Tras el cierre de burdeles, se vive en San Lorenzo un clima enrarecido
18/03/2014 MUNICIPIOSLa Municipalidad amaneció ayer con pintadas amenazantes hacia el intendente Leonardo Raimundo. Investiga la Justicia. Las alternadoras que quedaron en la calle se quejan por la inseguridad en la que tienen que trabajar y piden «un lugar».
El clima se enrarece en San Lorenzo tras el cierre definitivo de los pocos burdeles que quedaban funcionando. Mientras el edificio municipal amaneció ayer con pintadas amenazantes hacia el intendente, presuntamente vinculadas al cierre de prostíbulos en la ciudad por parte del municipio, las alternadoras se hicieron oír, protestaron por la situación de inseguridad en la que fueron «empujadas» a trabajar y pidieron un lugar para poder ejercer su oficio.
«Raimundo nos cagaste el negocio». «Estás muerto». «Cabaret abierto. Drogas. Vigilante», fueron los mensajes escritos en una de las paredes del Municipio, sobre calle San Carlos.
Ante esta situación, el secretario de Gobierno y Cultura de San Lorenzo, Iván Ludueña, puso de manifiesto la preocupación que generó este ataque contra la persona de Raimundo. «Nos preocupa principalmente la amenaza directa contra el señor intendente. Una de las pintadas dice «estás muerto» y no podemos pensar otra cosa que en una amenaza directa, y otra de las inscripciones pide drogas y la reapertura de cabarets. No entendemos el grado de intolerancia que puede tener un sector de la sociedad», expresó.
Tal como lo publicó reiteradamente La Capital, la Municipalidad viene haciendo desde hace tiempo operativos sobre los locales nocturnos, con clausuras reiteradas, que llevaron al cierre definitivo de todos los locales, algunos por el mismo municipio, otros por decisión de los propietarios. Esto generó la reacción de las alternadoras, que reclaman un lugar donde trabajar, pero que se desvincularon totalmente de las pintadas amenazantes que aparecieron en la Municipalidad.
Sin minimizarlo, el intendente Raimundo se mostró asombrado y algo descreído del mensaje. «Es cierto que hay una amenaza, así está escrito. Pero es raro, hay cosas que no se entienden claramente. Hablan de cabarets y drogas, es muy burdo», reflexionó. Y prefirió no ahondar en consideraciones respecto de la amenaza. «Estamos trabajando todo el día, no nos sentamos a analizar si se trata de amenazas presuntas o reales, tampoco sabemos de dónde pueden provenir, aunque evidentemente tienen un contenido mafioso. Uno sabe que en la función pública está expuesto a este tipo de cosas».
El mandatario reiteró lo dicho hace pocos días a este diario, a propósito del cierre de los burdeles. «La prostitución no es un delito, no la estamos combatiendo. Lo ilícito es el proxenetismo, el facilitamiento, la trata de personas, la prostitución de menores. Esas son las cosas que tenemos que cuidar y combatir», remató.
Más contundente, Ludueña manifestó: «Llama la atención que las leyendas aparecen después del cierre definitivo de todos los bares nocturnos y cabarets que había en la ciudad. No vamos a permitir que este haga ceder nuestro compromiso», publicó el portal del grupo Agenda. El funcionario sostuvo que este tipo de acciones «nos hace reflexionar sobre el momento que vivimos», pero aseguró que «lejos de asustarnos y amedrentarnos nos lleva a redoblar los esfuerzos». Y añadió: «Estos actos no nos van a hacer ceder en nuestro compromiso de lograr una sociedad más justa e igualitaria, no son un escollo para nosotros, sino todo lo contrario». Y expresó el deseo de que «la Justicia llegue a la verdad para conocer de dónde viene la amenaza, ya que este clase de
Ellas se quejan.
Mientras tanto, las meretrices que trabajaban en los cabarets reclaman seguridad y un lugar para realizar su actividad. Carolina S., una vocera de las trabajadoras sexuales, aseguró que desde el cierre de los locales nocturnos las alternadoras armaron una parada en el viejo club Sarmiento, frente al ya cerrado Black Cat, un lugar «que ahora está abandonado». Y reclamó «un lugar donde las chicas puedan trabajar. Están expuestas a la inseguridad, totalmente desprotegidas. El sábado pasado, un cliente levantó a una chica, tomó los servicios y después, además de no pagarle, la golpeó», contó. «Lo único que quieren es un lugar digno donde puedan ejercer, no en la calle», adonde las mandaron.
Las mujeres marcharon ayer hasta le esquina de los bancos, en San Martín y Urquiza, y adelantaron que pedirán una audiencia con el intendente, quien no obstante, a la hora de hablar con este diario, no había recibido ninguna solicitud formal.
«Con el cierre de los bares quedamos en la calle, con toda la inseguridad que eso trae. Pero además nos da vergüenza estar en la calle, a la vista de nuestras familias y nuestros conocidos», dijo Verónica, una de las trabajadoras sexuales que encabeza el reclamo, tal cual lo publicó ayer el diario digital SL24. «No estamos acostumbradas a trabajar directamente en la calle. Nos pone mal hacerlo, además de que es muy inseguro y ni siquiera tenemos un baño. Que nos dejen trabajar como antes, que se habilite por lo menos un bar para poder tomar un copa y luego trabajar», insistió.
En cuanto a las pintadas que aparecieron ayer en el Municipio sanlorencino, la mujer fue contundente: «de ninguna manera haríamos algo así».