Una máquina bloquera le cambió la vida a un pueblo del norte neuquino

En Coyuco-Cochico, a 220 kilómetros de Chos Malal, adquirieron una máquina para transformar en bloques las dos canteras de arena volcánica que hay en el ejido comunal. Con las unidades producidas se construirán tres viviendas.

En Coyuco-Cochico, a 220 kilómetros de Chos Malal, adquirieron una máquina para transformar en bloques las dos canteras de arena volcánica que hay en el ejido comunal. Con las unidades producidas se construirán tres viviendas.

Cuando se optimizan los recursos, las ideas y las voluntades de trabajo se pueden poner en marcha emprendimientos que pueden cambiarle la vida a un pueblo y a sus habitantes. Es el caso de estos dos parajes del norte neuquino, ubicados a 220 kilómetros del centro económico de Chos Malal, que pusieron en marcha una pequeña fábrica de bloques para darle utilidad a la materia prima que abunda en el lugar.

El emprendimiento marcha a buen ritmo y durante esta temporada ya fabricaron alrededor de 5.000 bloques. El proyecto fue encabezado por el presidente de la comisión de fomento Leonardo Grandón y fue financiado por el gobierno provincial a través de las gestiones de la Secretaría del Interior y Gobiernos Locales.

La bloquera es una máquina que elabora bloques de a 4 por vez, de 20x20x40 centimetros, donde se genera mano de obra local para dos personas que pertenecen a un programa laboral pero que tienen un porcentaje de los bloques que realizan para ellos. “Ya se han elaborado 5000 bloques esta temporada y ahora ya entramos en la veda climática que podría extenderse hasta el mes de septiembre”, contó Grandón en diálogo con LM Neuquén.
La localidad tiene 860 habitantes, un 40 por ciento en la zona urbana y el resto en la zona rural. En su totalidad se dedican a la ganadería, de autoconsumo y de venta escasa, otros son empleados públicos o pertenecen a planes provinciales, de esa manera vive la gente de este lugar. “No hay actividad privada, todo se concentra en la comisión de fomento. Es una población joven”, señaló Grandón.

Contó además que “el impacto que va a tener este emprendimiento es que además de generar mano de obra local, la gente de la zona rural y del ejido urbano van a poder construir sus propias casas”. En este sentido el jefe comunal contó que la fabricación de bloques es un gran acierto económico para la población. “Nosotros le vamos a vender al IPVU los bloques para las viviendas, va a generar un sustento económico que va a ir generando mano de obra y más bloques”, señaló con mucha expectativa.

“El impacto que va a tener este emprendimiento es que además de generar mano de obra local, la gente de la zona rural y del ejido urbano van a poder construir sus propias casas”, dijo Leonardo Grandón, jefe comunal de Coyuco-Cochico.

Grandón contó que la máquina se consiguió con fondos provinciales, con un costo de 230 mil pesos y fue fabricada en Buenos Aires. “La idea es seguir produciendo ese material para las viviendas. Vamos a iniciar con tres, pero hay proyectadas 14 viviendas y van a ser todas construidas con los bloques producidos en nuestra localidad”. La ventaja de hacer bloques es que es un material resistente a los extremos fríos de este lugar. También lo es porque al haber grandes distancias y caminos no muy consolidados es muy difícil llegar con el transporte de ladrillos.

La idea de Grandón y de su equipo de gobierno fue darle utilidad a la gran cantidad de materia prima existente en los parajes. “Los elementos básicos para elaborar los bloques, que son la arena volcánica y la arena de construcción, los tenemos en el lugar y eso nos permite abaratar algunos costos”, sostuvo.

“Esta máquina permite la elaboración de bloques con arena volcánica, una materia prima que abunda en la zona y que tiene un gran rendimiento para la producción de bloques, hasta 30 ladrillos por bolsa de cemento utilizada, además de ahorrar costos de flete generados por la compra de materiales”, destacó Osvaldo Llancafilo, secretario del Interior y Gobiernos Locales.

Una oportunidad para los jóvenes
El jefe comunal contó que se sienten entusiasmados porque el emprendimiento encendió el ánimo de la población y pueden de alguna manera comenzar a diversificar su economía que mayormente dependen de la producción de ganado menor y de ganado mayor a menor escala. Además porque la propuesta es más abarcativa ya que apunta a que la gente haga sus bloques y puedan construir su propia casa. “En vez de hacerlas de adobe, que las hagan con bloques. La gente va a poder acceder ya que no se les va a cobrar tanto. A los jóvenes les dimos terrenos para que hagan sus casas. Les vamos a dar la materia prima y ellos tienen que comprar el cemento, van a poder hacer sus propios bloques para poder ahorrar y tener su propia casa”, aseguró.

La apuesta va más allá de lo local, ya que una vez que tengan abastecido el mercado interno, saldrán a ofrecer sus producciones a otras comunidades que lo requieran. “Tenemos dos máquinas, en la medida que esto se transforme, teniendo todo lo local ya abastecido y se pueda salir afuera, está ese pensamiento de cumplir con la demanda”, dijo Grandón.

Fuente: La Mañana Neuquén