Río Cuarto: La caída del consumo y los tarifazos ponen en alerta a los comerciantes

Buscan distintas estrategias para superar la disminución de las ventas y el costo de mantener el local: desde reemplazar los focos por led, trabajar de lunes a lunes y remarcar lo menos posible la mercadería 

Buscan distintas estrategias para superar la disminución de las ventas y el costo de mantener el local: desde reemplazar los focos por led, trabajar de lunes a lunes y remarcar lo menos posible la mercadería

Faltan pocos minutos para que el reloj marque las doce del mediodía y el mercado está vacío. Detrás de las góndolas, las vendedoras se miran. La situación parece atípica pero se viene repitiendo en los últimos meses. Paola Fátima Arrieta es hija de los dueños de un minimercado que lleva su nombre, ubicado en la avenida Francisco Muñiz, a pocas cuadras de Fray Quírico Porreca.

Hace 10 años que el comercio se estableció en el barrio y funciona a fuerza de trabajo. “Abrimos todos los días, de 7 a 00, y los fines de semana”, cuenta la joven.

En los últimos meses ven con gran preocupación el aumento de los precios. “No hay límites”, dice. Hasta dos o tres veces por mes pueden remarcar un producto los distribuidores.

“Nosotros compramos al por mayor y tratamos de respetar los precios. Esa es la ventaja del negocio grande, comparado con los más chicos. Acá se ven muchos comercios que cerraron. Y peor con la llegada de los supermercados chinos. Eso es competencia desleal porque ellos no compran con IVA”, afirma Paola.

De acuerdo a los números que vienen manejando, hay “pérdidas” desde marzo. Disminuyeron las ventas, aumentó el alquiler y tienen muchos costos fijos que afrontar. “Por eso los comercios chicos no resisten -explica Paola-, son muchos los costos fijos y la Municipalidad no nos ayuda en nada”.

-¿De qué manera influyen los tarifazos?

-La última factura de luz llegó por un monto de $ 23.305. Hace un año pagábamos lo mismo pero cada dos meses.

De alquiler, los dueños del local estaban pagando $ 16.000 y acaban de firmar una renovación de contrato por $ 22.000 que en los próximos meses ascenderá a $ 28.000.

-¿Cómo viene el nivel de ventas?

-Las ventas cayeron un 40%. Y eso que los feriados también trabajamos porque así hacemos la diferencia. Desde marzo venimos notando que está flojo.

El plus del mercado es que tiene las puertas abiertas todo el día. “Vivimos de mucha gente de paso o que incluso viene de Las Higueras porque sabe que estamos. Trabajamos entre toda la familia y no cerramos nunca”.

-¿Qué perciben en el humor de la gente?

-Vemos que hay un descontento. Gente que se enoja por los precios y se va. Siempre ha habido aumentos, esto viene de años, pero no somos los kiosqueros los que aumentamos.

Reducir gastos

Tomás Galmes es dueño de una panadería en Banda Norte. “Yo a las ventas las trato de ir manteniendo. Tengo un único local y hago repartos. Si bien la luz y el gas aumentó, como es de público conocimiento, el impacto de la nafta también se siente.  Yo hago 100 km diarios de reparto”, comenta.

“Una medida que tomamos es cambiar los focos para disminuir el consumo y colocar sensores para que las luces se prendan y apaguen solas. Lo que no podemos morigerar es el uso del gas. Tratamos de hacer lo indispensable”, añade el panadero.

-¿Cuál es la reacción de la gente ante los aumentos?

-Cuando ven que algo sube se sorprenden, pero también están acostumbrados a que todo aumente. Algo que se notó muchísimo es el incremento del precio de la harina. La bolsa de harina salía $ 288 en noviembre, pasó a $ 400 en febrero y esta semana llegó a $ 550.

“El invierno ayuda a acompañar la comida con pan, o merendar con criollos, medialunas. Según la época del mes, la gente invierte más en cosas dulces o compra sólo pan y después le agrega manteca o mermelada en la casa. Tengo la suerte de mantenerme con un local propio y abro de lunes a lunes. Así marco la diferencia”, confiesa Galmes.

-¿Hay un aumento en puerta?

-Estamos cerrando paritaria con los empleados y estimo que después vendrá otro aumento en el pan.

Ventas flojas

En la esquina de Hipólito Yrigoyen y calle Caseros hay una pollería que funciona hace años. Mirta Milanessio es la encargada del local que vende pollo, pescado y que, hace unos meses, incorporó productos de almacén para obtener un plus.

En los últimos 24 meses el alquiler aumentó de $ 3.000 a $ 6.000, que paga hoy. “La diferencia respecto de años anteriores es que estamos a mitad de la semana y todavía no llegué a juntar la mitad de lo que tengo que pagar hasta el 8 de este mes”, detalla Mirta.

El aumento de la tarifa de luz también impactó en su negocio. Antes solía pagar $ 2.000 de luz cada dos meses y ahora le llega una factura de $ 3.700 mensual.

“Todo aumenta”, afirma. “La contadora pasó de $ 1.000 a $ 2.000 en los últimos meses”.

-¿Cómo vienen las ventas?

