Salarios y jubilaciones cuidados

Las prioridades del gobierno en materia económica son claras. Quien diga que no hay plan es porque quiere otro plan muy distinto: el del ajuste.

Las prioridades del gobierno en materia económica son claras. Quien diga que no hay plan es porque quiere otro plan muy distinto: el del ajuste.

Por Carlos Heller

La oposición insiste en que no hay un plan económico en la Argentina. La vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca Bocco, les ha respondido: “cuando dicen que no hay un plan económico, es porque no es el plan que ellos quieren”. Es decir: porque no es un plan de ajuste.

A diferencia de lo que la oposición concibe, el proyecto económico del gobierno tiene entre sus objetivos prioritarios que los salarios y las jubilaciones, luego de varios años, le ganen a la inflación.

Junto a este objetivo hay otros: por ejemplo, lograr que la deuda imposible que el país heredó de la gestión de Juntos por el Cambio se transforme en una deuda viable.

Argentina tenía que pagar, a fines de julio, 2.400 millones de dólares al Club de París. Pero el gobierno negoció y logró acordar con la entidad un pago menor, de 430 millones de dólares, y trasladar el monto restante del vencimiento a marzo de 2022. De ese modo, alejó la amenaza de default.

Este acuerdo puntual no fue un hecho aislado: antes, ya se había logrado rebajar en 37 mil millones de dólares la deuda con los bonistas privados, además de reducir su tasa de interés a la mitad y correr sus plazos de pago.

Para adelante, la estrategia de negociación de la deuda consiste en la búsqueda de un acuerdo con el FMI para luego encauzar un convenio definitivo con el Club de París.

Por supuesto, el acuerdo con el Fondo no es un acuerdo menor. Como dijo el presidente Alberto Fernández en la apertura del 48º Congreso Nacional Bancario:“Todos esperaban que caigamos en default con el Club de París. Fuimos y negociamos, les planteamos que necesitamos tiempo para encontrar una salida que no lastime más a los argentinos y lo logramos. No bajamos ninguna de nuestras banderas. Seguimos negociando con el Fondo y le pedimos que revise las sobretasas que nos están cobrando porque le dieron un crédito a alguien que sabía que nunca iba a poder pagarlo. Necesitamos más tiempo para recuperarnos. Estamos saliendo de la pandemia, pero todavía no logramos salir de la tragedia que significaron los cuatro años que nos precedieron en la gestión”.

En la misma línea, el ministro de Economía, Martín Guzmán, aseguró: “Resolvimos la deuda con los acreedores privados, alcanzamos un entendimiento con el Club de París. Eso significa que hay menos carga de deuda en dólares para afrontar. Estamos negociando con el FMI, el Banco Central ha venido acumulando reservas, el aumento del precio de los commodities para un país que exporta estos productos nos presenta perspectivas más favorables. Es decir que todos los indicadores económicos están yendo en la dirección que nos muestra que tenemos más robustez”.

El gobierno avanza con su plan de tranquilizar la economía: allí donde había una situación desquiciada y fuera de control se impone un plan que va ordenando todas las variables. Lo veníamos diciendo: la Argentina tiene superávit comercial, está refinanciando las deudas y, por lo tanto, no tiene presión inminente por pagos;además, recompuso sus reservas.Todas las variables están contenidas dentro de las pautas presupuestadas. La única excepción continúa siendo la variación de los precios.

Con relación a esta última cuestión, las máximas autoridades de la Nación han ratificado que un objetivo central es que los salarios y las jubilaciones este año le ganen al aumento de los precios. No es la mejor noticia la decisión de reprogramar paritarias debido a que los precios no se alinearon con el resto de las variables. Es un problema no resuelto. Pero el gobierno está tratando de solucionarlo con una serie de iniciativas: a través de la negociación con los empresarios de la carne;mediante el establecimiento de setenta productos con precios congelados hasta fin de año; con el programa de Precios Cuidados y a través de otros acuerdos a los que se está arribando para intentar poner también esa variable bajo control.

En esta situación, lo más importante que está diciendo el gobierno es: si la variable inflación no está en caja, y mientras logramos ponerla en caja, vamos a tomar otras medidas para que las víctimas de esta situación no resuelta no sean los trabajadores y los jubilados. Hay una convicción profunda en la actual administración: que hay que distribuir para crecer y no, como nos dijeron durante años los cultores de la teoría del derrame, que hay que crecer para distribuir.

El Presidente, al hablar en el Congreso Nacional Bancario, afirmó: “lo que más me importa es que el sueldo de los trabajadores no se retrase respecto de la inflación”, así como también que se vaya “corrigiendo dentro de todas las dificultades que tenemos”.

En paralelo, el INDEC difundió estos días un dato sorprendente: que los argentinos y argentinas tienen fuera del sistema alrededor de 250.374 millones de dólares. Son fondos que están en cuentas bancarias, en cajas de seguridad locales o guardadas en lo que llaman el “colchón”, es decir, en los domicilios de sus propietarios o sitios similares. A ello hay que sumarle 74 mil millones que fueron declarados como activos en inversiones de cartera y títulos públicos, entre otras colocaciones. Otros 41 mil millones de dólares fuera del sistema son inversiones directas en el exterior.

La totalidad de ese monto es riqueza generada en el país, por lo que ese dinero debería ser puesto al servicio de la recuperación de la Argentina y de la mejora de las condiciones de vida de sus habitantes. Cuando se dice que los precios aumentan porque la producción no es rentable, hay que vincular esa afirmación con esa enorme cantidad de fondos que están fuera del sistema y que son ganancias locales producto de negocios locales.

En una nota publicada en el diario El País, Paul Krugman señala que “según cifras del FMI, Luxemburgo —que tiene aproximadamente la misma población que Vermont— ha atraído más de tres billones de dólares en inversión empresarial extranjera, comparable a la recibida en total por Estados Unidos”. Y agrega: “el actual sistema tributario internacional ofrece a las grandes empresas un amplio margen para la evasión fiscal”.

Es decir: no es que no haya recursos para invertir, el problema es que una parte importante de estos no se quedan en el país aun cuando fueron generados aquí.

En la intersección entre el cuidado del valor real de los salarios y de las jubilaciones y la inversión en el país de la riqueza producida localmente, se encuentra la posibilidad de reconstruir la Argentina.

* Diputado nacional y presidente del Partido Solidario

Fuente: Página 12