Una alarma para la industria

Comienza el mes de diciembre y se puede afirmar que los ansiados brotes verdes no asoman. Los últimos indicadores de septiembre y octubre dan cuenta de una caída de los despachos de cemento, de la actividad en la industria siderúrgica y automotriz, así como del consumo y la inversión.

Comienza el mes de diciembre y se puede afirmar que los ansiados brotes verdes no asoman. Los últimos indicadores de septiembre y octubre dan cuenta de una caída de los despachos de cemento, de la actividad en la industria siderúrgica y automotriz, así como del consumo y la inversión. Sin embargo, prácticamente todos los análisis económicos coinciden en señalar que 2017 – en mayor o menor medida– será un año de relativa recuperación económica. Y es allí donde se debe profundizar el análisis y alertar sobre ciertos cambios estructurales que pueden quedar hoy en un segundo plano, pero que definirán el modelo de crecimiento y el patrón económico de acumulación en los años venideros.

Por un lado, el sistema de metas de inflación adoptado por las autoridades del Banco Central sugiere que la apreciación del tipo de cambio real será la herramienta utilizada para controlar el aumento de los precios. El abaratamiento de los productos transables, por lo tanto, presionará aún más a los productores locales. Esto se dará en un contexto de importante apertura comercial: este año será el primero desde 1975 en el cual las importaciones crecen mientras que el PBI se contrae. Todo indica que esta dinámica de las importaciones se profundizará en 2017, ante una expectativa de crecimiento del producto.

La combinación de un mercado interno a la baja e importaciones crecientes ha generado en varias ramas industriales un reemplazo de productos nacionales por importados a lo largo del corriente año. Esta situación se registra en un gran abanico de sectores productivos, tanto en rubros intensivos en mano de obra –calzado, textil e indumentaria, línea blanca– como en aquellos que deberían estar siendo traccionados por el agro –agroquímicos y maquinaria agrícola–, pasando por diversos sectores de la metalmecánica, en particular, el automotor. La consolidación de esta dinámica se refleja en la caída general de la industria que se ha acentuado a lo largo del año, según el Indec, 7,3 y 8 por ciento interanual en septiembre y octubre, respectivamente.

La consecuencia directa de esta evolución negativa es la reducción de puestos de trabajo, que se ha visto acentuada en los últimos meses: según datos publicados por el Ministerio de Trabajo, el empleo registrado en la actividad industrial se contrajo 3,5 por ciento con relación a septiembre del año anterior, superando los valores de junio, julio y agosto, con caídas del 2,6, 2,8 y 3 por ciento, respectivamente. Cabe destacar que el sector productivo tiene un rol importante en provincias donde el empleo privado es escaso, dándole un cariz federal a esta problemática. En efecto, según el mismo informe del Ministerio de Trabajo, en muchas provincias el trabajo asalariado registrado refleja para los meses de agosto y septiembre una sostenida o mayor contracción del empleo (San Luis, Catamarca, Misiones, Chaco, La Rioja, entre otras).

Los puestos de trabajo que están siendo destruidos en el sector industrial no serán absorbidos por aquellos que impulsen el crecimiento durante 2017, como apunta a ser el sector de la construcción. Y aunque así fuera –aun de manera parcial– tampoco garantiza la misma calidad del empleo, ya que la industria genera puestos con mayor estabilidad laboral, nivel de salarios y calificación de la mano de obra, en comparación con la construcción.

En definitiva, el potencial crecimiento económico del año próximo no será acompañado de una importante recuperación del entramado industrial. El actual modelo económico se dirige entonces hacia una transformación de la estructura productiva y las consecuencias, de a poco, se sentirán en el empleo, los indicadores sociales y, en definitiva, la calidad de vida de los argentinos.

Por: Paula Español *

* Economista. Directora de Radar Consultora.

Fuente: Página 12