Vaca Muerta pone contra las cuerdas al viejo chacarero de Neuquén

Desde 2009 a la actualidad, una docena de productores controlan el 50% de la superficie frutícola. Quedan 549 hectáreas con 112 pequeños productores en pie.

Desde 2009 a la actualidad, una docena de productores controlan el 50% de la superficie frutícola. Quedan 549 hectáreas con 112 pequeños productores en pie.

El mal momento que vive la producción frutícola frente al gigante de Vaca Muerta no sólo generó menos hectáreas de cultivos, sino también que las mismas estén en pocas manos en la provincia de Neuquén. El dato pone contra las cuerdas al pequeño y viejo chacarero.

En 14 años, y con la topadora del petróleo, cada vez hay más establecimientos grandes de más de 100 hectáreas, en manos de un puñado de productores mientras que los pequeños dedicados a la agricultura familiar, están desapareciendo en cantidad y superficie.

De acuerdo a los anuarios del Senasa, en desde 2009 a 2023, en Neuquén se redujo un 32% la cantidad de superficie cultivadas con pepita y carozo, equivalente a 2.583 hectáreas menos. En términos netos la superficie cultivada con manzanas, peras y duraznos, entre otras frutas, pasó de 8.001 a 5.418 hectáreas de 2009 a la actualidad.

Haciendo foco en las grandes superficies de más de 100 hectáreas, puede decirse que la producción se ha sostenido por los grandes jugadores del mercado. Ejemplo de ello es que en la actualidad hay 11 productores en 92 establecimientos frutícolas que concentran el 51,4% de las superficies cultivadas en Neuquén. Son 2.788 hectáreas en esa franja de productores y de empresas grandes.

El sistema petrolero acorraló al viejo chacarero de Neuquén. Pero también las políticas que no pudieron poner un paraguas efectivos para conservar la superficie productiva.

Los números en ese segmento productivo no distan mucho comparados con 2009, cuando había 13 productores, dos más que en la actualidad, pero la cantidad de chacras era mucho mayor: 195 establecimientos rurales contra los 92 de la actualidad, es decir, 103 chacras menos. Se puede inferir que los mismos jugadores del mercado han obtenido más superficies y unificadas las razones sociales, pero no hay mayores datos desagregados sobre eso.

Pero la realidad de los pequeños productores es una de las más castigadas, que no sólo tienen enfrente a los pulpos de los establecimientos exportadores, sino a las políticas de cambio de uso de suelo a favor de Vaca Muerta y en detrimento de la producción.

¿Cómo resisten?
Según el Senasa, en 2009 la producción en superficies hasta 10 hectáreas comprendía a 178 productores de 195 chacras. En cifras representa 943,5 hectáreas netas con cultivos de este segmento de pequeños chacareros.

En la actualidad, hubo una drástica caída no sólo de la superficie cultivada, sino principalmente de la cantidad de productores. Son 549 hectáreas (394,5 menos que en hace 14 años) mientras que la cantidad de productores es de 112 (66 menos que hace 14 años) en 128 establecimientos frutícolas (67 chacras menos).

Así las cosas, los números son una parte de un análisis más complejo. La producción frutícola está atomizada en un sector exportador que sostiene la ecuación de los costos, en un país muy difícil. Sin incentivos que resulten de impacto y con pocos cambios, el productor pequeño está desamparado, ante la amenaza de perder su chacra es irse del sistema.

Por Adriano Calalesinaadrianoc@lmneuquen.com.ar

Fuente: La Mañana Neuquén