Valle de Río Negro y Neuquén; en una década, 778 chacareros abandonaron sus tierras

La situación de los productores frutícolas del Valle de Río Negro y Neuquén es complicada. En los últimos diez años el sistema expulsó cerca del 34% de los productores de peras, manzanas y frutas de carozo en ambas provincias.

La situación de los productores frutícolas del Valle de Río Negro y Neuquén es complicada. En los últimos diez años el sistema expulsó cerca del 34% de los productores de peras, manzanas y frutas de carozo en ambas provincias. Son unos 778 chacareros con sus familias que tuvieron que abandonar la actividad, con todo lo que ello significa en relación a la mano de obra que ocupaban y movimiento de dinero que generaban en las ciudades a las que pertenecían.

De los 778 chacareros, los pequeños productores -computados como aquellos que tenían menos de 30 hectáreas-, representan el 85% del exilio permanente que sufrió la actividad.

«Necesitamos la intervención del Gobernador Alberto Weretilneck para poder revertir esta situación. Estamos a semanas de iniciar la cosecha de pera William’s y no solo las empresas no tienen precio para la fruta de esta temporada, sino que no terminaron de pagar la última cosecha que entregamos allá por enero de este año», confió Carlos Carrascos, uno de los productores de la Cámara de Cipolletti.

Carrascos, junto a Eduardo y Sebastián Artero, Horacio Pierdominici, Mauricio y Raúl Luengo, y Juan Luis fueron los voceros de este momento. Y le contaron a La Mañana de Cipolletti, una realidad acuciante. Reclaman una mesa en la que ellos estén representados junto con los gobernadores, los empresarios y los gremios del sector, para escuchar los verdaderos problemas por los que está atravesando la actividad.

«Necesitamos no solo la participación del Gobernador de Río Negro…también tiene que ponerse al frente de esta situación el Gobernador de Neuquén, Rolando Figueroa», completo Artero.

-¿Hay una secretaría de Fruticultura para ello que se referencia con la Federación de Productores de Río Negro y Neuquén?, los consultó el diario del Valle.

«Eso no funciona. Hoy la Federación de Productores es solo un brazo administrativo, una secretaría en las sobras que solo recibe las ordenes del poder de turno. Ahí hay una muralla que se nos hace imposible de traspasar. Ni el secretario Facundo Fernández ni el Ministro Carlos Banacloy atienden nuestro reclamos. Por eso necesitamos hablar con el Gobernador…», señaló Pierdominici.

la realidad más desesperante que manifiestan los productores apunta a la cosecha de frutas que, en pocas semanas más, estaría por comenzar. Y las peras están al tope de esta lista de preocupaciones. Aseguran que todavía las empresas no han liquidado la fruta entregada la temporada anterior y que para la presente cosecha se habla de precios que no superarían los 0,20 dólares por kilo de primera categoría para embalar.

Remarcan los productores allí presenten -aunque aducen que todos los chacareros del Valle están en esta misma situación- que por la pera entregada en enero y febrero de este año recibieron hasta ahora en promedio unos 0,17 dólares por kilo. «Y por lo que nos dicen esos valores seguramente no superarán los 0,20 dólares por kilo», agrega Juan Luis en su intervención. Un valor que se encuentra por debajo del costo de producción del producto que se ubicó para la temporada en 0,32 dólares, según los estudios elaborados por el INTA.

En las últimas semanas solo una pocas empresas se acercaron a los productores para ofrecer 0,20 dólares por kilo de pera de alta calidad. «Otra vez vamos a perder dinero…y ya van varias temporadas que perdemos dinero con la pera», agregó Luis. Pero a diferencia de la pasada temporada, la cosecha de este año será mucho menor producto del daño que generaron las heladas en la región. Según datos suministrados por los mismos productores, aseguran que «pera buena en la planta solo queda un 30/40% de la cosecha…el resto está deformada o marcada», completó Mauricio Luengo.

Este nuevo contexto, permitiría entrever que ante una menor oferta de peras, el precio del producto debería tender a repuntar con fuerza y no queda en claro entonces porque las empresas están dispuestas solo a pagar 0,20 dólares por kilo de pera de calidad. La respuesta que reciben los productores de las firmas es que la pera de calidad es la que se exporta y hoy el mercado externo no está pagando buenos precios por esa especie. Extraño. Más aún teniendo en cuenta que todos los informes llegados de Europa y otros mercados dan cuenta de positivo valores logrados en las góndolas, por lo menos en lo que respecta al primer semestre del año.

-Si fue tan mal negocio, ¿Por qué creen que se guardo tanta pera en frío?

«La mayor parte de las empresas especularon con la devaluación. Muchos guardaron en enero y en febrero a la espera de que el dólar a partir de marzo se disparaba. Los empresarios hablaban de un dólar de 2.000/2.500 pesos para junio de este año. Pero contrariamente a eso, bajo a 1.000 pesos y toda esa fruta que estaba a la espera de la devaluación nunca se vendió», remató Eduardo Artero.

A este escenario especulativo hay que agregarle que la demanda de peras, como en la mayor parte de las otras frutas, cayó producto de la licuación que sufrieron los salarios de la población. Y este ‘efecto de pinzas’ en el mercado, con una mayor oferta y una menor demanda, generó una severa crisis de precios sobre la pera a partir del segundo semestre del año.

«La verdad no tenemos un norte, no sabemos para que estamos trabajando. Con un dólar anclado y el resto de las monedas del mundo devaluándose, con un mercado interno que no reacciona y con los costos argentinos subiendo en dólares de manera desproporcional…estamos al horno», señaló con preocupación Carrascos.

-¿Qué pueden hacer los Gobernadores frente a este complejo escenario?

«Los Gobernadores son los que tienen el poder político ante Nación para explicar que es lo que nos está pasando. Son los que tienen la fuerza para poder juntar a todas las partes de la actividad para que les cuenten lo que realmente nos está ocurriendo. Son los únicos que tienen la posibilidad de modificar esta situación en la que cientos de productores dejan año tras año sus chacras por falta de rentabilidad. Son los únicos en los que podemos depositar nuestras esperanzas…décadas de producir en la tierra, de hacer este noble trabajo con un enorme esfuerzo. Muchos hemos dejado nuestras vidas en las chacras, solo queremos y esperamos morir de pie, dignamente».

Fuente: ADN