Tsipras echó a los ministros que se opusieron al acuerdo con Europa
18/07/2015 EL MUNDO
La “purga” es la a vez un gesto de autoridad y una necesidad de gestión: varios de los ministerios afectados participarán de las reformas exigidas. Habrá una nueva votación de medidas.
El primer ministro griego Alexis Tsipras hizo una reforma de gabinete y echó a figuras que se opusieron al paquete de reformas exigido por la Unión Europea y que controlaban ministerios clave para su agenda de reformas, como el de Asuntos Sociales, Trabajo, Defensa y Energía y Medio Ambiente.
El Ministerio de Energía y Medio Ambiente, que pasará a tener un papel importante al ser responsable de numerosas privatizaciones, dejará de estar a cargo del izquierdista radical Panagiotis Lafazanis y pasará a estar en manos de un estrecho colaborador del jefe de gobierno, Panos Skourletis. Lafanzanis dejará el cargo al igual que el viceministro de Asuntos Sociales, Simitris Stratoulis. Ambos expulsados pertenecen al ala más izquierdista de la coalición de gobierno, Syriza, y eran los líderes de la posición más radical dentro del propio gobierno. Todos los removidos respaldan una salida de Grecia del euro y en las recientes votaciones parlamentarias siempre se opusieron —al igual que otros 30 legisladores— a respaldar los recortes y privatizaciones previstos por el gobierno nacional para alcanzar un acuerdo con los acreedores internacionales.
Tras la votación del miércoles en el Parlamento que evidenció la ruptura interna de Syriza, Tsipras dijo que se propone continuar gobernando con una minoría, que debería respaldarse en 123 de las 300 bancas del Parlamento.
El nuevo ministro de Medio Ambiente, Skourletis, ocupaba hasta ahora la cartera de Trabajo, que quedará en manos de Giorgios Katrougalos. Sin embargo, el disenso en el seno del gobierno podría no terminarse con estos cambios. El 22 de julio el Parlamento someterá a votación nuevas medidas de ahorro y reforma y se estima que podrían resurgir disidencias. En este momento el principal objetivo del gobierno es sacar adelante los programas de ajuste y de ayudas y luego, una vez que el nuevo rumbo tome curso, pensar en la posibilidad de convocar elecciones anticipadas.
Cartera de derecha. La cartera de Finanzas continuará en manos de Euclides Tsakalotos, quien habia sustituido al polémico Yanis Varoufakis —otro de los diputados disidentes—, y Exteriores seguirá a cargo de Nikos Kotzias. Asimismo, Defensa seguirá en manos de Panos Kammenos, líder del partido nacionalista de derecha Griegos Independientes, pese a que votó contra las medidas. Pero su viceministro, Kostas Isichos, fue apartado.
El miércoles fue un día decisivo: el Parlamento votó el paquete de ajustes exigido por Tsipras y negociado hasta el agotamiento en Bruselas. Allí, Tsipras y Tsakalotos debieron ceder en toda la línea a las exigencias europeas. La alternativa la planteó Alemania: abandonar el euro y la Unión Europea. El pasado 5 de julio el propio Tsipras había convocado a un referéndum pidiendo el “no” a un ajuste mucho menos drástico que le proponía la UE. En la votación del miércoles, Syriza se partió: 38 diputados votaron en contra o se abstuvieron, sobre un bloque de 149 oficialistas. El paquete de recortes a cambio de ayudas igualmente fue aprobado por 229 votos, muchos de ellos de partidos opositores. A cambio del ajuste, Tsipras espera recibir unos 86.000 millones d e euros en tres años.
Voto alemán. Los legisladores alemanes dieron luz verde para que la zona euro negocie el tercer rescate para Grecia. Pero la canciller Angela Merkel sufrió una notoria rebelión en sus filas. El Bundestag, la Cámara baja del Parlamento cuyo respaldo es esencial, aprobó la medida por 439 votos a favor y 119 en contra, con 40 abstenciones. Casi un quinto de los democristianos de Merkel votaron “No”. Existe un profundo recelo en Alemania contra Grecia. El país es el que más ha contribuido a los sucesivos rescates financieros de Grecia desde 2010. Por esto, un tercer auxilio financiero es impopular en Alemania. Merkel vio así a 60 de sus diputados votar contra el tercer rescate, más del doble de la cifra que se opuso en febrero a un paquete previo.
El diario popular Bild opinó que el “Grexit es una mejor solución” y “nuestros nietos pagarán” por estos rescates. Pero un sondeo de opinión del instituto Forsa indicó que 53% de los alemanes quiere que el Parlamento respalde las negociaciones y que un 42% se opone.