“Creamos trabajo, queremos derechos”, movimientos sociales exponen sus producciones en Plaza de Mayo
Más de un centenar de integrantes de unidades productivas que funcionan en organizaciones sociales montaron en Plaza de Mayo una exposición de sus producciones para visibilizar cómo desde hace años fueron “transformando la política estatal de planes sociales en trabajo digno”
11/11/2021 El PaísMás de un centenar de integrantes de unidades productivas que funcionan en organizaciones sociales montaron en Plaza de Mayo una exposición de sus producciones para visibilizar cómo desde hace años fueron “transformando la política estatal de planes sociales en trabajo digno” y plantearle al Gobierno la necesidad de formalizar la situación laboral del millón de personas que a diario activan la economía popular.
La muestra lleva el lema “Creamos trabajo, queremos derechos” y fue organizada por el Frente Popular Darío Santillán (FPDS) en respuesta a la iniciativa oficial de salida de los planes hacia la creación de empleos genuinos.
Con varios stands montados frente a Casa de Gobierno, la muestra reúne las producciones y servicios que son puestas en marcha a diario por adultos y jóvenes en distintos barrios populares, algunas iniciadas hace dos décadas como la bloquera en la que trabajaba Darío Santillán hasta ser asesinado en la Masacre de Avellaneda.
Varios de esos emprendimientos fueron impulsados a partir de planes sociales gestados en su momento y por distintos gobiernos. Con el tiempo, muchos crecieron y se consolidaron con un criterio comunitario y colectivista pero, no obstante, la condición de quienes los llevan a cabo sigue al margen de la formalidad laboral.
Los planteos que se le hacen al Gobierno
En esta situación se encuentran “más de un millón” de personas que son parte de los distintos movimientos sociales de todo el país, afirmó el FPDS en un comunicado. Por eso, la exposición de hoy no solo se trata de darle visibilidad del trabajo sino también de demandarle al gobierno cuatro cuestiones clave que tienen que ver con derechos básicos y que fueron entregados formalmente en Casa Rosada.
Una de ellas tiene que ver con el monotributo social, el régimen de la Anses que promueve la inserción de emprendedores y por el que estos hacen un aporte para su jubilación y tener una obra social. La clave sería darle continuidad y ampliar ese derecho.
“Con el Potenciar Trabajo, el Estado cubre el monotributo social de un cuarto de los beneficiarios. Lo que planteamos es que hay que llegar a la totalidad de los trabajadores de las unidades productivas”, puntualizó Esteban Marcioni, vocero del FPDS.
El segundo de los ejes está atado al primero e involucra a la Superitendencia de Salud: que las obras sociales acepten a los trabajadores de la economía popular a fin de que sean beneficiarios de la cobertura sanitaria que ofrecen.
“Es algo fundamental que nuestros compañeros tengan una cobertura como cualquier trabajador. Hasta ahora hicimos acuerdos con varias obras sociales, pero lo logramos solo para el 10 por ciento de la totalidad. Por eso es importante el rol del Gobierno” en este asunto, agregó Marcioni en diálogo con Página/12.
Otro de los ejes es el reconocimiento formal de quienes realizan tareas en las distintas unidades de trabajo. Y es aquí donde también entra a tallar el derecho a un salario digno, porque sus ingresos a través de lo que otorga el Potenciar Trabajo es relativo.
Por ejemplo, en el área educativa, el monto promedio de ingreso que tienen docentes de jardines iniciales o bachilleratos populares ronda los 15 mil pesos. En cambio, hay otras áreas en que ese monto es mayor porque producen algún bien o servicio que luego comercializan y hacen que el piso de ingreso suba en función de las ventas.
Como sea, “son todos compañeros que cumplen horarios y días de trabajo, tienen francos y todos los requisitos que el sistema (formal) reclama; pero ¿por qué no se los reconoce como trabajadores?”, planteó el vocero. Hacerlo, por lo menos implicaría una suba en sus ingresos por lo menos al valor del Salario Mínimo Vital y Móvil, aunque este no llegue a cubrir la canasta básica.
El cuarto eje, agregó Marcioni, es “la necesidad de incorporar una lógica de fomento para la economía popular y abrir canales de comercialización entre las unidades productivas y el Estado”, con los bienes y servicios que estas ofrezcan.
En momentos en que “las multinacionales aprietan al Gobierno con el precio de los alimentos, qué mejor que dar la discusión de que la generación de trabajo no implica pasar al sector privado sino también fortalecer a la economía popular como un sector real de la economía”, indicó.
“Digan lo que digan, venimos trabajando aún sin un salario digno ni derechos. Por eso, es urgente que se garantice desde el Estado los derechos a los y las trabajadores que somos parte de los movimientos sociales”, puntualizó el comunicado del FPDS.
Cuáles son los rubros en que hay producciones consolidadas
Son varios los sectores en los que las unidades productivas se consolidaron a partir de la organización sostenida con planes y ayudas del Estado nacional, desde hace años.
Algunos de los rubros en los que el Frente Popular Darío Santillán mostró en Plaza de Mayo fueron en la producción agrícola, donde “campesinos han logrado volver a producir alimento sano y saludable en sus tierras”.
En el área de la construcción, las cooperativas realizan tareas en barrios, por ejemplo, con la empresa estatal AYSA “haciendo el tendido de caños para llevar agua potable casas por casa”. También en alianza con las municipalidades, construyendo veredas y haciendo obras en espacios comunitarios.
También en salud, con postas comunitarias como las que estuvieron en la primera línea de los barrios en medio de la pandemia de Covid-19.
En lo que respecta al cuidado y a la educación, se trabaja en espacios de niñez, además de jardines iniciales y bachilleratos populares; y en el rubro textil se producen kit de salud para los hospitales públicos o guardapolvos para las escuelas.
En lo comunitario, los comedores, merenderos y ollas populares dan cobertura alimentaria a los sectores más postergados. Y lo hacen junto con la producción de panificados que entregan pan gratis y los venden a precios por debajo del que ofrecen las panaderías.