Lula da Silva: «El pobre argentino puede recuperar su dignidad»
El precandidato presidencial habló de la negociación argentina con el FMI, de Alberto y Cristina, de Moro y Bolsonaro, del lawfare y de su futuro casamiento.
10/12/2021 El PaísEl precandidato presidencial habló de la negociación argentina con el FMI, de Alberto y Cristina, de Moro y Bolsonaro, del lawfare y de su futuro casamiento.
Sentado en su despacho en el Instituto Lula, Luiz Inácio Lula da Silva recibió a PáginaI12 con un mapamundi detrás. Las relaciones internacionales, la necesidad de explicar al mundo cómo serán superados los años traumáticos del Brasil de Jair Bolsonaro, son un pilar de la estrategia de este expresidente reconocido por la reducción de la pobreza. Su lugar de trabajo en el barrio Ipiranga de San Pablo se convirtió en destino de peregrinos de la política, la academia y el arte, que lo visitan a diario. El exmandatario concedió esta entrevista horas previas a aterrizar en Buenos Aires para participar en el acto multitudinario que encabezarán Alberto Fernández y Cristina Fernández celebrando la recuperación de la democracia, hace 38 años.
El líder brasileño es consciente de los problemas de Argentina, en donde además del acto de este viernes realizará varias actividades con líderes sindicales y organismos de derechos humanos. «Alberto Fernández recibió la deuda de la presidencia de Macri y entonces el pueblo argentino va a tener que tener mucha paciencia. La pandemia hizo otro tanto, pero creo que es posible que la economía argentina se recupere, que se generen empleos y mejoren los salarios para que la gente sea más feliz».
Será clave la negociación con el Fondo Monetario Internacional. Al respecto, Lula da Silva sostuvo: «esperemos que el Fondo no haga presión y llegue a un acuerdo que le permita a Argentina continuar creciendo, que permita que el pobre argentino tenga la posibilidad de recuperar su dignidad».
El candidato presidencial favorito para los comicios de octubre dijo que se va a casar el año próximo con «Janja», el apodo de su compañera Rosángela da Silva. «No es porque ella quiera. Yo necesito casarme, tengo un compromiso con ella y espero que sea antes de las elecciones». Su prometida, socióloga y militante petista, fue un gran apoyo cuando estuvo preso 580 días en la cárcel de Curitiba.
El sitio The Intercept reveló las tretas que urdieron el juez Sergio Moro y los fiscales para orquestar una condena ilegal. Al fin y al cabo, la causa Lava Jato fue anulada por el Supremo Tribunal Federal debido a la parcialidad de Moro. Al exjuez devenido en candidato Lula lo definió como «un neofascista que va a intentar mentirle a los brasileños». Moro compite por la porción electoral de Bolsonaro, a quien Lula directamente calificó de «genocida». «Brasil vive una situación que no creía que volvería a vivir, con 19 millones de personas que pasan hambre», afirmó el fundador del Partido de los Trabajadores (PT).
–En Argentina, el macrismo dejó un enorme daño social con su política económica, en Brasil sucede eso mismo con las políticas neoliberales de Paulo Guedes. ¿Qué margen tendrá un futuro gobierno en Brasil para revertir esa herencia?
–El Partido de los Trabajadores (PT) es capaz de cambiar la situación de Brasil, necesita regresar al gobierno porque sabe poner en práctica las políticas de inclusión social, de generación de empleo, para que las personas más pobres participen del presupuesto de las ciudades y de los estados brasileños. No podemos aceptar que un país del tamaño de Brasil, que fue la sexta economía del mundo en mi gobierno, hoy sea la décimo tercera; no podemos aceptar que un país que acabó con el hambre en 2012 y hoy vea que el flagelo está tan fuerte : son 19 millones de personas que no tienen qué comer. Tanto Brasil como Argentina, como Bolivia, como Chile, precisan de gobiernos progresistas que involucren a los pobres en la participación activamente de la economía, para que puedan ser consumidores y comprar cosas y accedan a la educación. Estoy convencido de que América latina puede recuperarse. Lamentablemente personas como Néstor Kirchner y Hugo Chávez murieron, otras personas fueron violentadas como Rafael Correa y Dilma Rousseff, después de la violencia de lawfare, contra mí; el golpe contra Fernando Lugo. Los gobiernos conservadores destruyeron todo lo que nosotros construimos de bienestar social de nuestros pueblos. Sé lo que el compañero Alberto Fernández está pasando, lo que significa la deuda que Macri dejó con el FMI y de la presión de éste; por eso Alberto precisa trabajar mucho para que haya un acuerdo y que el pueblo argentino no sea víctima de los neoliberales.
