Polos opuestos en pandemia: la actividad primaria y la turística de Río Negro

Las facturaciones ratifican al turismo como el gran perdedor, seguido por el sector petrolero. La economía primaria no tuvo impacto negativo, y zafaron la comercial y la financiera.

Las facturaciones ratifican al turismo como el gran perdedor, seguido por el sector petrolero. La economía primaria no tuvo impacto negativo, y zafaron la comercial y la financiera.

La actividad económica de Río Negro tuvo una disminución real superior al 20% en el 2020, producto esencialmente de las restricciones y las condiciones impuestas por la pandemia.

Los cierres y las limitaciones derivadas de la Covid-19 fueron dispares y, en consecuencia, los impactos también. Incluso, algunos no evidenciaron consecuencias, como los sectores primarios –en Río Negro, en esencia, la fruticultura, la ganadería y la minería– y, por eso, concluyeron con buenos resultados. Los datos de estas actividades consignan un crecimiento interanual del 60%.

Los números del comercio, las finanzas y las industrias fueron los segundos mejores posicionados.

La actividad comercial –con sus diversidades– mantuvo sus niveles, ponderando que su incremento del 38% solamente equipara a la incidencia inflacionaria. Al sector lo empujo especialmente el rubro de los alimentos ya que se lo consideró esencial y no sufrió casi limitaciones en sus aperturas en la cuarentena.

La venta online también en Río Negro afloró con fuerza en el primer semestre. Esta participación –según registros provinciales de la principal plataforma nacional– tuvo un sorprendente crecimiento en sus movimientos en Río Negro. Por caso, en julio subió un 180% en relación a marzo, y siguió con su marcado ascenso.

Los registros de la actividad económica corresponden a las obligatorias declaraciones juradas que cada empresa reporta en la Agencia Provincial para la posterior liquidación impositiva.

La evolución del periodo enero-noviembre en la provincia concluyó con un alza interanual del 14%, relegada en su cotejo con una inflación. La conclusión: la merma real estuvo por encima del 20%.

Gran perdedor

El desagregado sectorial ratifica que la actividad turística –que en los registros agrupa la hotelería, gastronomía, agencias, etc.– como gran perdedor en la pandemia. El sector, de por sí, es importante en Río Negro pero, además, es movilizador de otras actividades, como la comercial.

En Bariloche, representa casi la mitad del producto bruto geográfico, con 8.000 trabajadores directos y unos 30.000 indirectos. La región andina fue la más afectada por la parálisis plena en la temporada invernal. Su flexibilización se advirtió en octubre aunque el turismo quedó habilitado en diciembre.

Las declaraciones juradas por las facturaciones de la actividad registran un descenso interanual del 31% en relación al 2019, a pesar que se detecta cierta recuperación. Por ejemplo, subió un 86% en noviembre en comparación a agosto (que expresan los movimientos de julio).

Este fuerte rebote temporal es igualmente insuficiente para contrarrestar el derrumbe en el lapso de enero-septiembre, que alcanzó el 66%, siempre en comparación con igual periodo del 2019.

Incremento nominal
14% Fue el alza de las facturaciones totales de las actividades en su comparación con el 2019, lejos del proceso inflacionario.

El segundo sector más afectado en Río Negro por la pandemia fue el petrolero, con un declive en su facturación anual del 14%. La caída mermó por su mejora en el segundo semestre, que fue del 17% entre agosto y noviembre. La primera parte (entre enero-septiembre) fue mala: existió un declive de un 29% , siempre también con un precio bajo del petróleo como componente adicional.

La construcción tuvo sus vaivenes, con un derrumbe y, actualmente, con cierta recuperación, a pesar de otros obstáculos, como el desabastecimiento de productos.

En lo nominal, los otros sectores presentan datos positivos. Algunos insignificantes, que expresan sus desaceleraciones en el primer semestre, como servicios –que contienen las actividades liberales, entre otros, de los profesionales– que tuvo un aumento del 2%.

Por su parte, los servicios públicos –como el gas, la electricidad y el agua, entre otros– expuso una tendencia diferente, pues registra un alza en el inicio y, luego, acusó una reducción tras la cuarentena. Arroja un aumento nominal del 15%.

La actividad financiera cierra con un alza del 31% , entre las más altas, con el sector primario, el comercio y la industria.

Triple golpe del coronavirus a la actividad petrolera

La pandemia golpeó por triple partida a la actividad petrolera del país y de Río Negro y llevó a que en el balance del 2020 el sector tuviera una caída global del 14% en su actividad.

Como muchas otras actividades, el sector petrolero tuvo una fuerte parálisis al inicio de la cuarentena obligatoria que dejó únicamente guardias mínimas trabajando y frenó acciones como realización de nuevos pozos y mantenimientos especiales.

