Río Cuarto: Microbasurales en las costas del río, un mal difícil de solucionar

Pese a que las limpiezas se realizan de manera constante, la erradicación de estos lugares de acopio de residuos parece una utopía. Los riesgos para la salud de la población que vive en los alrededores

Pese a que las limpiezas se realizan de manera constante, la erradicación de estos lugares de acopio de residuos parece una utopía. Los riesgos para la salud de la población que vive en los alrededores

Desde hace años, las costas del río Cuarto han perdido su encanto producto de la consolidación de múltiples microbasurales. Si bien habitualmente se procede a la limpieza de los terrenos, rápidamente los desechos invaden otra vez el sector, que directamente no puede utilizarse como un espacio de recreación pese a que las playas son altamente demandadas por los riocuartenses y los vecinos de la región.

Antes de que terminara el segundo mandato de Juan Jure, las por entonces autoridades del Consejo de Control y Preservación del Río Cuarto (Copreserc) indicaron que en las costas locales se relevaron cerca de 30 microbasurales (como Oncativo y Ranqueles) de distintos tamaños y que la conformación de los mismos responde a diferentes causas.

Hoy, ante la llegada del período estival, resurgen las preguntas respecto a por qué la erradicación se ha vuelto casi una utopía.

PUNTAL realizó una recorrida por las costas del río y detectó que la zona  de mayor conflicto sigue siendo la emblemática calle Chocanchavara, en la orilla norte del río. Las familias que viven en ese sector se dedican, en su gran mayoría, a la recolección de desechos en la vía pública, quienes venden todo aquello que puede reutilizarse, pero dejan tirado lo que ya no sirve a la vera del cauce.

Procedencia

En ese sentido, la exdirectora técnica del Copreserc, Evangelina Natale, aseguró a PUNTAL que en el estudio que realizaron por las costas encontraron importantes cantidades de basura domiciliaria de todo tipo, pero al mismo tiempo advirtió que también hallaron escombros y diferentes sobrantes de las obras de construcción. Según la especialista, esto marca que hay muchas personas que no son de los alrededores del río, pero que van hasta ese lugar para arrojar lo que ya no usan.

“Las personas que van a tirar cosas al río son de distintos puntos de la ciudad. De hecho, se han visto camiones de empresas privadas que van a arrojar escombros. Esto se suma a que muchos vecinos que habitan la zona del río acumulan basura en las costas porque no cuentan con el servicio de recolección”, detalló la exdirectora técnica del Copreserc.

Respecto a la situación de las orillas del río, el coordinador de Gestión Ambiental e Higiene Urbana, Mariano Mancinelli, dijo a PUNTAL que el Municipio está al tanto de la situación y que vienen trabajando de manera sostenida sobre la problemática.

“Todas las semanas estamos trabajando en las costas, de acuerdo a las posibilidades que nos dan las pocas maquinarias con que contamos. El objetivo es tratar de mantener los espacios limpios. La situación que tenemos amerita que la Municipalidad ponga un gran esfuerzo. Justamente, ese esfuerzo es lo que hace que los microbasurales de las costas no sean tan grandes. Asimismo, esperamos que con el Código de Higiene Urbana (que se aprobó en el Concejo Deliberante y que fija nuevos parámetros de regulación) los problemas se vayan solucionando”, consideró Mancinelli.

Al mismo tiempo, el funcionario adelantó que esperan contar para el año que viene con la habilitación de parte de la Provincia de lo que en su momento fue la escombrera municipal. Se trata de un espacio para destinar todos los desechos de las obras de construcción.

Llamar al Municipio

En ese sentido, el secretario de Servicios Públicos, Enrique Novo, dijo el pasado viernes, durante su visita al Concejo, que, actualmente, los interesados en tirar residuos de este tipo deben comunicarse con el Municipio para que un camión pase a retirar los desechos.

Según Novo, la escombrera nunca estuvo habilitada porque hay dudas sobre la propiedad del terreno en cuestión, por lo que no descartan la posibilidad de instalarla en otro sitio.

“La llamada escombrera municipal tiene tres hectáreas. La gente de la Provincia nos ha pedido como condición para habilitarla la implementación de un cerco, por lo tanto, estamos viendo de dónde sacar los recursos para hacer ese trabajo que tiene un costo importante. Asimismo, sabemos que, por la cantidad de desechos de la construcción que se generan en la ciudad, una escombrera es insuficiente. Hay que evaluar la utilización de otro loteo o bien la conformación de un centro de acopio”, señaló Novo, quien también afirmó que están estudiando la alternativa de que los recolectores urbanos sean quienes participen directamente de las actividades dentro de la escombrera.

Consecuencias 

A todo esto, la exdirectora técnica del Copreserc señaló que convivir entre la basura, como lo hacen los vecinos que residen en los alrededores de las costas donde hay microbasurales, implica estar expuestos a la posibilidad de contraer diferentes enfermedades.

“Los basurales son focos de enfermedades porque circula todo tipo de animales que las transmiten, como es el caso de las ratas. Por lo tanto, es una situación muy riesgosa para la gente”, indicó Natale.

-¿Cuáles son las consecuencias para el río y sus alrededores?
-Para el río, en momentos de crecidas, puede que el arrastre de los escombros genere algunas obstrucciones y que eso a su vez produzca algunos desbordes locales que perjudiquen a los vecinos que viven en las costas. En el caso de que la creciente sea muy grande, lo más probable es que toda la basura sea arrastrada. De esta forma, se afectará a las localidades que se encuentran cuenca abajo.

Fuente: Puntal