Respaldo sin especulaciones: el apoyo de la Iglesia al Gobierno

Si algo caracteriza al cardenal Mario Poli, arzobispo de Buenos Aires y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, es la parquedad en sus expresiones, en algunos casos la estricta formalidad en sus manifestaciones y el cuidado para mantenerse en los límites de lo que él considera su misión apostólica.

Si algo caracteriza al cardenal Mario Poli, arzobispo de Buenos Aires y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, es la parquedad en sus expresiones, en algunos casos la estricta formalidad en sus manifestaciones y el cuidado para mantenerse en los límites de lo que él considera su misión apostólica. Teme a la «lectura política» de sus palabras, aunque esto resulte a todas luces inevitable. Sin embargo, en medio de la crisis generada por la pandemia y cuando sobre todo desde ciertos voceros económicos y mediáticos se ponen de manifiesto críticas al Gobierno y al presidente Alberto Fernández por la decisión política de prolongar el asilamiento social obligatorio para cuidar la salud de la población, Poli no dudó en respaldar la decisión oficial y ponerse del lado de quienes gobiernan aún contra aquellos que reclaman medidas de apertura «en bien» de la economía.

Por eso el cardenal se pronunció en favor de los que trabajan por el «bien común» de la población y destacó las «prioridades bien señaladas» por quienes gestionan, a pesar de que haya otros que se «“molestan” y a sabiendas de que «defender la gente supone un descalabro económico». Entre economía y salud, primero salud. Frente a quienes reclaman el fin del la cuarentena y la apertura de las actividades basándose en argumentos económicos, Poli decidió alinearse junto al Gobierno para evitar, lo señaló, un «genocidio virósico».

El cardenal también salió al cruce de aquellos que intentan sacar partido político de la situación. Fue terminante: no hay lugar para estas especulaciones. Y actuó en consecuencia. Evitó -como ha sucedido en muchas ocasiones cada 25 de mayo- usar la tribuna del tedeum para plantear reclamos de la propia iglesia o sentar las diferencias que el mundo eclesiástico católico tiene con el poder gobernante. No faltan voces que -por ahora en voz baja- le reclaman no haber usado el púlpito para «denunciar» la iniciativa de Alberto Fernández en favor del proyecto de ley sobre interrupción voluntaria del embarazo.

Con su actitud y su discurso Poli está interpretando a la gran mayoría del episcopado católico, aún cuando tampoco en ese cuerpo existe una posición unánime respecto del análisis de la coyuntura política y acerca de la posición que la Iglesia debe adoptar.

Por Washington Uranga

Fuente: Página 12