Profesores chilenos retornan a clases luego de 50 días de huelga
Los profesores públicos chilenos decidieron deponer un paro nacional que se prolongó por 50 días, aunque no obtuvieron algunas de sus exigencias más importantes
24/07/2019 EL MUNDOLos profesores públicos chilenos decidieron deponer un paro nacional que se prolongó por 50 días, aunque no obtuvieron algunas de sus exigencias más importantes, como bonificaciones a educadoras diferenciales y de niños pequeños y la anulación de una medida que tornó en optativas las asignaturas de Historia y Educación Física.
Darío Vásquez, secretario general del gremio de maestros, dijo el martes que el 67,37% de los maestros que participaron en una votación en la víspera pidió terminar el paro, mientras el 32,63% optó por seguir el movimiento.
“Esta lucha nuestra sigue, porque falta mucho en Chile”, señaló Mario Aguilar, el máximo líder gremial del profesorado público chileno. “Esta decisión no es porque estamos satisfechos con la respuesta del gobierno”, recalcó.
El gobierno ofreció crear una comisión para analizar la falta de pago de asignaciones que se adeudan a unos 60.000 profesores desde hace unas cuatro décadas, cuando la dictadura (1973-1990) cambió su dependencia del Ministerio de Educación a las municipalidades; pagar un bono trimestral de 45.000 pesos (unos 65 dólares) a las educadoras diferenciales y terminar con una de dos evaluaciones profesionales.
Los profesores no lograron que se accediera a pagar una bonificación por especialidad a las profesoras de inicio o parvularias –de niños muy pequeños– y diferenciales, ni se logró anular una decisión de transformar Historia y Educación Física en asignaturas optativas para los últimos cursos del ciclo secundario.
Según los dirigentes gremiales, alrededor de un millar de estudiantes perdieron clases en las semanas previas del paro, aunque la adhesión del profesorado decayó fuertemente en los últimos días.
En Chile, 33% de la educación es pública, gratuita, y alrededor de 1,3 millones de estudiantes de familias más pobres dependen de ella a pesar de que su calidad es altamente cuestionada y sus alumnos obtienen mayoritariamente malos resultados en la prueba anual para acceder a las universidades chilenas.