Pero esta situación sería el freno menor, ya que los grandes golpes fueron por un lado el desplome del consumo nacional, a raíz del freno que tuvo todo el país con la cuarentena.

La caída de consumo se dio en conjunción con el segundo golpe en la actividad que fue la reducción del precio internacional que afectó a las empresas que, sin compradores locales, tuvieron que colocar su petróleo en el exterior.

Entre enero y noviembre del 2020 la producción total de Río Negro alcanzó los 26.055 barriles de petróleo por día y los 5,13 millones de metros cúbicos diarios. Esos guarismos representaron disminuciones del 14,29 y del 14,92%, respectivamente, en comparación con los niveles del 2019.

La provincia perdió casi un millón de metros cúbicos de gas por día y 4000 barriles de petróleo diarios en una tendencia que amenaza con hacer del 2021 un peor año por el impacto del declino natural de los campos petroleros. En respuesta, el gobierno rionegrino lanzó un plan especial para tratar de reactivar viejos pozos.

En consecuencia, las declaraciones juradas de la actividad reflejan esa merma, pasando de 64.468 millones de pesos a 55.169 millones de pesos, entre 2019 y 2020, siempre en el período enero-noviembre.

Las regalías que percibió la provincia también tuvieron una fuerte baja y luego de los más de 6.000 millones de pesos de ingresos del 2019, se espera que en pocos días se conozcan los datos finales de un 2020 que se cree que no superarán los 4.200 millones de pesos.

Los sistemas frutícola y ganadero fueron claves

La producción primaria y el segmento agroindustrial sin dudas fueron los grandes soportes de la economía privada en la provincia. La pandemia, lejos de generar efectos negativos, permitió sostener los niveles interanuales de actividad y, en muchos casos, hasta superarlos.

En este último grupo están dos de las actividades más importantes: los sistemas frutícolas y ganaderos. Entre ambos concentran la mayor parte del aporte del producto bruto privado rionegrino.

En el caso de la fruticultura, durante el año pasado la cosecha se mantuvo en los niveles históricos y los mercados reaccionaron favorablemente. Las exportaciones crecieron marginalmente y el mercado interno se mantuvo muy sostenido tanto en volúmenes como en precios. La industria de concentrados también reflejó signos positivos.

La pandemia incentivó el consumo de productos frescos y las tiendas de barrios jugaron un papel clave en mantener la oferta de productos en las góndolas. Volumen y valores crecieron durante todo el 2020.

Sin ir más lejos, los últimos datos suministrados por el Indec dan cuenta de que el precio promedio de la manzana en las góndolas locales creció cuatro veces de lo que lo hizo la inflación.

El sector agroindustrial ganadero mostró esta misma tendencia. Fue fuerte el crecimiento de precios y esto resintió parte de la demanda de algunos cortes. Pero en el balance final toda la actividad cerró un año positivo.

La construcción tuvo disminuciones, pero con variantes

El impacto en la construcción fue dispar aunque la estadística final cerró con una baja del 6%, a pesar de la recuperación final. El Instituto de Estadística y Registro de las Industrias de la Construcción (Ieric) reafirma esas conclusiones. Por ejemplo, el 2020 termina con un 16% de empresas menos que el año anterior y esa cantidad es la menor desde el 2005. En Río Negro, esos empleadores –unos 400 entre empresas y contratistas– bajaron en un 17% mientras que los puestos laborales ocupados cayeron en el año un 13%. La baja nacional de ocupación llega al 28% y la provincia alude que esa merma inferior se explica en la continuidad de las obras del Plan Castello.

Otro punto del análisis del Ieric es el requerimiento de cemento, arrojando un crecimiento anual de ventas del 5,2% en bolsa y, en cambio, una caída del 41,7% en la adquisición a granel. Se interpreta que existió un alza en la pequeñas obras particulares en contraposición de un decaimiento de las grandes construcciones públicas o privadas.

Aún la disminución anual de la construcción, el consumo de cemento aceleró significativamente su ritmo de expansión. En noviembre –dice el instituto– creció un 25,1% y “para encontrar un guarismo más elevado es necesario retrotraerse a agosto de 2013”.

“El crecimiento que se registra excede ya al mero “rebote” de la abrupta caída inducida por las restricciones operativas que deparó el avance de la pandemia”. Se destaca además el hecho que “el consumo de cemento no sólo fue considerablemente más elevado que en noviembre de 2019 sino que, incluso, superó al del mismo mes de 2018. No obstante, ello también refleja la magnitud del retroceso experimentado durante los últimos dos años y medio, dado que el nivel de consumo fue inferior al de igual mes del período 2013-2017, con excepción del año 2016”.

Fuente: Río Negro