San Marcos Sierras, otro lugar de Córdoba

Un pueblo multicultural donde la naturaleza y la bohemia se fusionan para que te olvides del stress.

Un pueblo multicultural donde la naturaleza y la bohemia se fusionan para que te olvides del stress.

Este pueblo de las sierras del Valle de Punilla esta custodiado desde lo alto por el Cerro de la Cruz y el cerro Alfa. Todo gira en torno de la plaza central, rodeada de coloridos barcitos y la feria artesanal. A una cuadra está el río San Marcos, con su quebrada que ostenta pureza natural y con márgenes que ofrecen espacios para disfrutar del sol y que los más pequeños se puedan recrear. Caminando por su orilla pueden encontrarse algunos ejemplares de morteros que realizaron en la piedra los comechingones que habitaban el lugar.

Una particularidad de San Marcos es el primer Museo Hippie del mundo, a dos kilómetros de su núcleo. Se trata de una casa construida en los ’70, con forma de hongo, que exhibe una colección de objetos relacionados con ese fenómeno social.

A cuatro kilómetros del pueblo se encuentran distintos parajes para refrescarse en el cristalino río Quilpo, ese que nace en Los Gigantes y no pasa por ningún poblado. Hay tres balnearios principales por donde se puede acceder, con instalaciones sanitarias básicas, lugar para camping, parrillas y algunas despensas con provisiones. Dos son privados y uno, municipal.

Vida slow, bicicletas, termo y mate, niños jugando y otras tantas cosas que respetan lo ecológico. Se trata de un destino especial y particular, que se sustenta en su principio multicultural y de protección a la naturaleza, caracterizado por calles de tierra con baja contaminación lumínica que permiten apreciar las noches estrelladas.

Qué se puede hacer:

Paseos en bicicleta: pedalear por los túneles vegetales, hermosos callejones arbolados, entre algarrobos, quebrachos colorados, álamos, mistoles y más, con copas que se unen en la altura y que a su paso permiten visitar viviendas de artesanos y productores que hacen y exhiben lo que los apasiona.

Caminata auto guiada: hasta el Cerro de la Cruz, ícono del lugar y por donde sale el sol. Desde lo alto, la panorámica incluye hasta el espejo de agua del dique de Cruz del Eje. Tampoco hay que olvidarse de hacer una visita a la más alejada Casa de Piedra, un monumento arqueológico de interés cultural que definen como un lugar sagrado y centro energético.

Espectáculos: para las noches veraniegas de enero, el municipio tiene armada una grilla con distintos espectáculos de lunes a lunes en torno de la plaza Cacique Tulián. Y, sobre una de sus esquinas, reluce siempre la Feria de Artesanos, con exposiciones de artesanías con técnicas aborígenes y arte genuino sobre distintos materiales.

Fuente: MDZ Online