseguró.

Murúa afirmó a su vez que se destinaron $68 millones del Fondo de Reparación Histórica solo para Pichanal, dinero del cual tampoco tienen conocimiento de su destino.

Fuente: El Tribuno, Salta