Río Cuarto: Aumentó la cantidad de personas mal alimentadas que son de clase media

Por la crisis económica y el bajo poder adquisitivo, seis de cada diez familias “no comen adecuadamente”, dice un relevamiento. El consumo diario de alimentos básicos “permanece deprimido”, agrega el citado estudio

Por la crisis económica y el bajo poder adquisitivo, seis de cada diez familias “no comen adecuadamente”, dice un relevamiento. El consumo diario de alimentos básicos “permanece deprimido”, agrega el citado estudio

Aumentó la cantidad de personas mal alimentadas que son de clase media, dice un relevamiento.

Seis de cada diez familias “no se alimenta adecuadamente”, acota.

El consumo diario de alimentos básicos “permanece deprimido”, asegura el citado estudio.

“Aunque ciertos segmentos de la población, particularmente aquellos pertenecientes a los estratos medio-altos y altos, pueden haber experimentado una leve reactivación en su nivel de gasto, impulsados por el uso de ahorros en dólares u otras estrategias, la gran mayoría de la población sigue enfrentando serias restricciones”, sostiene el informe.

“El consumo diario, especialmente de alimentos básicos, permanece deprimido”, añade.

“Esta situación obedece, en gran medida, al estancamiento salarial y a la pérdida sostenida del poder adquisitivo, que ha generado una brecha cada vez más profunda entre las necesidades y las posibilidades reales”, indica.

La encuesta de hogares llevada a cabo por el Ietse es categórica: “Casi el 60% de las familias no logra cubrir adecuadamente la Canasta Básica Alimentaria, lo que significa que muchas de ellas no compran lo que necesitan, sino lo que pueden”.

“Más aún, cerca del 90% de los hogares recurrió al financiamiento para poder alimentarse, como el uso de tarjetas de crédito, fiado y préstamos informales”, agrega.

“Este fenómeno evidencia una creciente dependencia de soluciones de urgencia y una inseguridad alimentaria latente que no puede soslayarse”, alerta.

“En este marco, la baja de la inflación, si bien es un dato técnico que podría ser considerado alentador desde una perspectiva macroeconómica, plantea interrogantes desde el punto de vista social: ¿qué costo tiene esta desaceleración inflacionaria para el grueso de la sociedad argentina? y ¿es sostenible una disminución de precios en un contexto de parálisis del consumo?”.

“Lamentablemente, no tenemos aún las respuestas. Lo que sí está claro, es que la baja de la inflación, aislada del contexto social y económico en que ocurre, corre el riesgo de convertirse en una cifra técnicamente positiva, pero socialmente vacía”, advierte.

“La consolidación de una economía estable y con bajo nivel de inflación, debe estar acompañada de una recuperación de los ingresos, generación de empleo y de un acceso pleno a derechos básicos como la alimentación. De lo contrario, no estaremos frente a una genuina recuperación, sino simplemente ante una meseta coyuntural”, concluye.

Fuente: Puntal