— ¿Qué espera de la negociación de Argentina con el FMI?
— Es posible construir un acuerdo. El FMi fue tan benevolente con los países ricos con la crisis de 2008, entonces tiene que ser muy generoso para tratar la deuda argentina. El pueblo argentino no puede ser sacrificado.
— ¿Cómo describe su relación con Cristina Fernández y Alberto Fernández?
— Mi relación con Cristina es más antigua porque yo conviví con ella desde que Néstor Kirchner fue electo presidente de Argentina, y después con ella como presidenta. Mi relación con Alberto tuvo un momento que me conmovió y fue cuando me visitó cuando yo estaba detenido en la cárcel de Curitiba. Fue un acto de generosidad y de solidaridad de Alberto. Por eso, con mucho orgullo, voy a participar del gran acto de recuperación de la democracia en Argentina, son 38 años que deben valorarse. La victoria de Alberto y de Cristina demuestra que el pueblo no puede nunca desanimarse, que es posible para la gente recuperar la democracia en la medida en que el pueblo puede participar activamente en las decisiones. Yo tengo una estima especial por Argentina porque no concibo que Brasil crezca solo; Brasil, tiene que crecer, Argentina tiene que crecer, Uruguay lo mismo, Paraguay, Bolivia porque juntos podemos ser más fuertes. Cuando llegué a la presidencia en el 2003, el intercambio comercial entre Brasil y Argentina era apenas de 7 mil millones de dólares; cuando dejé la presidencia, era de 39 mil millones de dólares, demostrando el potencial económico y de ser socios. Para mí Argentina precisa de Brasil, y es mutuo; como necesitamos del resto de Sudamérica.
— ¿Le resulta significativo que el exjuez Sergio Moro, que se presenta como candidato independiente, compita con la base electoral de Bolsonaro.?¿ Diría que son dos caras de la ultraderecha?
–Son dos personajes muy comprometidos con la ultraderecha y, en el caso de Moro, es un personaje peligroso: cuando era juez osó mentir en un proceso para condenarme y llevarme a prisión y así evitar que yo fuera electo presidente en 2018. Sigo pensando qué seriedad puede tener ese hombre para la sociedad brasileña. ¿Cuántas mentiras podrá contar a los brasileños? Entonces, yo diría que son dos extremistas, Bolsonaro es fascista y Moro es neofascista, los dos van a intentar mentirle a la sociedad todo el tiempo. Ellos van a tener que disputar entre ellos para ver quién pasa a la segunda vuelta con el PT.
— Las encuestas señalan que usted ganaría el ballottage.
— Todo indica que el PT tiene muchas posibilidades de ganar las elecciones. Tenemos que actuar con seriedad porque falta tiempo para los comicios, y entonces no podemos cantar victoria antes de tiempo. El PT tiene un legado político y económico y de inclusión social extraordinario en Brasil, vamos a intentar darle a la sociedad aquello que el PT hizo de bueno en el país. Vamos a trabajar para ganar las elecciones. De los dos que compiten conmigo, Bolsonaro, por ser presidente, tiene el uso de la maquinaria gubernamental, y Moro mismo, con ayuda de sectores de los medios que hacen el sacrificio enorme para que aparezca en las noticias. No sé si se percibe en Argentina pero aquí yo soy el mayor censurado del planeta tierra. Cualquier candidato que no sea el PT, que tiene un 1 por ciento en las encuestas, aparece más en la televisión que Lula que tiene un 46 o 47 por ciento de intención de voto. Siendo yo el que ganaría en primera o segunda vuelta, según todas los sondeos, las empresas de medios priorizan a candidatos que tienen uno o dos por ciento de intención de voto. No me preocupo porque yo tengo una relación con el pueblo muy verdadera y esto va a permitr que pueda ganar las elecciones.
–A propósito, qué rol cree que tienen que tener los sindicatos en los medios, como el caso de PáginaI12, en un contexto en que las corporaciones dominan la comunicación y el periodismo ?
