Rosario: Abrirán cuatro empresas para emplear a jóvenes en situación de exclusión
21/04/2014 MUNICIPIOSGuerra al delito organizado. Con el derrumbe de búnkers de drogas, buscan acciones para pacificar sus territorios. Qué hacer con quienes atendían los quioscos.
Mientras los efectivos de las fuerzas federales avanzan sobre los búnkers de droga, en un proceso calificado como de «pacificación de territorios», los funcionarios de las áreas sociales de la provincia y el municipio se preparan para llevar a los barrios una batería de acciones que tienen a adolescentes y jóvenes como principales beneficiarios. Centros de día, programas de capacitación y de inclusión laboral son parte del menú de intervenciones previsto para los 20 barrios considerados prioritarios tanto por su precariedad urbana como por su conflictividad social. La mayor apuesta pasará por la apertura de cuatro empresas que emplearán a pibes en conflicto con la ley penal o situaciones de grave exclusión.
El avance de las economías delictivas, sobre todo las relacionadas con el narcomenudeo, en algunos barrios rosarinos plantea una realidad que «demanda una respuesta diferente, con acciones coordinadas entre los diferentes niveles del Estado, fuertemente territorializada y muy contundente», señala la ministra de Desarrollo Social de la provincia, Mónica Bifarello.
De acuerdo con esta descripción, explica, se plantearon dos líneas de trabajo: la primera relacionada con infraestructura pública, como apertura de calles, obras de saneamiento y mejoras en complejos de viviendas Fonavi; la segunda apuntando a fortalecer las redes de convivencia, haciendo foco en la población joven como principal beneficiaria.
Centros de día.
Según ese objetivo, durante este año se buscará duplicar el número de centros de día que actualmente reciben a niños y adolescentes con propuestas culturales, artísticas y de apoyo escolar. «Son espacios de contención y socialización donde equipos interdisciplinarios acompañan a los jóvenes para que puedan plantearse un proyecto de vida donde por supuesto, si bien no son especializados en adicciones, se plantea la problemática desde la prevención o la atención en conjunto con las instituciones de salud», explica Bifarello.
En Rosario funcionan actualmente 18 centros de día, tanto en los Centros de Acción Familiar de la provincia (CAF) como en los Centros de Convivencia Barrial del municipio (CCB) o mediante convenios con organizaciones no gubernamentales. La idea es sumar durante este año 15 espacios más.
«Durante el año pasado trabajamos mucho para conformarlos como red. Ahora la idea es poner más en funcionamiento y en los que tenemos prolongar la jornada horaria y incorporar infrastructura y equipamiento», dice la funcionaria.
Empresas sociales
Pero quizás la apuesta más fuerte se relacione con las iniciativas de inclusión laboral. En las próximas semanas se pondrá en marcha el programa de capacitación en oficios que desarrolla el municipio y este año se propone alcanzar a mil jóvenes con la meta de que los graduados puedan formar cooperativas de trabajo que presten servicios a los proyectos de infraestructura que se desarrollan en el mismo barrio (ver aparte).
El otro proyecto, más focalizado en los adolescentes en conflicto con la ley penal, tiene que ver con el desarrollo de cuatro empresas sociales que puedan albergar a jóvenes que están en condiciones de libertad asistida o en situaciones de suma exclusión.
El antecendente más cercano es la reactivación de la panadería Furman en el barrio Santa Rosa de Lima de la capital provincial. El emprendimiento había cerrado sus puertas en 2003, tras la inundación que soportó la ciudad de Santa Fe, y volvió a funcionar en 2009 produciendo 200 kilos diarios de pan para distribuir en comedores comunitarios pertenecientes a instituciones sociales.
«Se están terminando de definir los barrios y las posibilidades de los grupos de jóvenes, pero la idea es abrir cuatro empresas sociales antes de fin de año. La lucha contra estas economías delictuales es sumamente desigual. No sólo porque ofrecen rentas considerables, sino porque están atadas a otros elementos simbólicos que otorgan en el barrio identidad y poder», señala Bifarello.
Un trabajo a largo plazo, sostenido y silencioso, pero sumamente necesario para que la recuperación del espacio público a fuerza de martillos neumáticos resulte perdurable.
Cuando la vida es descartable
«Para estas organizaciones narco, los búnkers son una pieza que están dispuestas a entregar, que si se pierde no pasa nada, por eso siempre hay poca cantidad de mercadería y gente que, para el criterio de ellos, también puede ser descartable: niños y mujeres con gran necesidad económica y más posibilidades de defenderse penalmente», advirtió la defensora general de los Tribunales Federales, Matilde Bruera.