Preocupación e incertidumbre en Embalse por la situación de los hoteles estatales

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La Nación no brinda precisiones con respecto al futuro de la plaza y la comunidad en Calamuchita encendió el alerta ante la posibilidad de la pérdida de la fuente laboral de 500 trabajadores. El Ejecutivo ni siquiera confirmó si el complejo quedará a cargo de Turismo, Desarrollo Social o Ambiente.

Desde hace unas semanas, la situación en torno a la Unidad Turística Embalse es de total incertidumbre. Sucede que la falta de respuestas por parte de la Nación, como así también la imagen de abandono del predio, impiden avizorar un panorama a futuro en los hoteles que fueron un símbolo del turismo social desde su fundación, durante el primer gobierno de Juan Domingo Perón, en la segunda parte de la década del ’40. Dato que no es para nada alentador si se tiene en cuenta la ideología del nuevo Gobierno y el antecedente del cierre que sufrió el complejo en épocas de la Alianza encabezada por Fernando de la Rúa.

Para muchos, el escenario actual no difiere de aquel momento y por lo tanto encienden un alerta por la fuente laboral que estaría en riesgo en caso de repetirse aquella historia, con alrededor de 1.000 personas procurando mantener su trabajo: 350 que se dividen entre mozos, mucamas y encargados de mantenimiento; 150 administrativos; y casi otras 500 que se benefician de manera indirecta con la actividad de los hoteles. Muchos de ellos, ya se enteraron que existe una intención del Ejecutivo nacional de avanzar en un cierre, por lo menos momentáneo. Aunque hay otros que prefieren despejar el rumor apoyando otra serie de iniciativas que el gobierno de Mauricio Macri tiene en torno al complejo.

Durante la campaña, la región se convirtió en una zona de promesas para los candidatos que terminaron definiendo el balotaje el pasado 22 de noviembre. Daniel Scioli, apoyado por los referentes locales Carlos y Federico Alesandri, llegó a firmar un acta compromiso para promocionar la actividad de los mismos; mientras que Macri se limitó sólo a afirmar la continuidad de los mismos. Sin embargo, ya en aquel momento había quienes sostenían que la del exgobernador bonaerense era una figura conocida para el complejo, pues había sido el encargado de la reapertura del mismo durante el gobierno de Eduardo Duhalde y en su carácter de Secretario de Turismo y Deporte de la Nación.

Pero la elección en segunda vuelta puso al líder del PRO al frente del despacho principal en Casa Rosada, y lo último que se supo en Embalse fue la comisión que se formó en enero pasado con el fin de realizar una auditoría para “relevar el estado administrativo y patrimonial”. La flamante junta se conformó con Fernando Bertello (exdirector de Turismo de Villa General Belgrano), Eduardo Pereyra (excandidato a intendente de Santa Rosa de Calamuchita por “Cambiemos”) y el contador Marcelo Asen. Y si bien en su momento se afirmó que la conformación correspondía a un pedido del ministro de Turismo de la Nación, el cordobés Gustavo Santos, en la actualidad poco incidió la figura del exintegrante del Gabinete delasotista para tener certezas sobre el complejo. Como así también fue escasa la información acerca del trabajo realizado por la comisión.

“No saben qué hacer, el Gobierno no toma decisiones con respecto a esto, como tampoco las toma en muchas otras cosas”, dijeron ayer a LA MAÑANA desde Embalse. Mientras, en “Cambiemos” dudan sobre si el predio quedará en manos de Turismo, Desarrollo Social o Ambiente.

De todas las variantes, la que está más encaminada es la que llevaría adelante la cartera a cargo de Sergio Bergman -“el más eficiente de los tres”, dijo ayer un funcionario provincial- quien tendría en carpeta convertir al polo turístico en una universidad del Medio Ambiente aprovechando no sólo la referencia de la central nuclear sino también la reserva hídrica además de la ubicación en el centro del país que brindaría la posibilidad de contar con estudiantes de distintas provincias.

Con ese escenario, de los siete hoteles (se usan seis porque el N° 5 está completamente deteriorado hace tiempo, incluyendo también el período kirchnerista) parte quedaría para el turismo o las actividades deportivas que desarrollan estudiantes de escuelas primarias y secundarias de todo el país; y la mayoría de la infraestructura se destinaría a la nueva casa de estudios.

Sin embargo, por ahora todas son conjeturas y la vacilación del Ejecutivo nacional impide la tranquilidad en el seno de las 500 familias afectadas de forma directa; replicando así la situación que se vive en Chapadmalal, donde los trabajadores son alrededor de 400.

Fuente: La Mañana de Córdoba