Rosario: Enseñar entre el humo, la bajante y la falta de conectividad

Gabriel Caliegri preside la cooperadora de la escuela Marcos Sastre, de la isla El Espinillo, donde este mediodía iba a sesionar el Concejo Municipal

Gabriel Caliegri preside la cooperadora de la escuela Marcos Sastre, de la isla El Espinillo, donde este mediodía iba a sesionar el Concejo Municipal Rosarino

El 2020 tampoco fue un buen año para la comunidad educativa de la escuela Marcos Sastre, de la Isla el Espinillo, donde este mediodía iba a sesionar el Concejo Municipal. La pandemia, la sequía, la inédita bajante del Paraná y el intenso olor a humo, sobre todo por las noches, se ensañan con las veinte y pico de familias que llevan sus niños a la escuela pública que pertenece a la provincia de Santa Fe. La falta de conectividad para seguir las tareas suma inconvenientes. La cooperadora escolar lleva tiempo reclamando sin éxito la instalación de la antena wifi que permitiría a los chicos mantener un vínculo más cercano con sus maestros.

Gabriel Caliegri vive en la Isla El Espinillo, tiene varios hijos y varios nietos, y lleva años como presidente de la cooperadora de la escuela Marcos Sastre. En ese rol, llegó ayer hasta la guardería náutica Botar para recibir y acompañar a la comitiva de concejales, referentes de organizaciones ambientalistas y periodistas que se preparaban para cruzar el Paraná para participar de la sesión especial, pero el mal tiempo y el viento que llegó a los 65 kilómetros obligaron a suspender la actividad para el próximo martes.

Y Caliegri, hombre de río y pescador, acostumbrado a lidiar con el Paraná picado, se quedó varado en la guardería esperando a que Prefectura lo autorice a volver su casa. «Está complicado trasladar así a tantas personas, hay mucho viento y puede empeorar», comenta subido a su lancha, resistiendo firme los sacudones a las que lo sometía la fuerza del agua.

El fuego, el virus

A la Isla el Espinillo se llega en pocos minutos de lancha desde la costanera norte. Esta ubicada casi enfrente a la zona de Puerto Norte, donde se levantan los edificios más cotizados de la ciudad. Los reiterados incendios que desde febrero se desataron en la zona del delta del Paraná, afectando unas 90 mil hectáreas de humedales, tuvieron a maltraer a la veintena de familias que vive en la cercanía de la escuela del Espinillo.

El aire irrespirable que pica en los ojos y se siente seco en la garganta tuvo asistencia perfecta. «El fuego no llegó cerca, no nos afectó directamente, pero el humo se siente muy fuerte. Al estar más cerca se siente mucho más», cuenta Caliegri y pronostica que no llegará una solución hasta que no llueva. «Solo la lluvia nos saca de eso».

El edificio que ocupa la escuela Marcos Sastre se construyó sobre la costa del río, sus maestros y alumnos soportaron varias inundaciones y, ahora, hacen malabares para seguir enseñando y aprendiendo en medio de la pandemia. Desde el 20 de marzo, cuando se suspendieron las clases presenciales para evitar contagios de coronavirus, los docentes tienen a su cargo el reparto de bolsones de comida y las tareas escolares destinadas a los niños.

«Los chicos deberían estar estudiando con medios virtuales, como en todos lados, pero trabajar virtualmente se complica porque no tenemos wifi, necesitaríamos una antena para la escuela, para que los chicos puedan seguir estudiando», se queja el presidente de la cooperadora y destaca que varias veces pidieron conectividad para la escuela, sin mucho éxito.

El próximo martes, el Concejo Municipal sesionará en la escuela Marcos Sastre para debatir una batería de propuestas que buscan la conservación de los humedales.

Fuente: La Capital