Villa Pehuenia: Pasó el Festival Nacional del Chef Patagónico 2023

El festival gastronómico más importante de la provincia cerró una nueva jornada donde el buen clima acompañó a los turistas y vecinos de Villa Pehuenia.

El festival gastronómico más importante de la provincia cerró una nueva jornada donde el buen clima acompañó a los turistas y vecinos de Villa Pehuenia.

El Festival del Chef Patagónico pasó y sumó una edición más desde que comenzó en aquel Mayo de 2005, en el Cerro Batea Mahuida, entre sillas de plástico y mucho frío.

Desde el viernes y hasta el domingo reinó el buen clima y el público pudo disfrutar el acontecimiento más relevante del pueblo que estrenó jerarquía nacional en un contexto socio económico complicado, con una inflación estimada mensual para Abril del 7,5%.

Este factor se sintió en la convocatoria en comparación a las últimas ediciones sumado a que Chile celebró este fin de semana elecciones para definir consejeros constitucionales, acontecimiento que hizo mermar el flujo de público chileno que por estos tiempos es mucho por el tipo de cambio, y que quieras o no, mueve la aguja, en dinero y en visitantes.

De todas formas y con un sol hermoso y radiante nada hizo impedir al público presente disfrutar de una feria gastronómica instaladísima y que tiene aún mucho por crecer.La oferta en términos gastronómicos fue apenas un poco más acotada que en otras ediciones. El nivel de comida y bebida fue realmente muy bueno, la calidad de morfi y chupi que tiene este festival gestada en su mayoría por cocineras y cocineros locales es de jerarquía.

El patio de fuegos tuvo menos humo que otras veces y el buen clima acompañó a la gente que copó desde temprano las sillas y mesas que estaban dispuestas para comer.

La postal constante de gente instalada disfrutando desde un comienzo hizo que se sumen más turistas y visitantes el mediodía del domingo.

Allí entre todos los cocineros que pasaron por el escenario se realizó una cocinada colectiva y hasta algunos chefs se dieron el gusto de tocar la guitarra e improvisar un karaoke para los allí presentes. No se cocinó la vaquillona entera (creo que fue un acierto de la organización) y la gente se repartió entre los guisos que prepararon los profesionales de la cocina, algún que otro sandwich de carne y las tradicionales empanadas de Los Radales que rompieron récord de ventas nuevamente con alrededor de seis mil unidades (500 docenas)

Mi top es el siguiente:

Scon de pera con trucha ahumada (Rotiseria Terranova)

Croquetas de trucha / sándwich de hongos / pincho de Cordero (Borravino)

Tortilla de papa con ketchup de frambuesa/ provoleta (Mandra)

Empanadas de carne (Los Radales)

Budín de mandarina (Maddy, casa de té)

Cerveza Drumlin y La Moquehuina

Gin Yunta

Soda Tropical y negroni de la barra del Marino amarrado.

Clases en el auditorio
Las y los cocineros invitados de otras provincias (Salta, Chaco, Tierra Del Fuego, Buenos Aires y otras) aportaron una mirada desconocida para muchos curiosos y permitieron de esta manera mostrar su recorrido con recetas, técnicas y productos.

La idea de federalizar las clases involucrando cocineros de la provincia de Neuquén en simultáneo con colegas de otras regiones y/o provincias suma mucho y es un punto a destacar.Lo extraño es que ningún colega de Villa Pehuenia Moquehue (Capital provincial de la gastronomía neuquina por ley) haya participado.

Siempre suma la participación de cocineras y cocineros de Chile. El Festival mantiene los lazos de cooperación y en el balance siempre es bueno aprender y conocer culturalmente otros productos, platos y recetas.

No es fácil sostener una dinámica de clases que atraiga a la gente siempre. Es una de las complicaciones que se le presenta a muchos festivales de comida. La gente muchas veces no está atenta, las distracciones son varias y depende mucho del feedback de quien esté dando la clase para no perder el pulso. En el Festival Del Chef Patagónico históricamente ese público siempre ha sido (y lo sigue siendo) muy exigente y curioso con la temática.

La gente se involucra, busca lugar desde temprano y participa constantemente en las clases. Es raro encontrar una clase inhabitada o en la que no pase nada.

Demás está decir la convocatoria constante y seguida que tienen las clases de la madrina del evento, Dolly Yrigoyen y del padrino, Christophe Krywonis, quienes siempre suman mucha data gastronómica y sobre todo ese ida y vuelta cómplice con los presentes.

La transmisión por el circuito cerrado dentro del auditorio y la puesta en escena del set de cocina fueron muy buenas.

Con este emblema de nueva categoría que estrena y que fue oficializada por autoridades nacionales y provinciales, el Festival del Chef Patagónico tiene el objetivo de no bajar la vara para las ediciones que vienen. Lo peor que le puede suceder es quedarse quieto.

Nuevas ideas y matices deberán aparecer para seguir enamorando y atrayendo. La gente quiere sentirse parte. Otra cuestión a tener en cuenta y que es algo que sistemáticamente se repite desde que vengo al festival hace más de 10 años, es que la oferta gastronómica de la localidad (en uno de los hitos de mayor tráfico de turistas, durante los tres días de festival), casi no existe puertas afuera del predio de la feria. Quizás se pueda tejer entre el interior y exterior una sinergia que te haga partícipe aun no estando dentro del festival, o un circuito paralelo que ofrezca desde otro lado cosas del festival.

Villa Pehuenia Moquehue tiene alma. Su comunidad es maravillosa y el público que visita este lugar se vuelve alucinado. Pueden cambiar los gobiernos y los contextos de país, pero sin lugar a dudas esta feria seguirá estando. El Festival Nacional Del Chef es un evento de amplia jerarquía y contenido, por eso es uno de los más importantes del sur del país.

Fuente: La Mañana Neuquén