Se instaló en Córdoba el primer radar meteorológico fabricado en el país

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El RMA es el primer radar meteorológico fabricado en Argentina.

El radar meteorológico con tecnología doppler de doble polarización, fabricado en Argentina, permitirá la identificación y el monitoreo de fenómenos hidrometeorológicos así como la prevención de las consecuencias producidas por eventos climáticos.

El primer Radar Meteorológico Argentino (RMA1), fabricado en el país por la empresa estatal INVAP, que forma parte del proyecto para crear un Sistema Nacional de Radares Meteorológicos (SINARAME), impulsado por el Estado nacional a través del Ministerio de Planificación Federal. El dispositivo, junto con otros diez equipos similares, se distribuirán a lo largo del país.

El plan fue lanzado en noviembre de 2011 con el objetivo de desplegar una red nacional de radares meteorológicos con un sistema de centralización de la información en tiempo real. La primera etapa de la iniciativa consistió en el desarrollo, la fabricación e instalación de un prototipo de última generación en Bariloche y del primer radar operativo de serie en la ciudad de Córdoba. La segunda etapa, que se llevará a cabo entre 2015 y 2016, establece la construcción y puesta en marcha de otros diez radares distribuidos en distintos puntos del país.

El RMA es el primer radar meteorológico fabricado en Argentina que utiliza tecnología doppler de doble polarización en la banda C. “Estos radares cuentan con tecnología de última generación”, destaca la meteoróloga Paola Salio, investigadora del CONICET en el Centro de Investigación sobre el Mar y la Atmósfera (CIMA UBA-CONICET) y profesora del Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos de la Facultad. Y añade, “INVAP está desarrollando en Argentina tecnología acorde con los mejores estándares mundiales”.

El dispositivo, junto con otros diez equipos similares se distribuirán a lo largo del país.

Un radar meteorológico es un tipo de radar que se utiliza para localizar precipitaciones, calcular sus trayectorias y estimar sus tipos (lluvia, nieve, granizo). La nueva tecnología permite, a partir de datos tridimensionales, no sólo observar un fenómeno, sino también conocer la estructura de las tormentas, su potencial de trayectoria y de daño, medir la velocidad de las partículas de precipitación que trae y la forma o geometría del fenómeno detectado, para diferenciar si se trata de una gota de agua, de un cristal, de langostas o simplemente de polvo.

“La doble polarización permite obtener una señal de los ecos meteorológicos en las dos escalas electromagnéticas: vertical y horizontal. Eso permite medir un mayor número de variables y hacer mejores apreciaciones sobre las características de la nube”, explica Salio y agrega, “actualmente, uno ve las nubes con un satélite, pero es una herramienta que sólo nos permite ver la cara hacia el espacio. El radar, en cambio, permite escanear la tormenta en todo su volumen, obtener información mucho más relevante sobre lo que ocurre en el interior de la nube y, por lo tanto, mejorar la comprensión del fenómeno”.

Una vez instalados todos los radares y el Centro de Operaciones con el software especialmente desarrollado para el procesamiento de datos, la información obtenido por esto equipos tendrá múltiples aplicaciones: descripción del estado del tiempo, generación de pronósticos corto plazo (nowcasting); monitoreo de contingencias ambientales (granizo, lluvias torrenciales, tormentas severas, tornados, etcétera); seguridad en la navegación y aeronavegación; estudios de física de la atmósfera, y suministro de datos básicos para la investigación científica y tecnológica.

La tarea constituye un enorme desafío para el Servicio Meteorológico Nacional, con el cual Exactas viene colaborando a partir de la formación de nuevos recursos humanos y de la generación permanente de nuevos cursos de capacitación para el personal que lleva años trabajando en el organismo.

Fuente: El Cordillerano