Victorio Paulón, impulsor de un movimiento obrero «rebelde e insumiso»

La muerte del dirigente de Villa Constitución deja la memoria de un activista sindical generoso y luchador incondicional contra modelos de precarización de los trabajadores

La muerte del dirigente de Villa Constitución deja la memoria de un activista sindical generoso y luchador incondicional contra modelos de precarización de los trabajadores

Es muy probable que les haya pasado a muchos periodistas. El recuerdo de Victorio remite a los comienzos de toda una camada en este trabajo. Porque además de su historia y su presencia, era lúcido, buen hablador y muy accesible. Era alguien a quien daba gusto entrevistar y estaba siempre dispuesto (eran tiempos precelulares), sin distinciones. Era distinto y se trataba de una referencia enorme. Hemos acumulado, entiendo que más de uno, muchas notas con él. Revisando solo la etapa digital, me encontré con esta de 2019, cuando el Frente de Todos recién emergía y la pelea contra el ajuste del macrismo estaba todavía, sobre todo, en la calle, con la movilización de las organizaciones sindicales y sociales. Fue en el auditorio del sindicato de Luz y Fuerza Rosario, en el Encuentro Regional de Ciencias Sociales y Sindicalismo, organizado por el Núcleo de Estudios del Trabajo y la Conflictividad Social (NET) y el Taller de Estudios Laborales. De la crónica de aquel encuentro de mayo se recorta su análisis sobre el movimiento obrero y el cambio general. En pocas palabras, un mundo:
Para Victorio Paulón, secretario de Derechos Humanos de la CTA-T a nivel nacional, el movimiento obrero se mostró históricamente como “el único sujeto capaz de articular una resistencia contra los modelos de precarización y empobrecimiento”.

Esto se verificó en las luchas del 69, en la resistencia contra la última dictadura militar y en estos años, en que ocupó la calle en la disputa contra un gobierno “descarnado”, ocupado por “corporaciones que gobiernan sin intermediarios”.

“Si algo caracteriza a la Argentina es la presencia de un movimiento obrero rebelde e insumiso, que además es un sujeto activo de la vida política”, enfatizó.

El histórico dirigente metalúrgico de Villa Constitución se internó en el análisis de la historia más reciente de las organizaciones sindicales. Aquella que, citó como ejemplo, “produjo un cambio drástico en las conducciones de dos gremios nacionales emblemáticos, como bancarios y Luz y Fuerza, cuyos procesos internos dejaron atrás las de Zanolla y Lescano y se convirtieron en vanguardia de la lucha en defensa de los derechos de los trabajadores”.

En ese punto hizo hincapié en el “trasvasamiento generacional” al que asiste el movimiento obrero. “Hoy más del 60% de los trabajadores activos ingresaron al mundo del trabajo después de que asumió Néstor Kirchner, y más del 70% de los dirigentes sindicales son del siglo pasado, cuando los dirigentes que hicieron los Rosariazos y el Cordobazo no llegaban a los 50 años”.

Se mostró esperanzado, al respecto, con la nueva generación de dirigentes que “al principio les tocó vivir la fácil, cuando todos los años el convenio colectivo le ganaba a la inflación, cuando cada tanto se recuperaba algún derecho y cuando el empleo crecía”, subrayó. Pero que fueron puestos a prueba cuando el gobierno de Mauricio Macri los puso en autos de que “lo que tenían asumido como natural era producto de una lucha”. Así, “conocieron la derrota, la represión y el despido, y el resultado fue que crecieron en organización, capacidad de resistencia y lucha”.

En ese recorrido, llamó a reconocer, “en las épocas oscuras, los triunfos que permiten seguir”. En aquel momento, mencionó el caso de los maestros de Buenos Aires, que “aguantaron dos años de presión sin firmar una paritaria a la baja”, o los trabajadores de astilleros Río Santiago, que evitaron su cierre. Pero el consejo es para siempre. Pequeños y grandes triunfos, enormes luchas y grandes hombres.

Fuente: La Capital