Se consolida la idea de “podar” el gasto político municipal de Mar del Plata
En el gabinete de Arroyo evalúan la posibilidad de achicar los sueldos de más de un centenar de funcionarios políticos. Sería un "gesto" en un contexto en el que las cuentas no cierran y las perspectivas siguen sin mejorar.
07/07/2016 POLÍTICAEn el gabinete de Arroyo evalúan la posibilidad de achicar los sueldos de más de un centenar de funcionarios políticos. Sería un «gesto» en un contexto en el que las cuentas no cierran y las perspectivas siguen sin mejorar.
La delicada situación económica y financiera en la que se encuentra el municipio impulsó a algunos funcionarios a concebir la idea de reducir el gasto político mediante una rebaja de los sueldos de quienes ocupan los principales cargos dentro del Departamento Ejecutivo.
“Por ahora es sólo una idea que está muy verde”, reconoció un integrante del gabinete, quien precisó que la propuesta será puesta a consideración de quienes ocupan los más altos puestos jerárquicos en la comuna, y por supuesto, del intendente Carlos Arroyo.
“Tiene que haber consenso entre todos”, indicó, asegurando que por estas horas “se está trabajando en eso”.
La Municipalidad debe cancelar aún deudas que quedaron pendientes el año pasado, sanear el déficit y generar condiciones para financiar sus gastos e inversiones. Las perspectivas no son alentadoras.
Los intentos del ex secretario de Economía, José Cano, por contener el gasto y mejorar los ingresos parecen no haber oxigenado las cuentas. De hecho hay quienes consideran que en ciertos aspectos sus medidas hasta empeoraron la situación.
Si bien su reemplazo por Gustavo Schroeder generó nuevas expectativas, los números todavía no acompañan. Y los pronósticos tampoco.
La fuerte sub-ejecución del gasto, que se constata en los recortes aplicados en distintos servicios, parece no estar alcanzando para enderezar las cosas, en medio de un contexto económico poco alentador.
Los despidos, la paralización de las obras, las suspensiones de programas y la notoria reducción de las tareas de mantenimiento, siguen sin ser suficientes para equilibrar los números.
En materia de ingresos surgen señales de alarma. Esta semana, un informe de la Agencia de Recaudación Municipal (ARM) dio cuenta de que durante el primer bimestre de este año la cobrabilidad de la Tasa de Servicios Urbanos (TSU) se redujo del 68,1% al 66,41% con respecto al mismo período de 2015.
La cifra está lejísimos del número imaginado por Cano, quien al elaborar el presupuesto de 2016 fantaseó con alcanzar una cobrabilidad del 76%.
A esta altura del año, el Ejecutivo todavía no cumplió con la publicación de la ejecución del presupuesto, pero se presume que la Tasa de Seguridad e Higiene, cuya recaudación está vinculada con la marcha de actividad económica de la ciudad, está sufriendo un significativo retroceso.
El diagnóstico es claro. El ahorro no alcanza, los ingresos propios tienden a decrecer y lo hecho hasta ahora ayudó poco y nada a corregir el rumbo.
La idea de avanzar con la reducción del gasto político aparece en ese contexto como un “gesto de austeridad”, en un momento en el cual se presume que las restricciones seguirán siendo moneda corriente.
Los afectados por la medida serían un centenar de funcionarios nombrados por Arroyo que perciben sueldos básicos que van desde los 25 mil hasta los 166 mil pesos por mes, como es el caso del propio intendente.
La poda de la que se habla es del 30%, cifra que inquieta a quienes tras el último aumento concedido a los municipales vieron crecer sus salarios en un 26%.
Así, el ingreso de un secretario que ahora percibe $87.541 de básico se reduciría a unos $61.250. Sería un recorte considerable para muchos que, cuando se sumaron al gabinete en diciembre, tenían un básico de $73.084.
Dentro del gabinete, la noticia difundida hoy por LA CAPITAL cayó como un balde de agua fría, en especial para los que suponían que la peor etapa de la gestión ya había sido superada.
La obligación de afrontar el pago de los sueldos y los aguinaldos dejó a la vista que los problemas están lejos de disiparse. Para desembolsar los 150 millones de pesos líquidos necesarios para abonar los sueldos, una vez más la comuna debió utilizar un millonario giro en descubierto del Banco Provincia. Es decir que debió pedir plata prestada y por ello asumir el pago de intereses.
En este contexto no está claro aún cómo el gobierno encarará el pago del aguinaldo -otros 70 millones- postergado para la semana que viene.
La situación podría repetirse el mes que viene, el siguiente y muchas veces más.
De concretarse, el recorte de los sueldos políticos -aplicado desde hace tiempo en muchos otros municipios en problemas- será expuesto como un “gesto”. De ser así será una señal de que lo que queda por delante es más complejo que lo que ya quedó atrás.