Río Gallegos, única en el estudio de la capa de ozono
23/06/2015 MUNICIPIOS
En la base aérea de la capital de Santa Cruz se encuentra la única estación terrestre en América Latina que estudia el comportamiento de la capa de ozono. La región es clave, ya que de agosto a diciembre el agujero de ozono se ubica sobre el sur. Se miden los rayos ultravioleta, que tienen su máximo estadío en octubre.
El pasado 10 de junio se cumplieron 10 años desde que se trasladó a la base aérea de Río Gallegos el sistema de rayos láser que tiene como fin estudiar la capa de ozono, y fue desarrollado por la División Lidar del Centro de Investigaciones en Láseres y Aplicaciones (Ceilap).
Eduardo Quel, director la Unidad de Investigación y Desarrollo Estratégicos para la Defensa (Unidef-Citedef-Conicet), de la cual depende el Ceilap, explicó que “la estación fue incorporando más instrumentos para estudiar la capa de ozono en esta década, hasta convertirse en una de las más importantes del mundo”. Ahora, en colaboración con Japón y Chile, está adquiriendo un equipamiento más, que representa una inversión cercana a los 4 millones de dólares.
Ubicación estratégica
De agosto a diciembre, el agujero de ozono se ubica sobre el sector sur de la Patagonia. También hay instrumentos para detectar la incidencia de los rayos ultravioleta, cuyo punto máximo acontece en octubre.
En ese sentido, se trató de una decisión estratégica ubicar una estación terrena en Río Gallegos, porque, desde allí, según el momento del año, se puede estudiar el agujero de ozono, el borde del mismo y la parte en que la capa no está tan afectada.
Potencial
Todo comenzó hace exactamente 10 años, cuando se colocó allí el sistema láser desarrollado por la División Lidar del Ceilap, que permite medir el ozono entre los 10 y 50 kilómetros de altura. Otro paso muy importante se dio en 2010, al incorporar un instrumento japonés que complementa el análisis del ozono entre los 30 y 80 kilómetros de altura.
“Ambos equipamientos operan de maneras muy diferentes, lo cual enriquece el estudio, pero ello implica un desafío a la hora de unificar los datos que ofrecen” explicó el físico Quel, quien además aclaró que “mientras el láser envía pulsos a la atmósfera y analiza cómo dichos fotones son absorbidos por la capa, el instrumento japonés mide la radiación de microondas emitidas por el ozono”.
Además, a partir de la colaboración con investigadores chilenos, se utilizan globos sondas para estudiar el ozono entre los 10 y 30 kilómetros de altura. De esta manera, se obtienen datos superpuestos a través de diversos métodos de estudio y la expectativa es continuar incrementando el potencial de la estación terrena.
“Es muy rico todo el sistema de medición que poseemos” ponderó el director la Unidad de Investigación y Desarrollo Estratégicos, quien recordó, para finalizar, que “se utiliza prácticamente todo el potencial de medición de ozono que existe a nivel mundial: rayos láser, sondas, radiómetro y el instrumento que mide la columna total del ozono”.