Una semana decisiva en España para formar un gobierno de coalición

El Congreso se reúne para debatir la investidura de Pedro Sánchez como jefe del Ejecutivo. Debe lograr el voto de Podemos, que le exige varios ministerios.

El Congreso se reúne para debatir la investidura de Pedro Sánchez como jefe del Ejecutivo. Debe lograr el voto de Podemos, que le exige varios ministerios.

Hoy comienza una semana decisiva para España y su frágil gobierno interino. En el Congreso el gobernante socialismo se juega la posibilidad de lograr respaldo parlamentario y constituirse como un Ejecutivo de plenos poderes. Debe lograr para esto el respaldo de Podemos, la formación de izquierda radical. Hoy se inicia el debate de investidura, en el que el PSOE del presidente en funciones (interino) Pedro Sánchez buscará esos votos vitales.

España está en la incertidumbre desde las elecciones del 28 de abril, en las que el PSOE salió primero pero no logró una mayoría propia. Al contrario, la votación del PSOE fue muy floja y lo obligó a buscar socios. Vinieron meses de negociaciones que resultaron infructuosas, hasta que la semana pasada se logró que el líder de Podemos, Pablo Iglesias, desistiera de exigir un sitio de primera línea en el futuro gobierno para él. Ahora negocia con Sánchez las carteras que recibiría su formación.

Según los medios españoles, la situación no es fácil. El diario ABC calculaba ayer los apoyos seguros de Sánchez en tan solo 124, es decir, siete menos que los 131 que consiguió en 2016. Esta vez solo ha podido forjar una alianza con una formación de un solo escaño, el Partido Regionalista de Cantabria. En 2016, en cambio, tejió acuerdos con Ciudadanos y Coalición Canaria, por 42 escaños. «Un dato que transmite claramente la idea de la pérdida de intención o capacidad de negociación por parte del PSOE», subraya el diario conservador.

Pero la renuncia de Pablo Iglesias mantiene las chances de un gobierno de coalición. La vicesecretaria del PSOE, Adriana Lastra, aseguró estar convencida de que habrá acuerdo y que el gobierno trabajará «en las próximas horas y en los próximas días». Sin embargo, la dirigente socialista priorizó el programa político, sin entrar en el gran escollo: cuántos ministros se darán a Podemos, con qué perfiles y quién elegirá esos nombres. El PSOE veta los llamados «ministerios de Estado»: Exteriores, Hacienda, Interior, Justicia. Podemos, por su lado, se interesa en las carteras de contenido social, como Vivienda y Trabajo.

El fin de semana la sensación interna en ambos partidos era que no habría acuerdo final a menos que la otra parte asuma que ha perdido «la batalla por la narrativa», esto es, por la percepción pública de quién cedió y quién se impuso. Fuentes cercanas a los negociadores socialistas explicaban que la exigencia de Iglesias de ser ministro impedía que el diálogo avanzara, como aseguró Pedro Sánchez el pasado jueves. Al día siguiente, Iglesias renunció a esa pretensión. Ahora es necesario que las exigencias que plantee Podemos «sean asumibles» para el PSOE. Y en esta categoría no entra «concederle cinco ministerios» o «aceptar un esquema de gobierno en el que sean los ministros de manera individual, y no todo el gabinete con el presidente a la cabeza, los que decidan las políticas a aplicar».

El diario El País informaba que luego del apartamiento de Iglesias las cosas eran igualmente difíciles. «La desconfianza que trasladan ambos grupos es total». Todos saben que el pacto ahora es imprescindible, tras la retirada del «principal escollo» (Iglesias), pero aún tienen que recuperarse del golpe. Y no tienen tiempo: el pleno de investidura empieza hoy y el voto definitivo será el jueves. Aún no hay nada cerrado y el primer día solo hubo contactos telefónicos entre Sánchez e Iglesias y entre Carmen Calvo y Pablo Echenique, sus respectivas manos derechas.

Los socialistas vuelven a desconfiar de las intenciones de Iglesias y creen que su renuncia no obedece a una aspiración sincera de acuerdo sino a no servir de argumento para que el PSOE pueda cargar a Podemos la culpa de una investidura fallida. Del otro lado se confirma que las relaciones entre ambos no solo no han mejorado sino que están incluso más deterioradas. Circunstancia que apoya el hecho de que Iglesias encargara a Echenique toda interlocución con los socialistas. Entienden que no hay nada imposible y que hasta la hora de la votación todo puede cambiar, pero creen que es muy difícil llegar a un acuerdo, porque el PSOE «ha demostrado que no quiere. Solo pactará si no le queda otro remedio. Cediendo ampliamente, lo que estamos intentando es que no le quede otro remedio», agregan.

Los medios españoles coinciden entonces en que tanto el PSOE como Podemos han establecido su posición negociadora desde la desconfianza y el convencimiento de que la otra parte cederá en el último minuto. De lograrse un acuerdo, sería el primer gobierno de coalición en los 40 años de historia democrática reciente de España. El país vive en la inestabilidad desde que su tradicional sistema bipartidista se quebró en diciembre de 2015 y dio paso a uno esquema de cuatro o cinco formaciones con peso determinante en el Congreso, pero que no forman coalición.

Fuente: La Capital