Rosario: En un año, en calle San Luis se perdieron 300 puestos de trabajo

El 10% de los 500 negocios no resistió las restricciones y la caída de ventas. En tres cuadras, entre San Martín y Entre Ríos, hay 11 locales vacíos.

El 10% de los 500 negocios no resistió las restricciones y la caída de ventas. En tres cuadras, entre San Martín y Entre Ríos, hay 11 locales vacíos.

El paso de la pandemia ha dejado su huella en calle San Luis, que entre San Martín y Entre Ríos muestra un tendal de comercios que no pudieron continuar, con 11 cierres en solo tres cuadras. Hay tres locales vacíos al 1200, tres al 1100 y cinco al 1000. El panorama cambia frente a la plaza Sarmiento, donde todos están abiertos. El paseo comercial tiene un total de 500 negocios, de punta a punta, que representan 3 mil puestos de trabajo. Se estima que el 10 por ciento está cerrado, por lo que se han perdido 300 empleos.
Persianas bajas, vidrieras vacías y menor circulación de público, son parte de la postal que vive uno de los centros comerciales más importantes de la región. Las galerías, las peatonales y los cascos históricos de las ciudades han perdido muchísimo público, y Rosario no es la excepción. Aunque la mayoría todavía resiste, haciendo fuerza hasta que pase el temblor, algunos decidieron no seguir perdiendo o no soportaron el mal momento. Mientras antes había emprendedores esperando que se desocupen locales, hoy el que se vacía, así queda.

“Lamentablemente hay muchos que decidieron cerrar, porque pierden contra el comercio del barrio, el negocio de proximidad, que entiendo son lugares donde la gente no ha dejado de ir. Al centro cada vez vienen menos personas, el que no vende por mayor, ha perdido muchísimos clientes. Y tenemos gastos más grandes que en otras zonas”, analiza Miguel Rucco, presidente del paseo comercial.

Hay rubros más afectados que otros, y solo se salva la indumentaria. Los que no son de primera o segunda necesidad, es decir los más postergables como accesorios de moda, jugueterías, bijouterie, relojerías, son los más golpeados. “La gente no sale, no se arregla. Se vende alguna prenda, un abrigo en el cambio de estación, o se compra algo de tecnología y celulares. Pero no han quedado muchos de los otros”, define.

Rucco señala que en los barrios “hay 50 locales, en San Luis tenemos 500 comercios, entonces necesitamos que venga gente de otros lugares, incluso de otras localidades”. La venta mayorista mantiene cierta demanda, pero por la falta de circulación por las recomendaciones de las restricciones, o porque la población se cuida y no quiere subirse al transporte, se ha perdido muchísimo público.

Daño colateral   
Para Ricardo Diab, presidente de la Asociación Empresaria de Rosario (AER), la cantidad de comercios que están cerrados “no es más ni menos que lo que sabíamos que iba a dejar la cuarentena, obligada por la pandemia”. Las causas son múltiples: ventas que nunca superaron el 30 o 40 por ciento que en la normalidad, más los costos y gastos que vienen asumiéndose desde 2020 cuando la actividad estuvo durante meses cerrada o limitada.

Todo ese cóctel hizo que se generaran deudas financieras privadas, más los diferimientos de algún crédito que se tenía que pagar este año, deudas con el personal, alquileres. “Al no levantar el poder adquisitivo y el consumo, eso se ve rápidamente reflejado en la caída de los locales”, dijo Diab.

La zona del centro es la que sufre el mayor impacto, por las características del comercio, por la dificultad que hubo para que los clientes lleguen de la mano de muchas jornadas sin colectivos, por la falta de sociabilidad, por consumir más en los comercios de cercanía y porque los costos de funcionamiento en la zona son mucho más altos que en la periferia.

“Pero tampoco el macrocentro y los barrios están exentos de esto. Sabemos que ocurre en todo el país, donde hay en promedio un 15 por ciento de locales cerrados”, apuntó el dirigente empresario. Actualmente hay 55 mil empresas que pidieron el Repro II, que representan a 987 mil trabajadores y 145 mil autónomos. “Imaginate si esas son las que están agendadas, cuántas otras son las que no pueden acceder, porque es un programa muy complejo”, analizó.

Por ello, el presidente de AER dijo que siguen solicitando el ATP, “que fue una solución inmediata el año pasado para sostener al empleado dentro de la empresa, que es en promedio de uno o dos salarios mínimos”. En cambio, el Repro en la mayoría del sector comercial es de 9 mil pesos, “no alcanza absolutamente para nada”, se quejó. Con este panorama, las imágenes de comercios cerrados seguramente se seguirán multiplicando de aquí en adelante.

Fuente: La Capital