Uruguay, a contramano de los intereses del puerto de Bahía Blanca
21/07/2014 MUNICIPIOSEl vecino país se opone a la construcción, por parte de la Argentina, de un canal en el Río de la Plata que permitirá acortar las distancias entre las terminales cerealeras del río Paraná y los muelles locales.
A las diferencias, ya insalvables, entre la Argentina y Uruguay por la construcción de dos plantas de pasta de celulosa en aguas binacionales, se suma ahora un nuevo enfrentamiento entre ambos países donde Bahía Blanca tiene mucho que ver y que perder.
El diferendo se inició a fines de junio pasado, cuando el gobierno argentino anunció la licitación internacional para la apertura y dragado del Canal Magdalena, que tendrá una longitud aproximada de 53 kilómetros sobre el Río de la Plata y contará con un presupuesto de unos 300 millones de dólares.
«Es un canal a construir, desde el océano hasta El Codillo, alternativo al actual Canal de Punta Indio», explicó el jefe de ministros Jorge Capitanich.
El proyecto responde al incremento de la envergadura de los buques, motivado, entre otras cosas, por el aumento de las dimensiones del Nuevo Canal de Panamá y el eventual Canal de Nicaragua.
El nuevo canal de navegación reemplazará al actual de Punta Indio para el acceso desde el océano Atlántico a la totalidad de los puertos fluviales ubicados en los ríos de la Plata, Paraná de las Palmas y Paraná Guazú.
Las obras se realizarán a unos 5 kilómetros de la ribera de la provincia de Buenos Aires, con un ancho de 200 metros, mientras que los actuales Canales Intermedio y Punta Indio tienen anchos de 80 a 100 metros.
El gobierno de Uruguay manifestó su «enfático rechazo» al proyecto de Argentina de construir un nuevo canal en el Río de la Plata, por considerarlo «unilateral» y amenazante de la viabilidad del puerto de Montevideo.
La nota expresa que Uruguay nunca dio su consentimiento para esa obra por lo que se trata de una acción «unilateral» del país vecino que «violenta» el Tratado de Límites del Río de la Plata.
Según Uruguy, la obra de infraestructura estará en aguas de uso común, pero apunta a facilitar el acceso a los puertos de Bahía Blanca y Quequen.
El riesgo para Montevideo es que las empresas se vean tentadas a dejar las cargas en los puertos de complementación argentinos ya que el trayecto más largo, por sus costos, las desestimularía a retornar a Montevideo a buscar contenedores en tanto tienen la posibilidad de entrar y salir directo desde y hacia Buenos Aires desde el mar.