Las Fuerzas Armadas ya distribuyeron más de un millón de raciones de alimentos en las zonas más vulnerables
También se trasportaron respiradores y ecógrafos a diferentes provincias suministrados por el ministerio de Salud de la Nación
22/04/2020 MUNICIPIOSTambién se trasportaron respiradores y ecógrafos a diferentes provincias suministrados por el ministerio de Salud de la Nación
“No están desarmados, sus armas son los barbijos y los cucharones”. La reflexión surgió de manera espontanea. La dijo Carlos Martín Guzmán, uno de los vecinos del Barrio Los Laureles, en la ciudad de Luján. Él, junto a cientos de habitantes de ese lugar y de El Quinto, todos los días se acerca hasta uno de los puntos de reparto de viandas de alimentos calientes que, en este caso, está a cargo de integrantes de la Armada Argentina. El suboficial segundo le sonríe como agradecimiento al cumplido, mientras le entrega un envase con agua se sincera: “No lo había pensado. Pero sí, estas son nuestras mejores armas”.
Infobae fue testigo de este y otros diálogos de complicidad entre integrantes de las Fuerzas Armadas, que a través de la “Operación General Manuel Belgrano” realizan tareas de protección civil ante la emergencia por el COVID-19. El despliegue esta bajo la coordinación del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, a cargo del general de brigada Martín Paleo. En los primeros 30 días de despliegue territorial se distribuyó entre la población más vulnerable 1.074.802 raciones de comida, esto representa más de ocho toneladas de alimentos.
Para las distintas actividades se emplearon 50.250 efectivos de Ejército, Armada y Fuerza Aérea, un número que se acerca a los 80.000 si se tiene en cuenta que los 16.630 que realizan tareas como el reparto de alimentos, la fabricación de barbijos, el alcohol en gel o la atención sanitaria a la población, se los reemplaza cada 48 o 72 horas.
Esta es la primera operación militar conjunta en magnitud, cantidad de medios, efectivos y tiempo de despliegue que llevará, realizada después de la Guerra de Malvinas. A diferencia de ese conflicto armado con el Reino Unido, en 1982, en este caso, y por fortuna, el despliegue ordenado por el Estado Mayor Conjunto, y bajo la supervisión del ministerio de Defensa, a cargo de de Agustín Rossi, se realiza en tiempos de paz, bajo un gobierno democrático y en pos de colaborar con el gobierno nacional, pero también con las gobernaciones y municipios que solicitaron el apoyo.
De hecho, los alimentos que distribuyen y cocinan los militares son suministrados por el Ministerio de Desarrollo Social, al frente del cual está Daniel Arroyo, y de los propios intendentes o gobernadores que también destinan fondos para asistir a los más necesitados durante el aislamiento social obligatorio.
En total, durante el primer mes de despliegue ya se realizaron 1.522 “tareas terrestres”, esto es traslados, de efectivos, de agua, de materiales, de insumos. También se hicieron 375 “apoyos de sanidad”, o sea tareas como reparto y fabricación de alcohol en gel y barbijos, controles de temperatura en peajes y accesos a municipios, como puede ser e Zárate, Exaltación de la Cruz, en la provincia de Buenos Aires, o en Ushuaia o Río Grande, en Tierra del Fuego.
Estas últimas tareas están relacionadas con los 181 “apoyos de infraestructura en sanidad” que son las construcciones de carpas, por ejemplo en La matanza; los hospitales militares reubicables, como en Campo de Mayo, o anexos para asistir en primera instancia a la población -como en Salta, Jujuy, Chaco- y después, en caso de ser necesario, derivar a los pacientes a los hospitales.
Para brindar esta ayuda humanitaria, se crearon 14 Comandos de Zonas de Emergencia que abarcan todo el país, a partir de directivas específicas del Poder Ejecutivo.
Estas zonas de emergencia son el área Metropolitana, Buenos Aires Norte, Buenos Aires Sur, Entre Ríos (que incluye Santa Fe), Chaco (incluye Formosa), Córdoba (incluye Santiago del Estero), Salta (incluye Jujuy, Tucumán, Catamarca y La Rioja), Neuquén (incluye Río Negro), Mendoza (incluye San Luis y San Juan), Chubut, La Pampa, Santa Cruz, Misiones (incluye Corrientes) y Tierra del Fuego.
Para desarrollar este despliegue logístico, por día se utilizan 2.768 vehículos de todo tipo y sus características depende del terreno en el que se moviliza, no es lo mismo llevar insumos en medio del monte chaqueño, que en Quilmes, o en el Municipio de Coronel Rosales.
Si bien se conoce que la Fuerza Aérea realizó varios vuelos para regresar al país a argentinos varados, por ejemplo en Ecuador y Perú, -en total se realizaron 19 vuelos a través de los cuales fueron trasportadas unas 1500 personas- no tuvo difusión pública que, en estas primeras cuatro semanas, se emplearon 76 horas de vuelo para trasladar muestras con hisopados para que en el Instituto Malbrán se realicen las pruebas de COVID-19 a los pacientes que presentaron síntomas compatibles con el coronavirus de provincias como Córdoba o Mendoza.
A través de estos vuelos, la Fuerza Aérea trasporta respiradores, ecógrafos e insumos médicos y de protección personal que son suministrados por el ministerio de Salud de la Nación, a cargo de Gines González García.
También se realizaron 54 reconocimientos aéreos, para lo cual se demandó 90 horas de vuelo ya sea en avión o helicóptero. Estas tareas han servido para realizar un control sobre el cumplimiento de la cuarentena -por lo general lo han demandado alcaldes, gobernadores o funcionarios a nivel nacional y provincial, o para tener una precisión geográfica acabada sobre las zonas donde se desarrollará el despliegue logístico de entrega de alimentos -ya sea en bolsones o calientes- o sanitario.
Para este despliegue, las Fuerzas Armadas ya realizaron un total de 90 vuelos los que representaron 166 horas de vuelo, lo que equivaldría a casi 7 días.