–Estoy muy feliz con el papel del movimiento sindical en la comunicación argentina. Aquí en Brasil creamos una televisión pública, pero no recibió la inversión necesaria y ella no es hoy respetada por el gobierno de Bolsonaro. Tenemos un canal del sindicato de metalúrgicos y de los bancarios de San Pablo. Yo defiendo que los medios sean efectivamente democráticos y que las universidades y los sindicatos puedan tener canales de comunicación para conversar con la sociedad, para informarla, sea a través de la radio, la televisión, el periódico o internet. Es fundamental que la gente entienda que los medios han tenido un rol importante en la región para derrumbar a presidentes progresistas. La prensa ha apoyado golpes en Brasil, vemos cómo los medios atacan a la compañera Cristina Fernández en Argentina. Sé del comportamiento de la prensa contra Chávez y Correa. Yo sé cómo la prensa me trató en Brasil. La gente tiene que bregar por la democratización de los medios de comunicación, lo que significa garantizar que todas las personas tengan la misma oportunidad de hablar, el derecho de responder. Es una lucha muy difícil.
–Si usted gana las elecciones, Estima que Bolsonaro podría no reconocerlo al estilo Trump ante la victoria de Biden?
–No, no creo. Lo que va a suceder en Brasil es un golpe democrático: una gran mayoría del pueblo brasileño va a rechazar a Bolsonaro y elegirá un candidato progresista. Espero ser yo. El pueblo brasileño recuerda nuestro legado. Estoy convencido de que vamos a ganar.
–En México gobierna Andrés Manuel López Obrador, en Argentina, Alberto Fernández, en Bolivia, Luis Arce; podría ganar Gabriel Boric en Chile. Considera que esta es la segunda oleada de gobiernos progresistas en la región?
–Espero que sí, porque el mejor momento económico, político y social de América latina fue exactamente en el que Chile, Argentina, Brasil, Bolivia, Uruguay y Paraguay eran gobernados por políticos progresistas, presidentes que estaban preocupados por la situación de las personas más pobres. Fue un momento fuerte de inclusión social. Por eso estoy animando a que los sectores progresistas se fortalezcan para poder gobernar nuestra querida América del Sur y América latina. Creo que los sectores progresistas pueden ganar en Chile, que nosotros tenemos muchas posibilidades en Brasil, que lo de Luis Arce fue una victoria extraordinaria para Bolivia, Perú con Castillo. El pueblo está descubriendo que, incluso con muchas dificultades, los sectores progresistas gobiernan con un mayor compromiso con el pueblo trabajador y con los pobres. Creo que América latina necesita de la oportunidad de acabar con la pobreza. Nosotros somos ricos, tenemos materias primas, profesionales calificados, tenemos mucha tierra y capacidad productiva; la única cosa que lo explica es la incompetencia de muchos gobernantes que no saben gobernar para los pobres. Alberto Fernández recibió la deuda de la presidencia de Macri y entonces el pueblo argentino va a tener que tener mucha paciencia. La pandemia hizo otro tanto, pero creo que es posible que la economía argentina se recupere, que se generen empleos y mejores salarios para que la gente sea más feliz.
— Está claro que usted buscará la integración regional. Qué expectativa tiene con el Grupo de Puebla?
— El Grupo de Puebla tiene un papel muy importante, pero pienso que si los dirigentes progresistas vuelven a gobernar nuestros países, tendrán la chance de recuperar el Mercosur, de fortalecerlo, de fortalecer la Celac. Tenemos que comprender que tenemos un potencial productivo extraordinario, por eso necesitamos construir socios para hacer buenos acuerdos con la Unión Europea, con EE.UU., con China, porque necesitamos recuperar lo perdido en tiempos de pandemia. Voy a intentar reconstruir el Mercosur y crear las condiciones para que se logren acuerdos económicos que beneficien a los pobres de la región, nos merecemos recuperar en el siglo XXI todo lo que fue socavado en el siglo XX.
–¿Vive la victoria de Xiomara Castro en Honduras como una reivindicación histórica, tras la solidaridad de su gobierno con el destituido presidente Manuel Zelaya?
— Zelaya fue víctima de un Golpe de estado y de los intereses de la elite; la elección ahora de su mujer es una recuperación. Espero que ella tenga suerte, que sea fuerte; espero que el Congreso tenga disposición de ayudarla. Porque es muy difícil si se tiene un congreso opositor, que logre la mayoría para poner en marcha las políticas sociales necesarias para sacar adelante a Honduras. En Brasil, en cambio, pasamos por situaciones muy difíciles porque tenemos un genocida que no cuidó la economía, descuidó al pueblo en la pandemia, no cuidó el crecimiento económico. Brasil vive una situación que no creía que volvería a vivir. Brasil ya estuvo mucho mejor, el pueblo brasileño necesita ser feliz.