Sin salud no hay economía
La pandemia del coronavirus frenó en seco la economía mundial. Así lo reflejan todos los días las noticias que informan sobre las consecuencias en la vida cotidiana
07/04/2020 OPINIÓNLa pandemia del coronavirus frenó en seco la economía mundial. Así lo reflejan todos los días las noticias que informan sobre las consecuencias en la vida cotidiana, que cada vez más comparan con lo sucedido durante una gran guerra o un suceso singular, de los que ocurren dos o tres en un siglo.
En nuestro país una parte de los argentinos parece no haber tomado conciencia de la catástrofe planetaria que provocó la crisis sanitaria y buscan desacreditar las medidas que se toman con razonamientos que desconocen la magnitud del problema.
También hay funcionarios que no están a la altura de las circunstancias. El desastre inconcebible del viernes, con colas de jubilados frente a los bancos, uno de los sectores más vulnerables de la sociedad a los que se pretende cuidar, debería concluir con los responsables fuera del gobierno. Tanto esfuerzo no puede ser arruinado por incompetentes.
En el caso argentino la evolución geográfica de la pandemia sirvió de experiencia para tomar decisiones. Uno de los aciertos de la gestión del gobierno nacional es haberse rodeado de quienes más saben de infectología en Argentina para que ayuden al presidente a tomar decisiones. Uno de los errores es que las medidas económicas fueron escasas, se quedaron cortas y están lejos de facilitarle la vida a la gente mientras dure la crisis. Es cierto que el país no están en condiciones de generar un paquete de asistencia de 750 mil millones de euros como Alemania, pero al cierre de la presente nota aún no estaba reglamentado ni como acceder al programa Repro.
Sacudida
El economista turco, Nouriel Roubini, conocido por haber anticipado la crisis financiera de 2008, escribió la semana que pasó en el portal digital Project Syndicate que “la sacudida que le está pegando el COVID-19 a la economía global ha sido más rápida y más severa que la crisis financiera global de 2008 y hasta la Gran Depresión. En esos dos episodios anteriores, los mercados bursátiles colapsaron el 50% o más, los mercados de crédito se congelaron, hubo quiebras gigantescas, las tasas de desempleo se dispararon por encima del 10% y el PBI se contrajo a una tasa anualizada del 10% o más. Pero todo esto transcurrió en un lapso de alrededor de tres años. En la crisis actual, desenlaces macroeconómicos y financieros igual de sombríos se han materializado en tres semanas”.
La Comisión Económica de la ONU para la región este el viernes que América Latina se dirige a “una profunda recesión” en 2020, con una caída esperada del PBI en la región de entre el 1,8 y el 4 por ciento.
Los datos provocan asombro por su magnitud. Los pedidos semanales de subsidio por desempleo en Estados Unidos registraron la semana pasada el mayor incremento de toda la serie histórica, con un aumento de más de tres millones de solicitudes respecto de la cifra contabilizada en los siete días anteriores, hasta alcanzar un récord de 6,65 millones. La semana previa ya se habían registrado 3,3 millones de peticiones, lo que ya había supuesto el mayor incremento de la serie histórica.
Para tener una referencia de lo que esto significa, la anterior semana la cifra de pedidos fue de 281,000. Durante la peor semana de la crisis financiera de 2008, que todos comparaban con el crack de la bolsa de 1929, los pedidos eran de alrededor de 665,000 por semana. Estiman que esta crisis podría elevarlos por encima de los 20 millones.
En el mundo
Para evitar el colapso de la economía, la administración Trump consiguió que el Congreso le apruebe un paquete de estímulos de cerca de 2.2 billones de dólares. La cifra representa el 10% del PBI estadounidense. Por comparación, el Recovery Act firmado por Obama en 2009 para paliar los efectos de la crisis de las hipotecas no llegaba al 6% del PBI.
Esta situación se repite en todos los países del mundo:
-La tasa de desempleo en Austria se disparó en las últimas dos semanas hasta cerrar marzo en el 12,2 %, 4,7 puntos más que la registrada hace un año y, en números absolutos, llegó a un nivel que no se veía desde el año siguiente al fin de la Segunda Guerra Mundial.
-La confederación de empresarios industriales de Italia estimó que el PBI del país caerá cerca del 10% durante el primer semestre del año.
-Los países miembros del G20 se comprometieron a adoptar las medidas ‘que haga falta‘ para minimizar el daño social y económico inyectando 5 billones de dólares en la economía global.
-Wall Street sufrió su tercera caída, detrás de la crisis de 1987 y del crash de octubre de 1929. Más de U$ S 11.500 billones de dólares perdió el mercado estadounidense en las últimas semanas.
-El gobierno australiano anunció un paquete de subsidios salariales de unos 80.000 millones de dólares para que las empresas sigan pagando los salarios de unas 6 millones de personas durante los próximos seis meses.
-La mayoría de las aerolíneas del mundo pueden quebrar el mes próximo a causa de la parálisis del mercado y el cierre de fronteras. Estiman que pdrían enfrentar pérdidas por un total de más de U$ S 113.000 millones.
-La Comisión Europea presentó este jueves una propuesta para crear un fondo de desempleo común de 100.000 millones de euros para evitar despidos masivos en los países del bloque.
-El secretario general de la ONU, António Guterres, llamó a afrontar el impacto socioeconómico de la pandemia con una ‘respuesta multilateral a gran escala‘ que equivalga al menos a 10% del PBI mundial y, por su magnitud, comparó la crisis emergente con la generada por la Segunda Guerra Mundial.
La vista en el ombligo
Así está el mundo, mientras en nuestro país una parte de la población no saca la vista de su propio ombligo, rechaza hasta las recomendaciones de la OMS si eso les impide poder poner en duda todo. Economistas que hace 40 años erran sus pronósticos insisten en un contexto de tragedia que puso patas para arriba el orden mundial. El objetivo, parece, es que todo salga de la peor manera para poder decir que tenían razón.
La resolución emitida el viernes sumando actividades productivas y comerciales a las exceptuadas busca ir incrementando la actividad económica dentro de las restricciones. Habrá que ver si esto es bueno para la salud pública y no le estamos abriendo las puertas a los contagios masivos.
Ya se desató sobre el gobierno una fuerte presión para que a partir del lunes 13 de abril empiece a levantarse la cuarentena, fundado en razones económicas y de sobrevivencia. Está claro que esta pandemia va a destruir una buena parte del sistema productivo y que el mundo deberá seguramente dictar nuevas reglas una vez superada la situación. Pero lo que de ninguna manera puede pasar es que la economía se anteponga a la salud porque nos quedaremos sin economía y sin salud. Estados Unidos y Brasil son suficiente ejemplo.
Uno de los aciertos de la gestión del gobierno nacional es haberse rodeado de quienes más saben de infectología en Argentina para que ayuden al presidente a tomar decisiones. Uno de los errores es que las medidas económicas fueron escasas, se quedaron cortas y están lejos de facilitarle la vida a la gente mientras dure la crisis.
Por Gabriel Rossini