Un día para ganarlos, 10 minutos para gastarlos: así se esfuman $1.000 por el impacto de la inflación

La inflación golpea más en los sectores de menos recursos. Los alimentos básicos subieron a un ritmo vertiginoso. Jubilados, cuentapropistas, trabajadores informales, los más afectados.

La inflación golpea más en los sectores de menos recursos. Los alimentos básicos subieron a un ritmo vertiginoso. Jubilados, cuentapropistas, trabajadores informales, los más afectados.

Miriam tiene que trabajar el día entero para conseguir mil pesos. Pero esos mil pesos se les deshacen en las manos en una visita al mercado. Ni medio kilo de carne, ni un kilo de naranjas, menos un almuerzo y cena para toda su familia. Esos mil pesos por día que Miriam consigue con un día de trabajo y que destina solo a comida, valen 10% menos desde el mes pasado y 110% menos desde hace un año. Su trabajo vale menos, su familia vive peor.

«Algunas veces los chicos quieren cenar. Pero es solo un té lo que damos. Compramos dos kilos de pan por día, papas que llenan, arroz, que también llena. Está difícil», dice la mujer en una pausa de su trabajo. Ni hablar de otros bienes de primera necesidad: un día de trabajo no le alcanza a Miriam para pagar un cuaderno para la escuela de alguno de sus hijos; ni siquiera para costear el colectivo de todo el mes completo.

La inflación es ese fenómeno que explican muy bien los que tienen y que sufren los que no tienen recursos económicos. Justamente en Mendoza -y en todo el país- se potencia la desigualdad: la inflación de los «pobres» es mucho mayor. En febrero los alimentos subieron en promedio más de un 9%, un 50% más que la suba de precios general. Como las familias de menos recursos económicos destinan más porcentaje de sus ingresos a comida, el impacto del aumento de precios es mucho mayor. La inflación general fue del 11,6% en dos meses. La de los pobres del 15%, en Mendoza. En un año los alimentos ya subieron 102,6%. En la casa de Miriam, por ejemplo, viven tres familias, con 6 adolescentes, cuatro adultos y una jubilada. Los ingresos fijos son los de ella y la jubilación mínima de su madre; es decir los 58 mil pesos mensuales que cobran 6 millones de argentinos.

Plata que es humo
Laura lo dice claro. «Mil pesos son como 100 de antes. Para que alcance muchas veces no comemos carne. En el súper todo aumenta día a día. Busco por diferentes lugares para encontrar ofertas; miro precios y compro en distintos lugares. Eso me quita tiempo para estar en mi casa, para hacer las cosas, la limpieza, para cuidar a mi padre y de mi hijo», cuenta la mujer.

Los mil pesos, que son la referencia por ser el billete de mayor denominación, no son suficientes ni comprar un kilo de la carne más económica. Ningún tipo de carne en realidad. No alcanza un día de trabajo para las cuatro comidas diarias de una familia «tipo», de cuatro personas: carne, leche, legumbres, verduras, frutas, hidratos. La cuenta, si se hace, supera los dos mil pesos. Pero como ninguna familia es «tipo» en realidad, la situación es peor. El mes debería tener 60 días para que Miriam pueda conseguir el dinero necesario. «Antes tenía más trabajo y nos rebuscábamos. Pero no se puede. Mi mamá con su jubilación y yo ordenamos la casa. Mi hijo dejó la escuela porque tenía que trabajar para ayudar», explica la mujer. Ella gana 45 mil pesos al mes; lo mismo que un par de zapatillas de marca o una mochila para la escuela. Su madre, no llega a 60 mil pesos. En su casa pagan 13 mil pesos de luz, el servicio más caro e indispensable. En alimentos y transporte se va el resto del sueldo.

Los alimentos subieron en Mendoza 15,6% en dos meses y febrero fue tremendo; con un 9,3% de aumento. Por eso más de la mitad de la inflación total se explica por ese rubro. El costo de vida se encarece y tendrá un fuerte impacto en dos indicadores sensibles. La pobreza y, sobre todo, la indigencia. Se trata de las personas cuyos ingresos no alcanzan a cubrir la canasta de alimentos básicos.

En la lista del supermercado que hace el Indec para seguir la evolución de precios también queda reflejado que aumentan con más intensidad los productos básicos. La carne molida común, por ejemplo, es una de las proteínas más consumidas en sectores populares por la versatilidad. Pues fue lo que más aumentó el mes pasado: 35%. El arroz, que suele acompañar guisos y otras comidas llenadoras, también subió más que el resto: 14%.

En Mendoza 4 de cada 10 personas económicamente activas tienen problemas de empleo. Aunque la desocupación es estadísticamente baja, la incidencia de los trabajos informales crece. Es decir, se crean empleos de mala calidad y mal remunerados. A ese grupo es el que más afecta la inflación de los alimentos. En el Gran Mendoza hay 310 mil trabajadores y trabajadoras (con ingresos de 80 mil pesos mensuales de promedio) y 213 que no tienen aportes jubilatorios, ni están registrados. Ese grupo tienen ingresos mensuales de solo 40 mil pesos; poco más de 1000 pesos por día, esos que cuesta ganar y se esfuman en las manos.

Fuente: MDZ