Una vez más, del lado de los más grandes

“Me pregunto por qué las empresas chicas son buenas y las grandes son malas. Les estamos dando un mensaje a todos estos chicos que van a incubar acá de que nunca crezcan, que nunca mejoren, porque van a pasar a ser malos”, aseguró.

“Me pregunto por qué las empresas chicas son buenas y las grandes son malas. Les estamos dando un mensaje a todos estos chicos que van a incubar acá de que nunca crezcan, que nunca mejoren, porque van a pasar a ser malos”, aseguró.

“Me pregunto por qué las empresas chicas son buenas y las grandes son malas. Les estamos dando un mensaje a todos estos chicos que van a incubar acá de que nunca crezcan, que nunca mejoren, porque van a pasar a ser malos”, aseguró ayer el presidente Mauricio Macri en la inauguración del Centro de Desarrollo de Tecnología de la Información y las Comunicaciones (CDTIC) de la Universidad Nacional de La Matanza. El mandatario dio por hecho de ese modo que para que las pymes “mejoren” deben convertirse en grandes empresas, cuando numerosos estudios demuestran que son precisamente las pymes las que contribuyen en mayor medida con el empleo, la competitividad, la sostenibilidad y la estabilidad de las sociedades en las que están insertas. Forman parte intrínseca de la comunidad y su suerte está en gran parte atada a ella. Distinta es la situación de las grandes multinacionales que, cuando los costos son más baratos en otro lugar, deslocalizan su producción e incluso su cuartel general. El mejor ejemplo lo ofreció ayer la firma Mercado Libre que, paradójicamente, horas después de que Macri la destacara, amenazó con irse del país porque le quieren cobrar más impuestos (ver aparte)

Macri dejó inaugurado ayer formalmente el CTDI, un polo tecnológico de la Universidad Nacional de La Matanza que busca aumentar el número de graduados en carreras afines al software al ayudar a disminuir los índices de deserción empleando a estudiantes que antes desertaban porque debían salir a trabajar en empleos localizados a grandes distancias de la universidad. Allí el presidente aprovechó para destacar la necesidad de fortalecer el vínculo entre universidades y empresas. “¿Cómo puede haber distancia entre la universidad y la empresa? Es una locura. El 90 u 80 por ciento de los chicos que se forman van a terminar desarrollando su vida a través de un trabajo en una empresa pequeña, mediana o grande”, aseguró. Fue entonces cuando lanzó su elogió a las grandes empresas. “Ojalá que todas las pequeñas empresas puedan llegar a medianas y las medianas puedan ser grandes, porque eso va a significar que se creció”, agregó, como si para desarrollarlas y hacerlas competitivas hiciera falta incrementar su tamaño.

Las micro, pequeñas y medianas empresas tienen una gran importancia en la economía, en el empleo a nivel nacional y regional, tanto en los países industrializados como en los de menor grado de desarrollo. “El 99 por ciento de las empresas argentinas son pymes y generan el 70 por ciento del empleo formal: 4,1 millones de personas todos los días van a trabajar en las 850.000 pymes que hay en el país”, aseguró el ministro de Producción, Francisco Cabrera, el 27 de junio de este año en una nota de opinión publicada en el diario Clarín. No obstante, su importancia no sólo radica en la cantidad de empleo que generan sino también en la sostenibilidad que le aportan a las sociedades en las que están insertas, lo que se conoce como el “modelo Mittelstand”, un tipo de organización industrial basado en las pymes a la que numerosos analistas atribuyen el desarrollo alemán. Desde este punto de vista, el bajo desarrollo comparativo de Italia y España con respecto a Alemania no pasa por el hecho de tener un amplio entramado pyme sino porque esas pymes tienen poca productividad y bajos niveles de inversión. En Alemania, las pymes ocupan un lugar destacado, pero son firmas especializadas, con productos de alto valor agregado y orientadas a la exportación.

Esa red de pymes también es la que le otorga mayor estabilidad a la sociedad en contextos de crisis financieras y económicas. Entre 2008 y 2013, por ejemplo, el valor agregado bruto de las pymes alemanas aumentó un 18 por ciento y el número de empleados creció un 19 por ciento.

El desarrollo pyme en países como Alemania, e incluso en otras naciones europeas que no han obtenido tan buenos resultados, es alentado por una legislación que protege a los pequeños empresarios. En Argentina, en cambio, en los últimos años las pymes vienen siendo castigadas por los tarifazos de luz y gas, las altas tasas de interés y, más recientemente, por el anuncio de la eliminación de los subsidios a los créditos productivos.

Mientras implementa todas esas políticas, Macri destacó ayer la función que cumplirá el nuevo polo tecnológico de software que inauguró y lo comparó con Silicon Valley. “Todos me manifestaron lo bueno que es que no tengan que ir a trabajar a la capital o a otro distrito y lo puedan hacer todo acá, porque son horas que suman a su capacitación, a su entrenamiento y eso es inteligente. Es inteligente que hagamos este microclima, este cluster, como le dicen, donde todos ellos se encuentren en los pasillos e intercambien ideas. Dicen que la mayor potencia que tiene Silicon Valley es que están todos ahí. Van a almorzar, van a comer, van a tomar una cerveza y siguen hablando de sus ideas y sus desarrollos”, aseguró.

Luego destacó la importancia de la industria del software en un contexto de creciente digitalización de la economía. “Vuelvo de Estados Unidos. Allí en todas las reuniones hablaban de cómo se está acelerando el proceso digital, a la velocidad que viene todo esto, que en cuatro o cinco años nadie va a reconocer como funciona el comercio, lo que está significando Amazon. Por suerte, nosotros tenemos nuestro Mercado Libre”, concluyó.

Fuente: Página 12