San Francisco: Demanda de ayuda alimentaria, la otra curva ascendente

La necesidad de asegurarse una ración de comida aumenta al ritmo del peor momento de la pandemia."Día a día va creciendo la demanda, es impresionante lo que está pasando", aseguran desde un merendero.

La necesidad de asegurarse una ración de comida aumenta al ritmo del peor momento de la pandemia.»Día a día va creciendo la demanda, es impresionante lo que está pasando», aseguran desde un merendero. Y advierten una «nueva pobreza»:para algunos, pedir ayuda para comer era una realidad inimaginada hasta ahora. «Muchos padres nos dicen que a ellos no les importa comer, pero piden que ayudemos a sus hijos», contaron desde Red Solidaria.
Los comedores y merenderos comunitarios no dan abasto: cada vez asisten a más familias.

Existe otra curva ascendente y es la demanda de asistencia alimentaria, que crece al ritmo del aumento de los contagios de coronavirus.

Desde Red Solidaria y comedores comunitarios coincidieron que en el último tiempo aumentó la asistencia a las familias en situación de pobreza, agravada por la inflación.

En el conglomerado conformado por San Francisco, Frontera y Josefina (barrio Acapulco) funcionan unos 22 comedores y merenderos, que en su mayoría optaron por la modalidad de entrega de viandas para evitar aglomeraciones.

Las familias que se acercan por una ración de comida viven de la changa. Luego de la inactividad ala que había obligado la cuarentena en 2020, la recuperación del «oficio» parece que no hizo efecto porque no dio estabilidad. Poco más de un año después, muchas de esas familias que no tienen un trabajo formal deben cumplir aislamiento en su domicilio por haber contraído el virus o por ser contacto estrecho de un positivo, lo que otra vez, les impide salir a «buscar el mango».

«Muchos padres nos dicen que a ellos no les importa comer, pero piden que ayudemos a sus hijos», contó el referente de Red Solidaria San Francisco, Marcelo Valverde, quien indicó que de marzo a esta parte, «aumentó mucho» la demanda alimentaria.

Mientras antes de la pandemia mandaban a sus hijos a estos espacios populares que funcionan como una red de contención de la pobreza, desde hace unos meses también padres, madres y abuelos concurren en busca de un plato de comida caliente.

«Día a día va creciendo la demanda, es impresionante lo que está pasando», reconoció Gonzalo Giuliano Albo, del Merendero La Amistad.

«La semana pasada recibí pedidos por parte de varias familias que antes no necesitaban alimentos porque se las rebuscaban con alguna changa, pero me decían que por estar contagiados de Covid-19 no tenían manera de conseguir alimento», describió Valverde para dar cuenta de la dura realidad.

Recordó además que esta franja de la población «suele vivir al día» con el resultado de lo que puedan obtener por el cartoneo o cirujeo por las calles de la ciudad.

La situación se agrava aún más cuando el propio Valverde explicó que «muchos de estos pedidos se hacen por los más pequeños de la familia, porque muchos padres nos dicen que a ellos no les importa comer, pero piden que ayudemos a sus hijos».

Por lo general, Red Solidaria asiste con copas de leche, en tanto, «a veces no alcanza» por lo cual suelen trabajar de manera coordinada con comedores comunitarios o merenderos a través de un sistema de asistencia por turnos. «Los lunes los atiende uno, los martes otro y así se pone en marcha un mecanismo por el cual se intenta satisfacer esta demanda que crece al ritmo del aumento de casos de coronavirus».

«Lamentablemente hay cada vez más contagios y entre los que se registran a diario les está tocando a muchos que viven al día y como no pueden trabajar por 15 días, se las ven muy difícil» para conseguir alimento, continuó Valverde.

«Tenemos algunos proveedores como carnicerías o verdulerías -agregó-. El 90 por ciento de las donaciones se derivan a los merenderos porque allí es donde se concentra la mayor demanda de ayuda».

Por su parte, la principal referente del Merendero «Los Pekeñitos» de barrio La Milka, Stella Almada, coincidió con Valverde en cuanto al incremento de la demanda de raciones de comida.

Este espacio brinda ayuda a través de 230 raciones alimentarias que se distribuyen al mediodía durante tres días a la semana con la modalidad de vianda, aunque en algunos casos la asistencia es diaria, sobre todo para aquellos que no tienen la posibilidad de moverse de su casa. Además, de lunes a lunes, entregan bizcochos y facturas para que los chicos puedan tener una merienda como refuerzo alimentario.

«Está creciendo la cantidad de pedidos, sobre todo a partir de personas que tienen Covid y están aisladas. En ese caso, cuando nos avisan nosotros les llevamos la comida a su casa», contó Stella.

A la vez, la mujer advierte «una mayor necesidad en otros sectores de la población que si bien no cursan la enfermedad, tampoco llegan a tener los recursos para poder alimentarse».

Almada aprovechó la ocasión para solicitar apoyo con la donación de alimentos. «Toda aquella persona que quiera ayudarnos puede hacerlo en calle Antártida Argentina 456 o bien por Whatsapp al teléfono 3564-375543».

Giuliano Albo, responsable del Merendero La Amistad de Frontera -Calle 100 al 950- comentó que «en estos días nos resulta muy frecuente recibir a personas que vienen a buscar sus alimentos y también llegan con envases de personas que están aisladas por haber sido diagnosticadas como covid positivo».

En el lugar se elaboran unas 250 raciones alimentarias diarias que se distribuyen tres veces por semana en horas de la noche.

«Hay mucha gente aislada que vive al día y no podemos dejar de asistirlos. Ellos no pueden salir a hacer la diaria, pero eso no significa que no deban alimentarse», explicó.

Igualmente, señaló que «la mayoría» de la demanda alimentaria tiene que ver con los más pequeños del grupo familiar.

«Día a día va creciendo la demanda, es impresionante lo que está pasando -manifestó Gonzalo-. Esto no solo nos pasa a nosotros, sino que ocurre en muchos comedores comunitarios».

Asimismo, «está faltando ayuda para elaborar las raciones de alimentos porque también se registran contagiados entre algunos voluntarios que acuden a trabajar a los comedores».

Fuente: Página 12