Se abrió el proceso de juicio político contra la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff
03/12/2015 EL MUNDO
Con 342 aprobaciones del total de 513 bancas que cuenta la Cámara de Diputados, Rousseff podría ser apartada de su cargo a poco de haber asumido su segundo mandato el 1 de enero pasado.
Eduardo Cunha, jefe de la Cámara de Diputados de Brasil y archirrival conservador de la presidenta socialista Dilma Rousseff, aceptó ayer un pedido de juicio político contra la mandataria por adulteración de las cuentas públicas, un proceso que podría poner fin a su mandato. “Es autorizar la apertura, no dar un juicio de mérito; será la comisión especial que podrá acoger o rechazar el pedido de impeachment”, dijo a periodistas Cunha, el presidente de la Cámara de Diputados, tras haber aceptado la votación del Parlamento. Como metiendo el dedo en la llaga, Cunha, cuyo cargo también está en juego por recibir sobornos en el caso de Petrobras añadió que no implementó este proceso “con felicidad alguna, sé que es un gesto delicado en un momento en que el país atraviesa una situación difícil desde el punto de vista tanto económico como político”.
Tras agitar el fantasma del impeachment durante meses, Cunha decidió pasar a la acción el mismo día en que diputados del gobernante Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) hicieran público que votarían a favor de abrir una investigación contra él en el Congreso por haber ocultado millonarias cuentas en Suiza.
La decisión de este poderoso legislador evangélico investigado por corrupción en el marco del megafraude a la estatal Petrobras deberá ahora ser analizada por una comisión de diputados cuya conclusión será votada por el plenario de la cámara baja. Luego el plenario del Senado la juzgará y en caso de que dos tercios de la cámara alta (54 de 81) levanten su mano afirmativamente, Rousseff perderá su mandato y será sustituida por su vicepresidente, Michel Temer (del centroderechista Partido del Movimiento Democrático Brasileño), hasta las próximas elecciones presidenciales de 2018.
El paso inicial para un eventual juicio político a la presidenta, cuya gestión es aprobada apenas por un 10% de la población, sumerge a la séptima economía del mundo en una crisis de final incierto tras un año turbulento. A esto se suma una profunda crisis económica. De hecho, Brasil está atravesando una recesión que durará dos años consecutivos según todo pronóstico: la más larga desde 1930-1931.
El pedido de impeachment aceptado por Cunha contra la mandataria fue realizado por un grupo de juristas independientes -incluido un exfundador del PT, Helio Bicudo- que la acusan de haber maquillado las cuentas públicas para cubrir falencias de su gestión, considerado un “crimen de responsabilidad” que conlleva una pena de ilegibilidad. Cabe destacar además que esa presentación cuenta con el apoyo de diversas fuerzas opositoras, entre ellas la del PSDB (centroizquierda), cuyo candidato Aecio Neves perdió el balotaje contra la actual presidenta en 2014 por un margen de apenas 3%.