Venado Tuerto: se cuadruplicó la demanda de ayuda social

La devaluación de la moneda, los tarifazos energéticos, la caída real del salario y la incipiente ola de despidos en el sector privado hicieron que la demanda social en Venado Tuerto se disparara por las nubes.

La devaluación de la moneda, los tarifazos energéticos, la caída real del salario y la incipiente ola de despidos en el sector privado hicieron que la demanda social en Venado Tuerto se disparara por las nubes. Por ese motivo desde Acción Social debieron redoblar los esfuerzos y pasar de 250 bolsones con alimentos que repartían el año pasado, al millar que actualmente se distribuye entre los vecinos más vulnerables. El panorama es realmente sombrío ya que semana tras semana crecen los pedidos de ayuda social y se multiplican los comedores en toda la ciudad.

La secretaria de Desarrollo Social, Alejandra Filippetti, remarcó que «tenemos pedido de colaboración de trabajadores para pagar alguna factura de servicio y principalmente de familias que no llegan a comprar los alimentos para sus hijos», indicó la funcionaria.

Para Filippetti «se ve cada vez más cómo se está dificultando la economía de las familias, tanto en la clase media como en los sectores menos pudientes. Muchas de las personas, sobre todo los trabajadores asalariados, que hasta la fecha terminaban el mes con las necesidades básicas y mínimas satisfechas por motu proprio ahora están viviendo el impacto negativo que tienen ciertas decisiones del gobierno nacional».

La secretaria indicó que hay vecinos trabajadores, que tienen un sueldo fijo y que no llegan a pagar algún servicio, sobre todo con el incremento que tuvo la electricidad y el gas; aunque «el mayor factor de alarma es cuando la gente pide comida, tratándose de personas que accedían a los alimentos con sus propios recursos y hoy no pueden hacerlo». Varias escuelas tuvieron que reabrir los comedores y lo mismo sucede con asociaciones civiles o parroquias que no dan abasto a la hora de la ayuda social. Incluso hay un caso de una mujer que todos los días y por decisión propia, viene desde Murphy para entregar ayuda. Se trata de Sandra Gazzaniga, quien hace unos días recibió un reconocimiento de la Asociación Civil Buenos Horizontes por su labor.

Demanda. Filippetti precisó que «en 2001 y 2002, entregábamos entre 250 y 300 bolsones, llegando al año pasado a entregar este número para toda la ciudad, es decir lo que en un momento alcanzaba para cubrir un barrio, cubría la demanda total».

«Hoy vemos en la Secretaría de Acción Social y en los centros comunitarios que la demanda aumenta a diario y cada vez son más las personas que recurren a la ayuda del Estado. A tal punto que en el mes de mayo la asistencia debió duplicarse y fueron 500 los bolsones alimenticios que se entregaron, mientras que en junio superaron los mil, es decir que se cuadriplicó la demanda», resaltó.

Asimismo destacó que esta solicitud al municipio «va acompañada con un crecimiento en el número de personas que asisten a comedores barriales y ahora debemos ver qué van a hacer las escuelas, ya que un momento se llegó a una instancia de que los comedores se encontraban prácticamente cerrados».

Fuente: La Capital Rosario