De vivir del cirujeo a ser empleados en regla en la planta de compostaje de Rosario

C1001.jpg_88717827
Por el crecimiento en el tratamiento de los residuos urbanos, dos recolectores informales fueron incorporados al municipio. Un cambio significativo de vida para sus familias.

Ante el crecimiento en el tratamiento de residuos en la planta de compostaje de Rosario, el municipio sumó a su estructura permanente a dos personas que, en otras épocas, vivían de la recolección de basura. De esta manera, pasan a trabajar en relación de dependencia y de manera digna.

Con el crecimiento que tuvo la planta en el último tiempo, el municipio necesitó incorporar más personal para duplicar las toneladas de residuos procesados por día. Fue entonces que convocaron a personas que se encontraban en la recolección informal (conocida como cirujeo) y se les propuso su incorporación al sistema de compostaje como operarios.

Los flamantes empleados, que hasta hace cinco meses subsistían recolectando basura, se mostraron muy felices de poder contar con un trabajo digno y estable. Jesús Villareal, uno de los nuevos empleados de la planta, contó: «Yo nací y me crié en medio de la basura, trabajando con 40 grados de calor para llevarle comida a toda mi familia; o soportando en los días de lluvia no poder recolectar y volver sin nada».

Por eso, ante la posibilidad de unirse a un trabajo de tal magnitud, afirmó que ahora sabe que «a principio de mes contamos con un sueldo fijo y trabajamos todos los días ocho horas llueva, nieve o truene, al reparo».

El otro que se sumó a la planta fue Diego Serial. «Fue muy difícil adaptarnos al cambio porque estábamos acostumbrados a manejarnos los horarios de trabajo, y estábamos todo el tiempo con la familia porque recolectábamos juntos», admitió. Sin embargo, consideró al cambio como «un progreso. Gracias a este trabajo, puedo mandar a mis hijos a la escuela y que estudien, algo que yo no pude».

Por su parte, la intendenta Mónica Fein manifestó: «Trabajamos en distintos procesos para transformarle la vida a los rosarinos. Esto no se consigue de un día para otro, se alcanza con acciones a mantener en el tiempo». Sobre los nuevos empleados del proceso de compostaje, remarcó que se identifican a personas que se encuentren en situación de cirujeo y «se trabaja con ellos desde las distintas secretarías para ofrecerles soluciones que mejoren su calidad de vida. En este caso, se los entrevistó para incorporarlos a la planta de compostaje y los resultados fueron muy favorables».

Jesús agradeció a la Intendencia porque «a pesar de que estábamos en una situación informal, no nos trataron como animales. Nos brindaron herramientas que mejoraron nuestra forma de vivir hasta que pudieron conseguirnos una solución definitiva para que pudiéramos dejar de cirujear». Y agregó: «Somos gente honesta y trabajadora. Sólo necesitábamos la oportunidad de demostrarlo».

Los equipos territoriales municipales trabajan con las familias vinculadas al trabajo informal de recuperación de residuos. Se llevan a cabo cursos de capacitación en oficios y campañas de alfabetización para darles otras oportunidades de ganarse la vida.

Antes de esta incorporación, en la planta ya trabajaban casi 30 personas que habían sido incorporadas en el marco de otras políticas de inclusión. El ensamble de ambos grupos permitió que se operara en dos turnos, manteniendo las instalaciones en funcionamiento todo el día. Así, el proceso de residuos diarios pasó de 40 toneladas a 100 en pocos meses.

La planta, única en el país, sirve de ejemplo para otras ciudades. Reconocida a nivel internacional por el Banco Mundial (quien destinó 18 millones de pesos para su construcción), utiliza la fracción orgánica para hacer abono para la tierra, recuperando así un 62 por ciento de los residuos.

Fuente: La Capital, Rosario