-Las ventas bajaron un 50%. Estamos mal, peor que en enero. La gente compra lo justo y necesario. Yo hago las milanesas caseras; antes vendía una bandeja por día, ahora, hay veces que ni llego.

-¿Antes estabas mejor?

-Sí. Yo lo voté a Macri porque quería un cambio, pero tampoco así. Yo trabajaba bien. No sé si estaremos bien arriba, pero acá abajo nosotros no. A mí todo me aumenta, pero yo no lo puedo trasladar porque, si no, no vendo. Por ejemplo, el huevo aumentó un 100%. El maple cuesta $ 85 el blanco, el otro casi $ 100. El proveedor de carne me pasa precios que en el supermercado están todavía más baratos. Igual que las galletas dulces.

“Antes, yo podía sacar $ 200 por día del negocio para gastarlo en algo para mí. Ahora, al revés, tengo que poner de la jubilación. Yo siempre tuve negocio. Si esto sigue así he pensado en cerrar. La gente se queja porque no alcanza. La situación de los viejos jubilados es lamentable. Yo trato de cobrarles lo menos posible. Imaginate, $ 7.000 es una jubilación”.

Abril malo

La Ferretería el Indio (en honor al líder ricotero) funciona en Lavalle al  270. Hace una década que está en el barrio. Emiliano Picco está detrás del mostrador. Todas las mañanas lo primero que hace es abrir la computadora, descargar la lista de precios nuevos y actualizar su base.

“De diciembre a marzo los productos aumentaron, mínimo, un 15%. Ha bajado mucho la venta, ya en febrero empezó a bajar. Calculo que de marzo a abril se redujo un 30%. Abril fue malísimo”, resalta Picco.

-¿La gente no quiere gastar?

-La gente compra con tarjeta o a cuenta corriente. Yo estoy cerca de un barrio de trabajadores. Los de clase media buscan precios: preguntan cuánto sale y quizás no vuelven, van a otra ferretería que les cobre $ 20 más barato. Yo trabajo mucho con el que necesita herramientas para trabajar.

-¿Qué productos son los que más aumentaron?

-Lo que más aumentó son los accesorios de agua y gas. Los pegamentos, las pinturas… todos los días se actualiza el precio pero antes era de un 3 a un 5% y ahora entre el 8 y el 25%.

El alquiler del local pasó de 7.500 pesos a $ 12.000 en un año. La factura de luz creció también un 39%. Emiliano decidió reemplazar las luces del negocio por led para consumir menos energía.

-¿Cómo creés que podría repuntar la situación?

-Sería importante conseguir créditos para poder capitalizar. Con este Gobierno no hay perspectiva de que esto mejore. Antes había más plata. Ahora no alcanza, ese es el problema. Para mí no va a repuntar con estas políticas. Le están sacando plata al pueblo para darle al capital.

“Genera incertidumbre en las pymes saber quién va a poder superar las dificultades a corto plazo”

El presidente de la Asociación Parque Industrial, Gustavo Perlo, estimó que en los últimos dos años los costos de materia prima aumentaron un 50%, las cargas sociales un 25% anual, mientras que el impacto mayor se tradujo en los servicios de gas y electricidad, alrededor del 70%. Además, los insumos para fabricación y bienes de capital crecieron un 40%.

“El incremento de costos se trasladó sólo parcialmente al precio del producto, compensando con reducción de utilidad e inversiones”, explicó Perlo.

“El rumbo del sector pyme podrá proyectarse con menor incertidumbre cuando la macroeconomía finalice el proceso de ordenamiento de precios relativos. En el mediano y largo plazo, seguramente los sectores que van a presentar una proyección más positiva serán aquellos que tengan una economía dolarizada como el agro y la exportación. Pero la incertidumbre está en saber quiénes tendrán suficiente capacidad para superar las dificultades del corto plazo”.

Los panaderos

Desde la Cámara de Panaderos, Bruno Prizzón señaló que los insumos aumentaron “una locura” en los últimos dos o tres años. “Con respecto a cuatro años atrás, nos ha subido el piso una barbaridad y el techo subió muy poco”, precisó. La bolsa de harina, que es el insumo principal, también sufre variaciones que se trasladan a los precios, pero que, según explican los panaderos, no depende de una decisión del gobierno nacional. “La sequía es una de las causas del faltante de trigo, calculamos que con esta lluvia va a bajar el precio que depende de la disponibilidad y las exportaciones”, dijo.

La bolsa de harina estaba en $ 320 hace un mes atrás. Ahora se fue a $ 580 al viernes. El huevo sufrió un aumento del 100%.

En este contexto, Prizzón manifestó que el porcentaje de ventas cayó un 20% y lo atribuyó a la existencia de competencia ilegal: “Cualquiera se poner a hacer facturas y vende”.

Cargas sociales

El titular de los Panaderos afirmó que “lo que más incide es el costo de la mano de obra y las cargas sociales, que tienen un impacto grande”. “En tres años, sólo los sueldos de la mano obra aumentaron un 80%. Yo soy un total convencido de que hay que hacer una reforma de leyes laborales. Si fuera más barato tener un empleado, tendría contratados a dos o tres más”, puntualizó el comerciante.

Fuente: Puntal