Ropa y calzado, lo que más aumentó desde 2017

El Monitor de Precios Relativos de Iaraf, muestra que un consumidor deberá destinar 31,2% más de otros bienes para comprar prendas de vestir

El Monitor de Precios Relativos de Iaraf, muestra que un consumidor deberá destinar 31,2% más de otros bienes para comprar prendas de vestir

Las prendas de vestir y el calzado son los bienes que más se han encarecido, en términos relativos en los últimos cinco años en la Argentina, con lo cual hoy, para adquirir una unidad de estos productos hay que destinar un 31% más de otros de lo que se destinaba en 2017.

Los datos surgen del Monitor de Precios Relativos de la Argentina que elaboró Nadin Argañaraz, director del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), quien indicó “la elevada y persistente inflación deteriora las señales que brindan los precios relativos para la toma de decisiones”.

El monitor de precios relativos para los últimos cinco años muestra que lo que más se encareció, relativamente al resto, fueron las prendas de vestir y calzado. “En los últimos tres años el precio relativo se mantuvo por encima del que había en diciembre de 2017”, apuntó el especialista de Iaraf y deta. En efecto, el consumidor promedio tiene que destinar hoy un 31,2% más de otros bienes y servicios para comprar una prenda de vestir que lo que destinaba en diciembre de 2017.

Con el dato de octubre, Argentina consolida una inflación promedio anual del 56% en los últimos cuatro años, generando así “cambios importantes de precios relativos”.

Argañaraz explicó en ese sentido que los precios relativos “son el reflejo del grado de escasez relativa de un bien” y por lo tanto, a mayor escasez, más alto es el precio de un determinado bien en relación al resto.

“La alta inflación lleva habitualmente a los gobiernos a intervenir, buscando evitar que la inflación sea inclusive más alta, generando habitualmente un proceso de distorsión de los precios relativos”, agregó.

Por otra parte, los alimentos y las bebidas sin alcohol están en segundo lugar a la hora de analizar los aumentos de precios relativos en los últimos cinco años, después de prendas de vestir y calzado. En ese lapso, “se han mantenido por encima del precio relativo que tenían en diciembre de 2017”, agregó el director de Iaraf y por eso, “en la actualidad hay que destinar un 10% más de otros bienes y servicios para comprar un alimento o bebida sin alcohol que lo que se destinaba en diciembre de 2017”.

El resto de bienes y servicios que han aumentado su precio relativo respecto a diciembre de 2017 son, en orden decreciente: transporte, salud, equipamiento del hogar y restaurantes y hoteles.

“En estos momentos hay que destinar un 5% más de otros bienes y servicios para adquirir una unidad de restaurantes y hoteles, que lo que había que destinar en diciembre de 2017”, dijo.

En el extremo opuesto se ubica el componente que entre otros contiene a los servicios públicos a la vivienda, básicamente energía eléctrica, gas y agua, que pasó de un precio relativo de 100 en diciembre de 2017 a uno de 59,2 en octubre de 2022. “La caída de este precio relativo, del 40,8%, es muy importante en materia de abaratamiento relativo de los servicios públicos”, detalló Argañaraz.

Explicó que el impacto del proceso de recuperación de tarifas que se acaba de iniciar, ya pudo verse en octubre ya que se dio una recuperación del precio relativo de septiembre.

Los precios de las comunicaciones son los que le siguen a los del componente vivienda, con un abaratamiento relativo reflejado en un precio relativo de 68,9 en octubre. Entre diciembre de 2017 y octubre de 2022 la caída fue del 31,1%. “Se aprecia primero una tendencia ascendente hasta principios de 2020 (llevaban un 15% de aumento) y luego una caída persistente”, indicó Iaraf.

Precios regulados
El monitor también analiza la dinámica de los precios regulados en relación a la inflación núcleo, es decir aquella despojada de elementos estacionales. “En el último octubre el crecimiento interanual de los regulados fue en promedio 15,5 puntos porcentuales inferior a los segundos (IPC Regulados 70,9% e IPC Núcleo 86,4%)”, apuntó Argañaraz. En el último año la mayor brecha se registró en julio, cuando fue de 20,3 puntos porcentuales.

El inicio de un nuevo proceso de suba real de tarifas de energía muestra que en octubre la tasa de cambio de los precios regulados fue mayor a la de los bienes núcleo.

“El desafío de bajar la tasa de inflación desde los niveles actuales es paralelo al de reacomodar precios relativos, ya que se requiere una baja sostenible de la tasa de inflación”, indicó el director de Iaraf.

También indicó que “los sectores con ingresos fijos, trabajadores y jubilados, vienen sintiendo de lleno el impacto inflacionario en sus bolsillos, con lo cual, el problema no es de un gobierno y requiere un esfuerzo conjunto para evitar que se siga profundizando”.

Fuente: La Capital